Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

51. Nada que temer

- Hemos quedado con NamJoon y los demás aquí. - Anunció YoonGi mirando el móvil. - Dicen que no tardarán en llegar.

- ¿Le has dicho ya a tu madre que pronto iremos para allá? - Preguntó HoSeok.

- Sí... - Murmuró YoonGi. - Le he enviado un mensaje. Dijo que estaba ansiosa por ello. - Puntualizó. - No sé si eso es bueno o malo o...

- Debes estar nervioso. - JiMin apoyó una mano sobre el hombro de YoonGi intentando ofrecerle consuelo. - Pero no tienes motivos para temer nada. Tu madre sin duda te dará las respuestas que estás buscando.

- Ya... ¿pero y si las respuestas que encuentro no son... de mi agrado? - Comentó inseguro.

JungKook desvió la mirada a sabiendas de qué clase de respuesta sería la que YoonGi no quería obtener. No quería descubrir que podían ser hermanos. Hijos del mismo padre. Si fuera así, todo cambiaría para YoonGi. Ya no le vería como nada más que su hermano. La familia de JungKook tampoco era dada al incesto, pero YoonGi realmente parecía odiarlo. Simplemente inconcebible para él. Si su relación quedaba rota, eso afectaría a todo el harén. Además, si sus celos realmente seguían coincidiendo... No. JungKook temblaba de sólo pensarlo. Pero eso no era lo más importante. No quería que YoonGi se alejara de él. No quería perder su amor.

- Buenos días, hijo. - Una señora interrumpió los pensamientos del menor del harem. - ¿Conoces el camino de Dios?

- ¿Dios? - JungKook torció el gesto con curiosidad.

- Sí. - Se unió con ímpetu una linda joven que acompañaba a la señora. - Dios tiene un camino para todos nosotros. Si estás perdido, Dios conoce tu camino correcto y nuestra iglesia puede ayudarte a encontrarlo.

- Yo... - Dudó JungKook.

- Disculpe. No nos interesa. - Intervino YoonGi con educación.

- Muchacho, quizá a ti no te interese, pero tu amigo aún puede ir por el camino correcto. - Respondió la mujer más mayor.

- No es mi amigo solamente. Es mi compañero de harén. Somos omegas y nuestra única diosa es la Luna llena. - Formuló con severidad enfrentando a la mujer. Ninguno de los demás comprendió por qué se comportaba tan bruscamente por enorgullecía a los suyos hablando con tanta firmeza.

- ¿Crees que porque blasfemes de ese modo nos ofendes? - Dijo la joven seria pero sin alzar el tono. - Ofendes a Dios y te avergüenzas a ti mismo.

- Con esa clase de cosas no se bromea, chico. - Le regañó la mayor.

- Pero... es la verdad. - Aseguró JiMin. Ante la inequívoca sinceridad del omega, las dos religiosas dieron un paso atrás alarmadas.

- Sé muy bien qué opinión les merecemos los de mi especie. Así que no pienso discutir con ustedes. - Sentenció YoonGi. - Apartémonos de aquí. Esperemos más allá. - Les dijo a los demás.

- No sois hijos de Dios. - Bramó de pronto la señora. - Sois una burla del diablo. Criaturas infames expulsadas del paraiso.

- No hagáis caso. - Les dijo YoonGi cogiendo la mano de HoSeok. No permitiría que alguien así amedrentara a los suyos. - Debes estar a punto de llegar.

- La Biblia lo dice claramente. Un matrimonio sólo se compone de hombre y mujer. Sólo la mujer tiene la virtud de dar vida. - Continuó atacando la mujer.

JiMin se aferró a su propio vientre afectado. ¿Y qué era lo que había hecho él más que darle la vida a su amado hijo? De repente echaba de menos a su pequeño y quería volver a casa.

- ¡Engendros! - Exclamó alzando la mano amenazante. La gente alrededor empezaba a mirarles fijamente, tanto a ellos como a las dos religiosas, algunos con lástima, otros con desagrado. - Volved a vuestro bosque donde vivís como bestias. No hay lugar para vosotros entre las criaturas de Dios. - Decía aún con el brazo en alto. - No sois más que...

Un fuerte agarre rodeó su muñeca y la hizo callar. Ante ella, un enfurecido alfa, que trataba sobre todas las cosas, de mantener la calma, la miraba con la fiereza de la bestia que verdaderamente había dentro de sí.

- No se lo volveré a pedir amablemente. - Advirtió. - No vuelva a dirigirse a mis omegas.

Ella no pudo decir nada. La mera presencia del poderoso gran alfa negro de Bukhansan la silenció por completo. Asustada, dio dos pasos atrás cuando NamJoon la soltó.

- Vámonos. - Ordenó. Y nadie se atrevió a decir nada más. TaeHyung agarró el brazo de JiMin con fuerza y tiró de él para conducirle. HoSeok siguió a NamJoon de cerca y le tomó de la mano. El alfa la apretó para que dejara de temblar. YoonGi empujó con suavidad la espalda de JungKook para animarle a seguir al alfa. Jin se encargó de que ninguno quedara atrás, cerrando la marcha, lanzando una agresiva mirada a las dos mujeres.

- Estas bien, Hobi. - Le preguntó NamJoon cuando ya se habían alejado un poco, sin soltar su mano.

- Sí, no me esperaba algo tan repentino y agresivo por parte de una mujer de aspecto cordial. - Susurró.

- La culpa es mía. - Anunció YoonGi. - No debí decir que eramos omegas. Tenía que haberme callado e ignorarlas para que nos dejaran en paz. - Dijo bajano la cabeza.

- No. - Sentenció Jin. - Hiciste bien. Ser omega no es nada malo. No hay motivos para ocultarlo.

- Antes lo habría hecho. - Declaró YoonGi. - Era más fácil pasar desapercibido.

- Pero es que ahora estas orgulloso de lo que eres. - Le sonrió JiMin tiernamente. - Y finalmente has reconocido tu verdadera naturaleza.

- Recuerda que son ellas las que se equivocan, YoonGi. Tú no has hecho nada malo. - Añadió NamJoon. - No has hecho daño a nadie. Así que no te disculpes por estar orgulloso de lo que eres. Y mucho menos de defender a aquellos que amas.

Tenían razón. ¿Por qué iba a sentirse culpable por algo asi? ¿Por qué iba a callar y agachar la cabeza? Él sólo había dicho la verdad y se había mantenido firme junto a los suyos.

Finalmente se subieron al coche para llegar hasta a la casa de la madre de YoonGi. Subiendo las escaleras, YoonGi se quedó un poco retrasado y NamJoon se mantuvo tras él, animándole a subir sin decir una palabra, con su mera presencia y apoyo.

Le abrieron paso cuando estaban frente a la puerta y YoonGi se quedó congelado un momento.

- ¿No vas a llamar, cielo? - Murmuró NamJoon tras él.

- Sí... sí... claro...

- ¿No tendrás miedo, no? - Le dijo abrazándole con cariño por la espalda.

- Claro que no.

- Entonces por qué estás temblado, mi vida. - Susurró en su oído, sosteniéndole con un poco más de fuerza.

- Yo... - Dudó.

- Escucha, YoonGi. - Le apretó contra su pecho hasta que pudo sentir el latido constante de su corazón calmante. - Ocurra lo que ocurra, sea cual sea la historia que tenga que contar, recuerda esto. Yo voy a seguir siendo tu alfa, ella va a seguir siendo tu madre y JungKook va a seguir queriéndote como a su hermano mayor. Sea cual sea la verdad, nada cambiará. Así que no tienes nada que temer.

YoonGi se dio la vuelta y miró a su alfa con una leve sonrisa. NamJoon tenía razón, como siempre. Se abrazó a él buscando su consuelo y su valor, y el alfa lo arropó cuanto pudo.

- Gracias. - Dijo sonriendo.

Con las fuerzas renovadas, de nuevo enfrentó la puerta y finalmente llamó. La puerta se abrió casi enseguida. Estaba claro que la mujer estaba esperándoles.

- Hola, mamá.

- ¡YoonGi, cariño! - Exclamó abalanzándose hacia su hijo.

Era una mujer joven para tener un hijo de la edad de YoonGi. Sin duda había sido madre pronto. Pero eso no sorprendió a los omegas que eran tan jóvenes como ella cuando tuvieron a sus hijos. Era algo normal para los cambiaformas.

- ¿Cómo estás, mamá? - Preguntó YoonGi alegrándose de verla a pesar de los nervios que traía consigo.

- Yo estoy bien, hijo. ¿Y tú? - Pareció empezar a inspeccionarle de arriba a abajo. - ¿Comes bien? Pareces estar delgado.

- Eso me ofende, señora. Todos repiten de mi comida. - Mencionó Jin sonriendo.

- Estoy bien, mamá. - Rió YoonGi con menos tensión. - No seas así.

- Entrad. He preparado algo de aperitivo. - Les invitó a todos. - Cuando YoonGi me dijo que vendríais tantos no sabía qué hacer. Esta es una casa pequeña.

- Sentimos molestar. - Se disculpó HoSeok.

- No, por favor. Es un placer conocer por fin a la personas con las que mi hijo comparte su vida ahora. - Saludó agradablemente a cada uno de los omegas mientras pasaban. NamJoon fue el último en cruzar el umbral y cerró la puerta tras de sí. La mujer se le quedó mirando más atentamente que al resto. - Sin duda, el alfa. - Formuló. - Sois algo completamente distinto. Vuestra presencia es imponente para cualquiera.

- No es mi intención amedrentaros. - No sabía nada de ella. Pero cualquier alfa podía sentirse como una amenaza para otros cambiaformas.

La mujer le miró cuidadosamente.

- Eres grande e intimidas, sin duda alguna. - Razonó ella. - Pero sólo eres un crío. - Le sonrió justo después.

En realidad, NamJoon no era más que un muchacho de 20 años. Para una madre, alguien así es prácticamente un niño.

- Sí, señora. - Pero no era sólo un muchacha. Guiaba a su familia y a su manada.

- Siento mucho la pérdida tan repentina de tu padre. - Dijo volviendo a ponerse seria. - Tengo entendido que era un buen hombre. - NamJoon hizo un gesto con la cabeza como agradecimiento. - Debo reconocer, no sin algo de vergüenza, que me alegré cuando supe que YoonGi tendría un alfa de su edad, pero eso no alivia tu pena.

- Coincido en que no habría sido una buena idea que YoonGi se hubiera emparejado a un alfa tan mayor. - Pronunció NamJoon. - Sin conocer nuestro mundo, habría sido muy difícil para él. Aún más difícil. - Puntualizó sonriéndole. - No puedo decir que yo sea la persona más paciente y sosegada del mundo pero, supongo que un alfa demasiado mayor no habría sabido enseñarle nuestro mundo del mismo modo.

- Yo creo que lo has hecho muy bien. - Apoyó YoonGi sonriendo. - Sin ti habría estado perdido. Si es que no me hubiera muerto en el bosque aquel día.

- No digas eso. - Le pidió el alfa con cierta seriedad. - Es de mal fario, cariño.

La mujer se les miró a ambos alternativamente. Nunca había visto esa mirada en su hijo.

- Vamos, comed algo. - Intervino la madre de YoonGi. - Me alegro mucho de teneros aquí. Hacía mucho que no veía a YoonGi y se empeña en enviarme mensajes fríos y sin corazón. Ni siquiera una llamada.

- Eso no es exactamente cierto. - Se excusó YoonGi. - No seas exagerada.

- Sí que lo es. - Opinó TaeHyung. - Tú nunca la llamas. - Le regañó.

YoonGi empujó a TaeHyung bromeando.

- Sólo es... que no tengo mucho que contar. O... demasiado.... no sé. - Expresó cabizbajo. ¿Cómo iba a poder a contarle a su madre lo perdido que había estado? Todo lo que había sufrido o... lo bien que estaba yendo su íntima relación con NamJoon. Era todo demasiado confuso como para expresarlo con palabras. Era más fácil enviar un mensaje diciendo que todo estaba bien.

De nuevo, miró al alfa y sonrió. Con NamJoon a su lado todo se volvía mucho más fácil. Su madre les observó atentamente pero no dijo nada.

- Ha sido difícil empezar de cero, madre. - Comentó. - Era todo nuevo para mí. Demasiada información, demasiadas nuevas sensaciones. Aprender a ser omega... Era abrumador. - Explicó.

- Lo comprendo. No quería agobiarte. - Aseguró la mujer. - Redescubrir quien eres ha debido ser todo un reto.

- Sí... y... a veces me preguntó si era necesario que fuera así de difícil. - Planteó. NamJoon sintió el pulso de su omega acelerarse. Eso tampoco iba a ser nada sencillo para él. Se acercó y le acarició la nuca con cariño.

- ¿Qué quieres decir, hijo? - Le preguntó su madre.

- ¿Por qué? ¿Por qué tenía que descubrir quién era a esa edad y de esa forma? - Quiso saber. - ¿Sabes lo asustado que estaba mientras mi cuerpo me gritaba cosas que yo no entendía? Tuve que adaptarme como pude y hacer cosas de las que ahora no sé si me arrepiento. Desde mi primer celo hasta que encontré a NamJoon. ¿Sabes la angustia que se siente? - Gimió llevándose la mano al pecho. NamJoon se mantuvo cerca de él y le sostuvo por los hombros.

- Cálmate, por favor, mi vida. - Le pidió el alfa.

- Necesito saberlo. Ni siquiera aún sé quien soy. - Sollozó nervioso, sintiendo que el corazón iba a salirsele del pecho. - ¿Quién era en verdad mi padre? ¿Quién eres tú? ¿Qué sucedió? ¿De verdad mi padre mató a alguien?

Su madre le miró con un nudo en la garganta. Siempre había sabido que ese dia llegaría. Era consiente de que su hijo había aguantado mucho para no mencionar el tema. Pero no podía más.

- Nunca te pregunté porque sabía que tenías que tener un buen motivo. Pero no puedo más. - Sollozó agónico. - Necesito saberlo. ¿Por qué? ¿Por qué me ocultaste qué era? ¿Por qué no me dijiste que era un cambiaformas? ¿Por qué no me enseñaste ni me explicaste nada incluso cuando lo descubrí? - La miró con los ojos aguados. - Mamá, por favor. - Se echó a llorar y pegó su espalda al pecho de NamJoon para que este le abrazara mientras aún era capaz de mirar a su madre a los ojos. El alfa no falló. - Necesito saber la verdad. - Le rogó. - Por favor.

Su madre permaneció en silencio un momento y YoonGi, sin poder soportar la presión, se volteó hacia NamJoon y le abrazó tembloroso.

- Ya, calma, vida mía. Tranquilo. Ya está. - Trató de calmarle acariciádole el pelo. - Ya está.

La mujer, finalmente, se sentó en el sofá como derrotada.

- La verdad. - Susurró. - Muy bien. Te contaré quién era tu padre, YoonGi. Te contaré por qué él ya no está y por qué hice lo imposible por alejarte de ese mundo y ocultarte quién eres en realidad. - Se rindió sinceramente. - Y después, si es lo que quieres, puedes odiarme el resto de tu vida.


Hola!!! Espero que os haya gustado mucho el capítulo. ¿Pronto descubriremos la verdad sobre el origen de YoonGi? ¿Quién es en verdad su padre? ¿Será hermano de JungKook? ¿Quién será en verdad su madre? ¿Podremos saber toda la historia sobre los lobos blancos de Apsan?

Habra que esperar al siguiente capítulo!

Un besazo!!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro