27. Decisiones correctas
- ¿Los amas a los dos? ¿De verdad? - Pronunció en voz baja, un poco conmocionado. Esa idea parecía sorprender sobremanera a JungKook. - Y ellos te aman a ti.
- Eso espero. - Rió el alfa.
- ¡Nam! - Exclamó HoSeok dándole un pequeño golpe a su alfa haciéndole reír aún más. JungKook veía el amor en los ojos de su padre cuando le miraba a él y a sus hermanos., pero difícilmente cuando miraba a sus omegas. No negaba que les tuviera cierto cariño y que se sintiera atraído por ellos, pero no era amor. Eran sus parejas y varias de ellas habían llegado a él casi por obligación. Las uniones concertadas reinaban en su mundo. Era lo que pasaba cuando tenías esa clase de estatus, pero a NamJoon eso no parecía afectarle a pesar de ser un gran alfa también.
- Es una condición muy estricta. - Opinó la mujer. Tomar sólo omegas de los que estar enamorado era problemático.
- Sí que lo es. - Apoyó el alfa.
- Por eso sólo tienes dos omegas. - Expresó ella. Desde su punto de vista, eso era desperdiciar a un gran alfa joven y fuerte.
- Cuatro, en realidad. Los dos menores están ahora en Seúl. - Explicó.
- ¿So...solos? - Murmuró JungKook con mucha sorpresa y cierta ilusión. ¿Estaba diciendo que dos de sus omegas estaban en la ciudad sin él con total libertad? ¿Podía existir otro tipo de vida para un omega? No es que él la quisiera, claro, pero haber visto allí mismo a un omega sin marcar y a un alfa que no tenía una posesión obsesiva sobre sus omegas, le hacía pensar que había un futuro para él. Una oportunidad de ser quien quisiera ser, aún siendo un omega. Vivir sin un alfa, sin opresiones.
- Claro que no, Kookie. - Dijo su madre como si fuera un verdadero disparate. - Habrá una buena razón y estarán bien escoltados. - Jin rió a carcajadas.
- Intenta poner grilletes a TaeHyung. - Se burló Jin.
- Por suerte, JiMin es sensato. - Añadió HoSeok. Madre e hijo les miraron asombrados. ¿Un alfa había dejado a dos de sus omegas solos en la ciudad? ¿Era eso posible?
- Hay un buen motivo. Eso es cierto. - Aseguró NamJoon con melancolía. Quería tener a JiMin, a TaeHyung y a su pequeño bebé entre sus brazos. En casa. - Pero, como ya te he dicho, no todos los alfas son como tu piensas. - Expuso NamJoon con calma. - En realidad me da igual si me crees o no. - Declaró. - Ese es problema tuyo. Lo que sí es seguro... - Dijo mucho más serio. - ...es que necesitas un alfa, JungKook. Ningún omega sobrevive y se mantiene cuerdo sin un alfa. - El cachorro volvió a ponerse a la defensiva.
- Eso no es verdad y lo sabes. - Le espetó.
- Es la única verdad absoluta, te guste o no. - Habló HoSeok con amabilidad. - Pero eso no significa que estés vendiendo tu libertad.
- ¿Y él? ¿Qué hay de él? - Señaló descaradamente a YoonGi, que se había mantenido al margen de la conversación sintiéndose fuera de lugar. Él no era un omega de NamJoon. No sabía muy bien qué hacía allí. - Es un omega presentado sin alfa y sin marcar. Eso es lo que yo busco justamente. - No imaginaba que alguien lo hubiera logrado antes que él por lo que le daba mucha curiosidad. Su madre, sin embargo, imaginó que debía haber un buena razón para esa situación. Y no una buena razón. Quizá había perdido a su alfa, o algo así.
- JungKook, no seas maleducado. - Habló prudentemente. No puedes juzgar a las personas sin conocer su pasado.
- YoonGi es... - Empezó NamJoon con dudas. - ...un caso especial. - Había intentado sonar amable y dar pocos detalles, pero con sus palabras YoonGi sólo se sintió más inseguro con la situación.
- ¿Insinúas que yo no soy especial? - Gruñó el cachorro ofendido muy lejos de a lo que se estaba refiriendo el alfa.
- YoonGi ha sufrido mucho, JungKook. - Pronunció esta vez con seriedad. - Incluso sin ni siquiera te conozco no me gustaría ese destino para ti.
- No soy un ejemplo a seguir. - Añadió YoonGi cohibido.
- Pero... - JungKook quería saber más. Tenía que haber una forma de ser libre. NamJoon le interrumpió.
- Está bien. Si tienes razón todo será genial para ti y tendrás esa libertad que dices que sólo puedes encontrar sin un alfa pero, ¿y si no funciona? ¿Y si después de luchar mucho te das cuenta de que nosotros teníamos razón y no puedes hacerlo solo? Has de ser inteligente y contemplar todas las opciones. ¿Qué harías entonces? - Le preguntó intentando derrumbar sus argumentos y actitud desde una perspectiva más amenazante: el miedo. - ¿Volverás arrastrándote a tu padre para que te consiga otro alfa? Quizá ya sería demasiado tarde para entonces. - Planteó con dureza. Quería que JungKook se diera cuenta del error que podía cometer si no pensaba bien las cosas. Quería que cuando se diera cuenta de la realidad, tuviera un plan B. - Podrías ir con el alfa que te corresponde por cercanía a tu manada de origen. Él tendría la obligación de acogerte en su harén.
