Narra Joaquín

El peso de todos los lobos y demonios desaparece en un instante cuando estos salen volando por la magia; vi como las brujas y los hechiceros aparecen, algunos se me acercan para ayudarme con los enemigos que quedaban a mi alrededor.

-¿Llego tarde? -Sarami aparece sonriendo.

-Justo a tiempo -me acerqué a ella y la abracé.

-Tienes razón, yo también haría lo que fuera por mis amigos, y por ti -menciona guiñándome un ojo.

Reaccioné en ese momento en cuanto escuché un chillido de dolor conocido. Al voltear a verla la vi intentando levantarse sin éxito y llorando más por el dolor.

-Tess... -corrí hasta ella y me lancé a su lado de rodillas.

Sarami me sigue, me mira y asiente teniendo el mismo pensamiento que yo, le devolví el gesto y suspiré. Ella levanta una mano hacia Tess y recita un hechizo que conozco bien.

Escuché los huesos de Tess romperse, ella chillaba y se arrastraba en el suelo. Yo no hacía nada porque también me pasó. El hechizo de Sarami es de curación instantánea, aunque duela ahora, se sentirá mucho mejor en un segundo.

Sarami termina y me acerqué de nuevo a Tess, su respiración era acelerada y su palpitar más rápido que nunca. Se transformó y me miró a los ojos.

-Yo también hubiera querido que fuese menos doloroso -sonreí un poco junto a ella.

-Sí... no fue muy lindo que digamos.

La abracé y ambos pegamos nuestras frentes sonriendo, a pesar de lo que pasaba a nuestro alrededor. Pero tuvimos que mirar, y justo cuando notamos a un lobo abalanzarse sobre Sarami, pero estoy seguro que jamás sería para lastimarla, o sino ella ya lo hubiera mandado al otro extremo del bosque.

Narra Sarami

-"Mía" -gruñe el lobo sobre mí.

Elevé la mano y acaricié su suave pelaje en su cabeza, sonriendo ampliamente. Él cierra los ojos y se deja acariciar.

-He esperado por este momento, te habías tardado, Lobito... -reí un poco.

Se vuelve a su forma humano aún estando sobre mí, no iba a mentir que sí me sentí en una situación comprometedora en un mal momento. Suspiré un poco mientras lo miraba y apreciaba. Ahora mismo me había olvidado de todo lo que ocurría a mi alrededor y solo podía concentrarme en él.

-Sarami...

Mi nombre saliendo de sus labios suena mucho mejor, tanto que me hizo estremecer.

-Dilo de nuevo -pedí sonriendo y consiguiendo hacerlo sonreír a él también.

Se apoya en su antebrazo junto a mi cabeza para sujetarse y acercarse aún más, hasta que nuestras respiraciones se mezclaban y ambos entrecerrábamos los ojos.

-Sarami...

-Hola Alejandro...

Sin querer hacernos esperar mucho más, acorte la distancia entre ambos y junté nuestros labios para fundirnos en un intenso y apasionado beso. Sonreí sobre sus labios sin poder evitarlo, llevé mis manos hasta sus hombros y me sujeté de ellos.

Narra Tess

Miraba a mi hermano besando a Sarami sin creerme lo que veía, ¿por qué no la había reclamado cuando fuimos a verla? Supongo porque sabía que no era el momento. Los veía estando paralizada de la sorpresa. No podía moverme, tampoco hablar y Zeth solo miraba hacia allí sonriendo.

Hasta que otro lobo enemigo se lanza en contra de Zeth quien reacciona a tiempo y consigue smortiguarlo pero ambos ruedan mientras se atacan. El lobo queda sobre Zeth intentando morder su cuello pero él sujeta su boca con ambas manos evitándolo. Sin pensarlo mucho me transformé y empujé al lobo para quedar yo sobre Zeth, protegiéndolo. Gruñí al lobo, pero uno de los del consejo aparece y lo acaricia en la cabeza.

-Parece que ya estás mejor... -gruñí-Que mal que no durarás mucho -chasqueó los deseos y más lobos aparecieron, lanzándose contra mí a la vez.

Me morían y jalaban desde todos lados, hasta llegué a creer que iban a arrancarme la cola lobuna o alguna pata. Solté chillidos y alaridos de dolor antes de un rugido al levantarme en dos patas y patear a todos con las delanteras. Me hice hacia un lado y traté de huir de ellos pero enseguida me dejaron en el suelo otra vez. Hasta que sentía como si cada vez fueran menos y cuando pude ver bien vi a Zeth con sus alas fuera sacando a los lobos. Sus ojos ardían en llamas y cuando tocaba a los lobos, estos parecían quemarse.

Uno de ellos se quedó mordiendo mi cuello fuertemente, yo lo rasguñaba pero este no hacía nada. No me soltaba. Zeth lo empuja hasta quitármelo de encima y luego le da un golpe en el hocico. Se le rompen unos dientes y queda inconsciente. Mire detrás de Zeth y salté sobre él para luego empujar a un demonio. Peleé contra el demonio hasta alcanzar su cuello y partirlo, cuando levanté la cabeza vi a varios enemigos saliendo disparados, pude ver a la fusión Crystal.

Había liberado un brazo y se estaba recuperando.