Narra Scarlett

-Jackson, vamos, hay que llegar temprano -hablé desde el pasillo.

-Voy mamá -responde.

Bajé a la sala viendo a Connor allí, aún sin estar listo por completo.

-Connor apúrate, que no llegaremos a tiempo.

-Ya me falta poco, calma -besa mi frente, sonreí pero él se aleja y volví a suspirar.

Me senté en el sofá y cubrí mi rostro con una mano masajeando mis sienes.
Desde que perdimos a Skylar, no tuvimos cierto... brillo que teníamos al momento de que llegó a nuestras vidas... Fue, y es, muy importante para todos y el que se haya perdido hasta el día de hoy... es algo insuperable para nosotros. Pero lo intentamos, intentamos vivir felices porque lo necesitamos, no es bueno seguir así. Aunque nos duela...

-Estamos listos -anuncia Jackson bajando junto con Connor.

-Vamos, entonces -sonreí y les di un beso a cada uno, a Connor en los labios y a Jackson en la mejilla.

Salimos de la casa y fuimos hasta el auto donde el Beta de Jackson, Camilo, nos abrió la puerta y nos subimos. Él se subió en el asiento del copiloto mientras que el Delta, Matt, manejaba.

Ambos son los mejores amigos de mi hijo y les agradezco siempre estar para él. Jamás lo dejaron solo y siempre lo animan cuando recordaba a su pequeña hermanita.

"Hey... Scarlett... Tengo un presentimiento."

"¿Qué? ¿Es bueno?"

"No lo sé, solo lo tengo"

"Está bien, ya lo descubriremos... en algún momento"

Cerré el link con mi Loba y me concentré en el paisaje que aparecía en la carretera. Era hermoso...

Narra Skylar

-Chicas ¿Creen que las niñas estén bien? -empecé a preocuparme.

-Seguro que sí, son fuertes -responde Zoe.

Aún así me seguía preocupando un poco, más por Tess. No es que estuvieran lejos de la manada pero seguían afuera, con los peligros rondando. ¿Y si las voy a buscar? Tess no sabe casi nada sobre pelear, puede ocurrirle algo.

-Tranquila Skylar, estarán bien... no van a separarse -me anima Kat apoyando su mano en mi hombro.

Todas las demás me sonríen y tranquilizan.

-Eso espero... -murmuré.

-Ya es muy tarde, vayamos a dormir -recomienda Blair.

-¿Pijamada? -sugiere Pidge.

Al instante nos miramos y sonreímos antes de estar todas de acuerdo, aunque Eva tenía su propia pijamada con sus amigos, por lo que no podría estar pero nosotras corrimos hasta arriba.

Narra Tess

-No tardo chicas -dije antes de transformarme.

Salí corriendo a buscar comida, me alejé un poco más y vi entre los arbustos un pequeño conejo, se veía tan indefenso y no iba a ser la primera vez que cazase un conejo y lo comiera... Aunque sí me daba pena matarlo, pero mi hambre siempre gana las batallas.

Me distraje y noté, mirando más allá del conejo, unos ojos amarillos brillando entre los arbustos. Me asusté rápido por la sorpresa, éste comenzó a gruñir y de los arbustos salió un lobo, era un rogue.
Chillé bajando las orejas y escondiendo mi cola entre ambas patas traseras. Se supone que comenzaría mis entrenamientos en unos días, pero ahora estaba completamente indefensa como aquel conejo que ahora huyó.

El lobo se acerca gruñiendo, agache la cabeza hasta tocar el suelo prácticamente y cerrar los ojos, rezando internamente porque no me matara o hiciera algo. Aunque, por un instante me distraje por percibir un aroma que desconectó cualquier conexión en mi cerebro, pero ese instante le sirvió al rogue para saltar hasta mí y atacarme.

Me espanté y me tiré hacia atrás chillando del miedo pero antes de que siquiera pudiera tocar el suelo o a mí, de los arbustos sale otro lobo más grande que ambos; negro, de ojos brillantes, con una línea roja que cruzaba desde su frente hasta la punta de su cola. Y la mejor parte, es que era él quien desprendía aquel aroma tan delicioso...

"Mate... "

Es lo único que dice Rieka, mi loba.

Yo estaba paralizada. Miraba la pelea del rogue contra mi Mate. El rogue intentaba pasarlo para llegar hasta mí pero él no se lo permitía y se colocaba entre ambos de una forma defensiva y agresiva. Ambos se enfrentan de nuevo, solo que mi Mate consigue evitar el ataque del rogue, morder su cuello y lanzarlo contra el suelo. Este se rinde chillando mucho, y sorprendentemente mi Mate le da la oportunidad de irse.

Mi respiración estaba acelerada y seguía en mi estado de parálisis, no me di cuenta cuando él se giró para verme y se me acercó de manera lenta mientras me admiraba con la mirada. Nuestros hocicos se encuentran y él me da un leve toque antes de frotarse un poco contra mí, parece sonreír pero entonces... se va.

No pude ni pensar en perseguirlo o gritar, solo me quedé viendo como se alejaba y lo perdía de vista. Había encontrado a mi Mate, y me acababa de salvar la vida.