Capítulo 23
Narra Tess
Me regresó la consciencia cuando sentí unas ligeras caricias por mi rostro y pasando por mi brazo. Suspiré antes de abrir levemente los ojos y ver a Zeth, mirándome con lo que parecía ser adoración y ternura. Bostecé cubriendo mi boca con las mantas, me costó volver a abrir los ojos.
-¿Qué? -cuestioné adormilada.
-Nada -responde simple.
-¿Por qué me miras tanto entonces?
-Solo admiro lo hermosa que eres, ¿no puedo? -vuelve a acariciar mi mejilla.
Me sonrojé y para ocultarlo me acurruqué entre las mantas, escondiendo mi rostro con estas. Solo que él ríe entredientes, aparta estas y me hace elevar la mirada; repentinamente deposita un casto beso en mis labios que me tomó por sorpresa. Sonríe.
-Hermosamente dulce...
Me cubrí los labios.
-Si me acabo de despertar...
Vuelve a besarme, otra vez corto; no parece importarle nada así que me besa de nuevo, y ahora más largo que los anteriores. Nuestros labios parecían unidos, con la necesidad de permanecer unidos. Su mano sigue acariciando mi mejilla, dejando mi cabello hasta atrás; baja y me sujeta por la espalda baja para seguido empujarme hacia él y pegar nuestros cuerpos.
El beso que primeramente había sido tierno y lento, ahora estaba siendo intenso y profundo. Solo que no llegamos a más porque él se separó, me sonrió y besó mi frente.
-Vamos a desayunar.
Regulé mi respiración mientras asentía afirmativamente. Él se levanta de la cama y yo me senté, lo miré notando su espalda ancha y marcada, perfectamente lisa y perfecta, podría dejar un par de marcas de mis uñas tal vez...
Me di una bofetada mental por lo que acababa de pensar. Sacudí mi cabeza un poco para apartar esa clase de pensamientos y volví a mirar a Zeth.
-¿Pasa algo? -cuestiona mirándome con una sonrisa.
Estaba por responder pero mis ojos no permanecieron en los suyos y se pasearon descaradamente por su torso, brazos y abdomen... Dejé escapar un suspiro casi imperceptible, volví a sacudir mi cabeza y cubrir mi rostro con mis manos para ocultar que me había sonrojado de nuevo.
-Nada, nada.
Sonríe más ampliamente antes de indicarme con la cabeza para irnos. Me levanté de la cama y me acerqué a él, lo tomé por el brazo y él entrelaza nuestras manos. Ambos salimos de la habitación para ir hasta abajo y acercarnos a la cocina, donde Zeth me obligó a sentarme mientras él preparaba el desayuno.
-¿Sabes cocinar? -enarqué una ceja.
-Claro, si me quedo solo en casa cuando mis padres salen, ¿quién esperas que me haga la comida?
-¿No tienes cocineros?
-Pues sí, pero solo trabajan de lunes a jueves. Nos gusta darles más tiempo libre para que vayan con sus familias.
Él se movía por la cocina como todo un experto mientras me hablaba.
-Que amables... -sonreí enternecida.
Me mira por encima del hombro y sonríe. Vuelve a prestar atención a lo que preparaba con tanta precisión y maestría que me quedé hipnotizada por sus movimientos..., y el movimiento de sus músculos contrayéndose...
Que extraño, ahora mismo Sarah estaría abrazándolo por la espalda y dándole un masaje. Miré a todos lados extrañada, pero no me mal entiendan, me agradaba que no esté, solo... era extraño que eso pase.
-¿Y Sarah? Es raro que no esté tan pegada a ti... -rodé los ojos.
-Se fue, y no te preocupes, ella no volverá a aparecer en nuestras vidas. Jamás -responde sin mirarme.
-¿La echaste? -estaba asombrada -¿A la chica que protegieron cuando Rieka intentó matarla?
-Esa misma. Obviamente lo haría -al fina se da vuelta, y con dos platos en manos-. No puedo perdonar a nadie que te haya faltado al respeto y mucho menos que haya intentado matarte... Créeme que no.
Deja el plato frente a mí y besa mi cabeza, suspiré profundo antes de mirar la comida y aspirar su delicioso aroma que me hizo hacer sonar las tripas que exigían comida.
Zeth se sienta a mi lado con su plato en frente, ambos empezamos a comer y juraría que me ha dado un orgasmo con solo probar el primer bocado de un desayuno que parece simple. Zeth ríe ante mi reacción, pero no tarda en empezar a comer junto a mí.
Estaba simplemente feliz por la compañía de Zeth, y su comida. Me hizo olvidar la verdadera situación que debía enfrentar fuera de la casa. Recordé entonces lo que nos faltaba aclarar, cuando hablamos en el lago por horas nos olvidamos de un detalle...
-Oye... Lo de que eres el Alpha de Alphas...
Dejó de comer para mirarme, supongo que esperaba que preguntase sobre este tema en algún momento, no se veía nervioso ni sorprendido.
-¿Por qué no me lo habías dicho...?
-No pensaba que era el momento, después de todo pasaron muchas cosas y tampoco encontré otro momento para decírtelo. Sabía que deberíamos hablar más sobre eso, y no teníamos tiempo para eso.
-Entiendo... ¿Mi hermano lo sabe?
-Todos los Alphas y Lunas lo saben, o deberían de hacerlo.
Asentí dándome a entender de que lo había comprendido bien, tenía mucho sentido a decir verdad.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro