Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 10

Era desesperante la forma en que cuando estaba por entrar de regreso a los territorios de mi manada, al mínimo ruido que alguien hacía porque me buscaban, me encantaba y volvía a correr. Me frustraba, pero aún estaba avergonzada de mí misma por lo que había pasado que no pude hacer nada durante dos semanas.

Además de que estar lejos de Zeth, por ser mi Mate, ya me estaba haciendo efecto. Estaba sin ganas, me sentía sin fuerzas y solo quería dormir ni siquiera comer. Pero Álvaro me ayudó, me animó en lo que pudo y fue él quien me llevó y acompañó hasta mi manada para que regresara, pero no me obligó y me tuvo paciencia cuando me devolvía al bosque.

Me removí en mi lugar cuando el sol del mediodía comenzaba a golpearme en el rostro gracias a la ventana. Gruñí pero me obligué a levantarme mientras frotaba mis ojos y salía de la cabaña, bostecé y me estiré pero un olor a conejo me hizo mirar al frente dónde Álvaro estaba.

-Sorpresa, pulgas.

-¿Y todo eso? -cuestioné mirando la cantidad de conejos que había atrapado.

-Has dormido todo el día de ayer, supuse que tendrías hambre. Todo esto es para ti.

Me acerqué mirando todo, le sonreí antes de transformarme (ya que así podía digerirlos mejor sin ninguna molestia a la vez que no me vería tan mal comiéndolos) y empecé a comer. Realmente me sentía mal por los conejos pero no puedo evitarlo, siguen siendo muy deliciosos. Aunque cuando terminé me volví a mi forma humana, Álvaro me pasa un paño un poco húmedo con el que me limpié los restos.

-Gracias.

Asiente sonriendo, pero ambos nos sobresaltamos cuando escuchamos un gruñido junto a ambos. Miramos hacia allí, Álvaro se coloca en frente de mí listo para atacar, sabiendo que yo no podía defenderme. Pero lo agarré por el brazo.

-Álvaro, no... -suspiré-... es su forma lobuna... -confesé.

-¿Es un híbrido? -asentí-. ¿Quieres que los deje? -volví a asentir.

Él deja aquella posición defensiva para mirar una vez más a Zeth que nos veía serio pero confundido. Álvaro vuelve a mirarme, yo asentí y él se fue con velocidad borrosa. Miraba el camino por el cual se ha ido Álvaro, me abracé a mí misma y cerré los ojos, suspirando para calmarme y saber que decir.

-Lo siento... -empecé-. No debí actuar de esa forma, debí controlarme y controlar a Rieka. Siento que tuvieras que verme así; loca y celosa...

Sentía mi rostro arder, me estaba avergonzado de nuevo. No podía ni mirarlo porque pensaba que me veía despectivamente o con desagrado. La idea de su rechazo me hizo estrujar el corazón, no quería pero rápidamente aparecieron lágrimas de culpa y miedo en mis ojos. Pero a la vez sentía que eso era lo que más me esperaba que pasase, que me rechazara era lo mejor para él en estos momentos.

-Soy una cobarde por irme, eso lo sé... Lamento armar tanto drama con todo esto. Sé que tienes muchas chicas detrás y que te haya tocado alguien como yo para ser tu Mate debió ser decepcionante, y..yo...

Me sobresalté cuando lo sentí frente a mí, con su tamaño me empujó así que caí al suelo y él me aprisionó allí. Bufó junto a un gruñido pero entonces bajó y apegó su cabeza junto a la mía, se frotó un poco y pude sentir un leve cosquilleo por su pelaje.

-"Jamás vuelvas a decir que te rechace. Porque no lo haré, ni aunque fuera la orden suprema de la misma Diosa Luna. No sabes cuán preocupado estaba por ti, no dejé de buscarte en todos estos días, ¿así crees que eres una decepción para mí? Por supuesto que no."

Sin querer solté un sollozo, pero senté para alcanzarlo, lo abracé como pude mientras me aferraba a él, me rodeó con su cabeza y una pata, correspondiéndome.

-"Eres mía, Tessa... y siempre lo serás. No importa quién o qué se presente en nuestro camino. No importa ni la cantidad de enemigos que tenga que enfrentar para estar contigo. Lo haré y te prometo que ganaré, aunque sean tus mismos demonios los que nos quieran separar."

-No te merezco... -sollocé. Zeth era increíble... demasiado increíble.

-"Eso lo decido yo."

Volví a aferrarme a él cuanto pude. Lloré bastante mientras lo abrazaba hasta que al final terminé por quedarme seca. Zeth se separa y mira mi rostro, lame el rastro de lágrimas en mis mejillas haciéndome un poco de cosquillas. Sonreí levemente, entonces él se acuesta apoyando su cabeza en mi regazo. Elevé una mano y lo acaricié con delicadeza y cariño, él cerró los ojos y pareció disfrutar de esto.

-Te extrañé mucho, pero no podía dar la cara... -me sinceré.

-"Todos te extrañamos y esperamos el día en el que regresaras a tu casa..."

-Lo he intentado un sin fin de veces en todo este tiempo. Pero simplemente... no podía. Temía que no les agradara el que hubiese vuelto.

-"Es lo más esperado por todos. Tienen miedo de pensar en que te haya pasado algo..."

-Pues no me ha pasado casi nada... -me tensé un segundo al analizar lo que había dicho sin pensar.

-"¿'Casi'? ¿Qué ha pasado, Tess?"

-B..Bueno, es que...

Él levanta la cabeza y me mira con insistencia, sabía que era mala mintiendo así que resoplé y agaché la mirada.

-Me encontré con los cazadores, y si no hubiera sido por Álvaro... pues supongo no estaría hablando contigo ahora...

Recordé ese momento tan horrible. Tuve tanto miedo... le agradezco a Álvaro por haber aparecido. Zeth estaba preocupado, con los ojos abiertos de par en par.

-"¿Qué te han hecho? Dímelo."

-La mayoría se me ha curado, no tienes de qué preocuparte. Estoy bien...

-"¿Y la minoría? ¿Qué es de eso? Quiero ver."

-Zeth, yo...

Suelta un pequeño bufido para insistir con lo mismo. Intenté rehusarme pero sabía que no iba a lograrlo, resoplé y me di vuelta. Tenía algo de miedo por su reacción y a la vez algo de vergüenza. Volví a resoplar y me levanté la remera, dejando expuestas mis heridas cicatrizadas o aún en proceso de.
T

enía cortes, golpes y agujeros por balas... todos hechos por el mismo material: la plata. Por eso tardarían en sanar.

No lo escuchaba, y justo cuando pensaba en darme vuelta lo sentí pasando las yemas de sus dedos por mi espalda. Me estremecí por el sorpresivo contacto, pero no me aparté. Él siguió pasando sus dedos por mí hasta que escuché como gruñó y resopló. Yo me puse bien la remera y me giré, viendo en su rostro lo enfadado y preocupado.

-Estoy bien, en serio...

-Pero yo no estuve allí para ayudarte.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro