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Capítulo 22

-¡¿Qué...?!

Esto no puede estar pasando.

-Lo lamento Tess... -menciona mi tío abrazándome.

Las lágrimas solo caían, pero ni siquiera era capaz de soltar sollozos por el shock en el que me había metido. Alejandro estaba igual, a él lo estaba consolando mi padre. No podíamos creer que esto haya pasado, ¿cómo es que consiguieron atacar por sorpresa al grupo de mi madre y dejarla en coma... ? Y ni siquiera es la peor parte. Alex... mejor amigo, casi hermano de mi tía Eva que es amiga de mi madre... él murió en ese ataque...

Mi tía Eva se ha encerrado en su habitación desde que volvieron. No salió ni para comer, le ha afectado demasiado, más que a las demás amigas de mi madre...

-P..Papi... -murmuré mirándolo.

Entonces ya no pude retenerlo, sollocé. Él me señaló para ir con él y Ale, los tres nos abrazamos, afectados por las noticias recibidas. Sollocé en el pecho de mi padre hasta que me dolía la cabeza.

-M..Mamá... e..estará b..bien ¿C..Cierto?

-Claro que sí... ella es muy fuerte, no dudes de eso -asegura papá teniendo los ojos aguados.

-Va a estar bien, Tess, tranquila...

-Eso espero.

Me separé de ellos para mirar a las chicas quienes no dudaron en demostrarme su apoyo al abrazarme entre todas y consolarme junto con los chicos. Entonces Zeth se acercó, volví a separarme del grupo para mirarlo, pero no dije nada, volví a sollozar y él me abrazó con fuerza.

-Quiero ir a casa...

Él asiente sin más antes de cargarme y sacarme del hospital en donde estaba mi madre... Escondí mi rostro en el cuello de Zeth mientras él caminaba y nos alejaba del lugar. No tomé en cuenta por donde pasábamos ni cuánto habíamos tardado, solo supe cuando llegamos a casa y él entró ya que la puerta estaba abierta porque salimos disparados de esta al hospital cuando llegamos.
Me llevó escaleras arriba, supo dónde era mi habitación, seguramente por el aroma, y cerró la puerta tras de él con el pie para luego dejarme en la cama.

Se iba a separar pero no se lo permití, así que me susurra un "Tranquila, no me iré" consiguiendo que lo suelte. Se endereza para quitarme primero los zapatos a mí y luego quita los suyos. Se acuesta junto a mí y nos cubre a ambos con las mantas, para abrazarme bajo estas con tanto cariño y soporte.

-Espero que despierte pronto... -murmuré. Zeth besa mi frente y acaricia mi espalda.

-Lo hará... No te preocupes más, ya verás que estará despierta y abrazándote de nuevo.

-No quiero perderla, no quiero que pase mucho tiempo y los doctores tengan que desconectarla...

-No lo harán, nadie les permitirá hacerlo.

-Zeth...

-¿Sí?

-Gracias...

Me aferré de nuevo a él y empecé a cerrar los ojos hasta quedarme dormida, solo pude escuchar una última vez como murmura un "de nada, mi Luna", antes de que quedara inconsciente por completo.

Narra Zeth

Me aseguré de que Tess estuviera durmiendo para levantarme. Tenía algo que hacer antes de estar tranquilo junto a ella. Me coloqué los zapatos y me fui hasta salir de la casa, al abrir la puerta me encontré con Sarah, apunto de abrirla ella y seguramente hacer un escándalo. Resoplé, me crucé de brazos y me apoyé contra el marco de la puerta mientras la miraba con molestia.

-¿No te ha quedado claro nada?

-Pero Zeth... Realmente no lo entiendo

-Entonces eres completamente estúpida, Sarah. Y yo lo soy aún más por haberme creído tu teatrito de buena persona, cuando éramos amigos.

-Zeth, no puedes hacerme esto... ¿Vas a tirar tantos años de amistad por esa cualquiera? Soy tu amiga y la de tus amigos, ¡soy mucho mejor!

-Me he hartado.

Le di un golpe que le dejó la nariz rota, cayó al suelo sentada y chillando del dolor.

-Te daré cinco segundos para que corras, si te alcanzo... Te mato. Y no me importa que hayas escapado; si vuelvo a verte, aunque hayan pasado cien años... no dudaré en matarte.

Ella se arrastra un poco, estando asustada. Sonreí de lado por un segundo antes de borrar mi sonrisa y mirarla con cansancio.

-Cinco... cuatro... tres...

Ella se levanta a tropezones, se vuelve a su forma lobuna y sale corriendo. Dejé de contar y no fui a perseguirla, no quería gastar mi tiempo y fuerza en ella. No lo valía. Volví a dentro, regresé a la habitación y me quede admirando a Tess mientras ella seguía dormida.

Diosa... Es tan hermosa...

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