Me levanté estirando mis brazos, bostecé y miré a mis alrededores con los ojos entrecerrados, casi ni podía abrirlos pero con esfuerzo lo hice.
En la puerta de la habitación estaba Zeth apoyado por el marco de la puerta, sin camisa, mirándome con admiración mientras estaba tomando café.

-Buenos días, mi Luna -dijo acercándose a mí, dejó la taza en la mesita de noche y me dio un beso tierno y corto, pero que me hizo sonreír aún adormilada.

-Ahora sí son buenos.

Se ríe y vuelve a besarme, más largo que el anterior.

-¿Quieres entrenar o descansar? -pregunta.

-Espérame me baño, cambio y ya estoy lista para la primera opción.

Me levanté rápido y fui al baño para hacer lo anteriormente dicho. Me di una rápida pero buena ducha, lavé mis dientes, sequé mi cabello y lo amarré en una coleta. Fui a buscar mi ropa de ejercicio y me devolví al baño; claro que no iba a dejar pasar la mirada que Zeth me daba estando en la cama, boca abajo y abrazando una almohada. Me reí por aquello, pero cuando ya estuve lista y volví a salir del baño, también lo vi a él preparado.

-Vamos -sonreí mientras lo abrazaba por la cintura y él me sonreía y rodeaba con un brazo.

Antes de salir de la casa me comí una manzana y luego regresamos a la zona de entrenamiento a la que fuimos ya por varias semanas. Estar aquí me hizo aliviar del recuerdo de que mi madre seguía en coma, y a la vez me hizo mejorar mucho en las peleas.

-Está bien, esta vez pelearás contra mí -nos colocamos donde el suelo acolchado.

-¿En serio? -murmuré desconfiada.

-Claro, ahora atácame -yo entrecerré los ojos-. Vamos, no te pasará nada.

Bufé y corrí hasta él, saqué mis garras e intenté rasguñarlo a la altura del rostro, se inclinaba hacia atrás con cada zarpazo; decidí por un golpe directo pero se inclinó hacia el costado, sujetó mi brazo por debajo del suyo y me agarró del cuello hasta acercarnos.

-Muy lenta -me sonríe mirando mis labios.

Gruñí leve, golpeé su brazo con el codo, aflojando su agarre, me aparté y lo agarré por el brazo para darle vuelta haciéndole una llave, tenía su brazo en su espalda y podía romperlo si quisiera, pero claro que no lo haría.

-Me subestimas -le di una patada en la parte de atrás de la rodilla para que cayera sobre estas y al final tirarlo al suelo y sentándome en su espalda, evitando que se moviera.

-Bueno, ya entendí -dice con su mejilla pegada al suelo -¿Podrías salir?

-Nop -sonreí divertida.

Me sentía bien por dejarlo así, que no me di cuenta cuando Zeth hace un movimiento que no me dio tiempo a reaccionar y nos deja con las poses invertidas, pero mirándonos cara a cara.

-¿Decías? -sonríe mientras que yo bufé.

Zeth ríe pero se agacha y besa mis labios, suspiré antes de sonreír sobre los suyos y continuar el beso con intensidad. El sabor de sus labios era tan dulce que no quería soltarlo. Sus manos se apoyan a ambos lados de mi cabeza pero se agacha hasta sujetarse por sus antebrazos y pegar nuestros cuerpos aún más. El beso se profundiza, mis manos se sujetan por su cintura y se aferran a su remera.

Nos separamos de inmediato al empezar a oír unos gritos afuera del lugar y a continuación: el comienzo de una guerra... ¿Será que...?

-Zeth...

-Vamos.

Ambos nos levantamos rápidamente y salimos corriendo para contemplar aquella guerra que comenzaba a desatarse. Miré a todos lados como las manadas se reunían con la mía para defenderse y luchar en contra de las manadas enemigas. Sabía que venían de parte del consejo, pero ¿ellos dónde estaban?
Di un paso atrás al ver todo eso, quería ayudarlos... queria luchar a su lado... pero tenía miedo. Mi cuerpo temblaba sin que pudiera detenerlo y tantos escenarios de derrota pasaron por mi mente, que no me dejaron concentrarme cuando un enemigo salta hacia mí desde un lado.

Solté un pequeño y leve grito de sorpresa y miedo, pero Zeth se coloca en frente. Agarra la cabeza del lobo y la estrella contra la pared hasta casi quebrar esta, lo deja inconsciente.

-Tess... -Zeth se me acerca.

-Y..Yo no sé si pueda hacer esto. Z..Zeth. No puedo... tengo miedo... -mis ojos se cristalizaron-. Lamento haber hecho que pierdas tu tiempo, y..yo...

-Tessa, escúchame. -pide sujetando mis hombros-. Claro que tienes miedo, y es normal. Jamás has participado de esto hasta ahora, pero jamás lo harás si no lo intentas en algún momento.

Se nos acercan un par de lobos más, Zeth me cubre con sus brazos mientras yo me aferraba a él agitada. Ambos lobos saltan hasta nosotros pero Zeth saca sus alas y los aparta de golpe, me suelta un segundo para acabar con esos dos lobos. Yo apreté los dientes.

-¿Pero qué pasa si no duró nada, si no consigo ayudar...? Zeth, no soy como tú, ni como Ale, o cualquier otro...

Me toma por las mejillas para que lo vea bien al rostro.

-Claro que no eres como yo, ni como tu hermano. Tú eres tú, no tienes que intentar ser alguien más. Eres muy fuerte, Tess... Creo en ti, sé que puedes o podrás hacerlo. Pero si no es ahora... entonces ve al refugio, no te presiones para algo por lo que no estás lista.

Besa mi frente con ternura y ánimos, pero solo me sentí peor. No querí ir al refugio, pero tampoco podía quedarme... Aunque, ahora debería de ver por lo que sea mejor para todos, y no molestarlos era lo mejor.
Zeth gruñe repentinamente y me deja atrás de él cuando varios lobos más se nos acercan.

-Tess, ve al refugio, ¡ya!

Me suelta para pelear contra ellos yo me quedé a un lado por un segundo. Él se vuelve a su forma lobuna y pelea con los otros mientras me protege, de nuevo...
Aparté la mirada y apreté los puños, resignada pensé en ir al refugio, pero solté un quejido cuando uno de los lobos consigue pasar a Zeth y me da un zarpazo que me lanza contra la ventana, rompiendo ésta y haciéndome rodar por el suelo acolchado del lugar.

-Agh... -me quejé con lloriqueos.

En mi brazo se sentía como algo líquido caía, era sangre... No sentía el dolor de la herida, será por la adrenalina.
Me sobresalté cuando el lobo que me había atacado se me acerca de nuevo, y ahora tenía más compañía. Otros lobos entran por diferentes huecos o ventanas, me levanté y traté de huir, conseguí llegar hasta el depósito y encerrarme, me escondí entre las cajas de hierro, colchonetas y demás, escondí mi olor.

No tardaron en romper la puerta y entrar a por mí, me buscaron en silencio. Me cubrí la boca y la nariz para evitar respirar, como si hasta eso pudieran escuchar, cosa que no creía imposible. Cerré los ojos y traté de no llorar mientras los escuchaba acercarse más y más... en algún momento me encontrarían, y ya no tendría escape. ¡Agh, quisiera ser como mi madre! ¡Quiero ser capaz de pelear como todos los demás!

>> -Claro que no eres como yo, ni como tu hermano. Tú eres tú, no tienes que intentar ser alguien más. Eres muy fuerte, Tess... Creo en ti, sé que puedes o podrás hacerlo. <<

Aparté mis manos de mi rostro y las bajé, mi corazón estaba acelerado que hasta pensaba que podría explotar en cualquier momento. ¿Iba a morir? ¿Así? Todo el entrenamiento de Zeth habrá sido en vano; de verdad, quiero ayudarlo... ayudar a mi manada, a la suya, a todas... Quiero dejar de llorar y de huir. No quiero morir, aún no.