Zeth deja que Sarah en el suelo junto a nosotros pero ella no lo deja separarse y lo abraza hasta elevando una pierna como enamorada.

-Mi héroe... -hace reír a Zeth.

-No fue nada.

Ellos seguían abrazados, aunque era Sarah quien lo apretaba con recelo. Gruñí por lo bajo.

-Bueno, sigamos. -expresé con tono cansado.

Zeth se separa de Sarah con cuidado y ella me fulmina con la mirada para luego rodar los ojos y seguir caminando al igual que Zeth. Yo fui junto a mi hermano y transformándome al igual que los demás empezamos a correr de nuevo dejando atrás a los cocodrilos.
La corrida se hizo extensa, hasta que el cielo empezó a oscurecer. Nosotros alentamos el paso cuando nos acercamos a un busque mucho más oscuro y se veía más peligroso.

-¿Tenemos que entrar...? -cuestioné un tanto nerviosa.

-Así es, no hay otro camino -dijo Ale.

Suspiré, Zeth me abrazó por detrás y acariciando mis brazos de arriba abajo con ternura.

-No te preocupes, estaré contigo... -murmura en mi oído.

Le sonreí y sorpresivamente deposité un pequeño beso en su mejilla, él se queda quieto un momento pero parece casi derretirse luego. Me hizo reír y sonrojar, tomé su mano y lo estiré. Con él aquí, y junto a mí... ya no tenía mucho miedo.
Los chicos nos siguieron y rápido nos adentramos al bosque donde se escuchaban todo tipo de sonidos que hacían erizar mi piel del miedo. Ahora sí...

¿Y si pasaba algo? ¿Y si tuviera que pelear? ¿Cómo se supone que pelearé si ni sé cómo...?
Suspiré cansada, tenía que aprender a pelear.
Zeth comenzó a hacer figuras imaginarias en mi mano y me besa la cabeza para darme ánimos y desconcentrarme de lo tenebroso del bosque. Y vaya que sí lo hizo. Pero solo por un momento.

Escuchamos un ruido detrás de nosotros, todos paramos y miramos hacia allí. No había nada, agudicé mi oído y escuché un rugido muy fuerte. Cada vez se acercaba más.

-Algo viene. -alerté llamando la atención de todos.

Ellos se posicionaron de forma defensiva y Zeth se coloca frente a mí. Miré su espalda y la de los demás, me sentí mal. Una carga... No quería que me protegieran todo el tiempo, quería ser útil. Si pensaba en cuán diferente éramos, había una brecha en el suelo que nos separaba cada vez más.

No me gusta esto... Tengo que aprender a defenderme y rápido.

-¡Ahí! -alerta Ceci.

Frente a nosotros apareció un enorme hipogrifo, podría decir que era igual o casi igual al tamaño dragón de Zeth. Lo miré sorprendida pero reaccioné cuando Zeth me apartó del golpe que lanzó con su cola de escorpión. Los chicos gruñeron al igual que las chicas.

El Hipogrifo rugió estruendosamente y se acercó a nosotros con claras intenciones de matarnos. Los demás se abalanzaron sobre él y lo atacaron primero. Vi como Zeth y mi hermano daban todo de su parte pero el Hipogrifo no desistía. Ni siquiera se hacia menos cuando Zeth se enfrentó a él en su forma dragón. Pero así estaba en desventaja...

-¡Zeth! -él suelta un rugido de dolor cuando la cola escorpión del hipogrifo se clava en su costado.

Zeth se aleja, parecía adolorido aún, ¿tenía veneno? Él incendia su cuerpo entero con llamas y gruñe, noté un vapor diferente saliendo de él. Zeth se sacude pero parece mareado, el hipogrifo no pierde la oportunidad de querer matarlo. Se abalanza en contra de Zeth quien tuvo que responder rápido, ambos regresaron a una batalla en la que los demás no conseguían poder meterse.

-Zeth, por favor... -rogué tratando de no llorar de la preocupación y frustración, por no poder ayudarlo.

Ale corre hasta ellos y muerde la pata del hipogrifo, este ruge un poco y lo lanza de una patada contra un árbol. Zeth aprovecha para atacar su cuello. Corrí hacia mi hermano y lo ayudé como pude.

-Ale... -sujeté su cabeza él tose un poco pero me sonríe.

-No es... nada, no te preocupes. Estaré bien.

Resoplé cansada de todo esto, miré a Zeth, sabía que no daba más. El hipogrifo era muy fuerte... Agarra a Zeth y lo lanza al suelo con fuerza, él gruñe pero parecía luchar contra el sueño. El hipogrifo lo estaba venciendo. Todos los chicos gruñen y estuvieron dispuestos a luchar de nuevo.

-Deténganse.

Miramos a Esmeralda con confusión y extrañeza, ¿quiere que Zeth muera o qué le sucede? Esmeralda nos mira antes de caminar hacia el hipogrifo que estaba por matar a Zeth. Me preocupé, mi corazón se aceleró, casi tuve el impulso de correr y hacer algo... lo que sea... Entonces Esmeralda se acerca tanto que llama la atención del Hipogrifo. Este la mira y ruge queriendo atacarla también pero ella levanta las manos.

-Tranquilo, no te haré nada... lo prometo... -ella sonríe mientras habla tiernamente.

El Hipogrifo parece dudar pero al final agacha su cabeza, mira atentamente a Esmeralda y ella logra acariciarlo, al tocar la cabeza del Hipogrifo, éste cierra los ojos y termina convirtiéndose en una luz muy brillante. Tanto él como la mitad del bosque, desaparecieron y dejaron ver una hermosa ciudad escondida.

-Wau... -murmuramos todos al mismo tiempo, era la ciudad de los magos y brujas.

Esto era increíble.