-Estás bien... Cariño, estás bien... -se aferraba a mí teniendo miedo a que desaparezca si me soltaba.

-Lo siento, mamá perdón por preocuparlo...

-Eso ya no importa, lo que sí importa ahora es que estás bien y regresaste con nosotros. Sana y salva...

Ella acariciaba mi cabeza mientras ambas llorábamos. Escuché a más personas acercarse y me separé de mamá para ir con Ale.

-Tess, yo...

-No te disculpes. No tienes que hacerlo, me lo merecía.

-No claro que no. Yo rompí mi promesa, te hice sentir mal, lo siento...

Lo abracé rápidamente y él me regresa aquel abrazo con sinceridad. Luego abracé a mi padre, los había extrañado a todos y me arrepentía por no haber vuelto antes. Al separarme, Zeth se acerca y me abraza por la cintura mientras me sonríe pero escuchamos varios gruñidos y luego el reclamo de mi madre.

-¿En serio? ¡Es su Mate! ¡Por la Diosa!

Aquello aligeró el ambiente, todos dejamos escapar una pequeña risa cada uno. Mamá abraza a papá dándole un beso en la mejilla y consiguiendo que él dejara de fulminar a Zeth.

-¿Vamos a dentro? Aún debemos perfeccionar los planes con respecto al consejo.

-Está bien.

Todos caminamos, Zeth sin soltar mi cintura, hasta la oficina de Ale. Volvimos a sentarnos en los mismos lugares de la última vez; pero en lugar de poder sentarme en el reposabrazos del sofá, Zeth me jala del brazo y me sienta en su regazo. Me sonrojé y miré a todos, aunque los mismos de siempre gruñen.

-Traicie, dile a tu hijo que está jugando con fuego... -gruñe mi papá.

-Entonces, que bueno que soy inmune -Zeth sonríe mirándome.

Le cubrí la boca rápidamente y sonreí a mi padre de manera nerviosa mientras que ellos gruñían otra vez.

-Bueno, está todo solo falta decidir quiénes irán a dónde -explica mi madre.

-Y repasar los planes -termina Ale.

Todos hicieron aquello, revisaron cualquier cosa que fuera un hoyo en los planes y lo tapamos de alguna forma. Era genial como todos podíamos trabajar en equipo y aunque algunos tuvieran ideas diferentes, supimos solucionarlo y no empezar una discusión. Luego fue la repartición de las tareas.

-Bueno, pues ustedes hablarán con las brujas -menciona Traicie, señalándonos a las chicas y los chicos incluyendo a mi hermano, Zeth y... ¿Sasha? creo que se llamaba.

Un momento, ¿ella estaba aquí? ¿Qué se supone que hacía aquí?
Miré a Zeth con confusión y le señalé con los ojos a su amiga... Él se acerca a mí para hablarme en un susurro casi imperceptible.

-En la manada es muy buena curandera. Y la necesitamos en nuestro grupo.

Rodé los ojos pero asentí, nos enderezamos y volvimos a prestar atención a lo que los demás decían sobre el plan.

-Está bien.

-Ustedes irán a hablar con otras manadas del norte y este -sigue hablando mi padre.

Señala a mis abuelos y tío, junto con mi madre.

-Sky y yo nos comunicaremos a través del link y sabremos que está pasando -continúa.

-Y ustedes van a ir a las manadas del sur y oeste -dice mi madre al grupo que iría mi padre y este asiente.

-Perfecto ¿Cuándo comenzamos el viaje? -pregunta Ale.

-Mañana. Pero recuerden, el camino hacia el territorio de brujas es muy traicionero, aunque confío en que lo lograrán. Luego les daremos indicaciones por donde deben ir -habla Jean, y todos asentimos.

Noté que Zeth estaba un poco ido, lo miré pero notaba la tensión que aplicaba en su mano sujeta a mi cintura mientras pensaba. Todos se levantan cuando la reunión había terminado pero yo apoyé mi mano en la mejilla de Zeth.

-Hey... ¿Estás bien?

-Sí... sí, no te preocupes.

Besa mi mejilla sorpresivamente, me sonríe y me incita a levantarme antes de tenderme su mano.

-¿Vamos?

Asentí sin más mientras sujetaba aquella mano tendida y salíamos de la habitación siendo los últimos.