- No dejaré que ese viejo me ponga la mano encima. - Declaró con asco.
- ¡JungKook! No hables así del señor Lao.
- Es un viejo verde y repugnante con casi 30 omegas. Todas ellas mujeres a las que trata como esclavas.
- Eso sólo son rumores, JungKook. - Dijo la mujer. Lao GinTha. NamJoon le conocía ligeramente y también había oído los rumores. - Pero coincido en que no quisiera que fuera tu alfa. Es muy mayor para él. - Añadió dirigiéndose a NamJoon. - Su padre siempre le amenazaba con esa idea antes de rendirse con él. Creo que cree que es lo que acabará pasando, pues si se presenta antes de encontrar un alfa al que unirse y luego se arrepiente de no tener uno... su padre dice que no le ayudará a encontrar uno por terco y desobediente.
- No necesito su ayuda. Jamás tendré un alfa. - Continuó alegando con una determinación abrumadora.
- Pero NamJoon tiene razón, JungKook. - Apoyó Jin. - ¿Y si, por cualquiera razón, te arrepientes y no consigues tu objetivo? - Él sabía que lo que el cachorro pretendía era algo imposible, pero no le iba a hacer entrar en razón repitiéndole lo que ya le habían dicho mil veces. - ¿Qué harás entonces?
- Si no soy lo suficiente fuerte para vivir así, no quiero vivir. - Lo dijo con tanta seguridad que sorprendió a todos, menos a su madre, que parecía que no era la primera vez que lo escuchaba y se limitó a bajar la cabeza con tristeza. Pero pronto, NamJoon pasó de la sorpresa a la decepción.
- ¿Ese es tu plan? ¿Suicidarte?
- ¿Para qué vivir cuando no tienes un motivo? Ya lo he dicho. - Miró a los ojos del alfa como desafiándole. - No voy a vivir siendo un esclavo.
- Eso es una cobardía. - Declaró con altivez sosteniendo su mirada y sorprendiendo un poco al joven. - ¿Te rindes y lo dejas todo atrás? ¿Por una convicción?
- No hay nada más poderoso que un ideal. - Declaró sin achantarse.
- Mentira. - Gruñó. - Tu familia. Todos aquellos que te quieren vas a abandonarlos y hacerles sufrir sin mirar atrás. ¡Qué gran plan! - Ironizó. - A la mierda tus convicciones, mocoso. - Pronunció molesto. - Si uno de los míos dijera eso no le perdonaría fácilmente. Cachorro egoísta. - Le espetó. - A veces tienes que agachar la cabeza y aceptar aquello que no te gusta para librar a los tuyos del sufrimiento. No te digo que no debas luchar por tus sueños, pero esa no es solución por no cumplirlos. Así sólo demuestras que no eres más que un crío que no sabe lo que dice.
- Tú sí que no sabes lo que dices. - Le gruñó de vuelta. - Tú no tienes que renunciar a nada. Tú no sabes lo que es agachar la cabeza ante nadie. ¡Eres un gran alfa!
- Justamente por eso, niño ignorante. Yo más que nadie cargo con el destino de muchas familias y no puedo plantarme planes arriesgados y estúpidos como los tuyos porque destruiría sus futuros. - Aseguró con fiereza pero sin levantar la voz. - Piensa las cosas que dices dos veces. ¿No ves el daño que le haces a tu madre? - JungKook miró a su madre, quien aún dirigía su vista al suelo con lástima. Debía tener mucho miedo por su pequeño cachorro que no parecía querer tener un futuro. - Ya casi eres un adulto, JungKook. Compórtate como tal. Tus acciones no te afectan sólo a ti. Puedes creer que no es justo, pero es que la vida no es justa. Hay que mantener un equilibrio entre hacer lo que uno desea y lo que no dañe a los tuyos. Bienvenido al mundo real, JungKook, en el que nadie es completamente libre. Pero si tomas las decisiones adecuadas y le das parte de tu libertad a las personas correctas, como yo le di la mía a mis omegas y ellos me dieron parte de la suya, entonces puedes encontrar la verdadera felicidad y la verdadera libertad.
Se creó un silencio ligero y amable. JungKook se sintió reprendido y no podía mirar a su madre ni sostenerle la mirada al gran alfa.
- Eso... eso sólo es tu punto de vista. - Respondió finalmente en un susurro.
- Sí. En eso tienes razón. - Apoyó el alfa. - Cada uno tiene que buscar la mejor manera de vivir bajo sus propias convicciones y por ello te respeto, JungKook. Pero lo que tú intentas es como si un pez trata de vivir fuera del agua. - Ejemplificó. - Simplemente imposible. Por eso te aconsejo tener un plan B.
- Yo... - Al final, desarmado por el alfa, no supo qué decir. A pesar de no haber sido convencido de abandonar su idea, opinó que merecía la pena escuchar lo que NamJoon decía, pues parecía ser más inteligente que él.
El alfa suspiró pesadamente. No podía echarle de casa sin más. Debía ayudarle un poco. Quizá aún tuviera algo de tiempo.
- Dos semanas. - Pronunció. Todos le miraron sin comprender. - Te daré dos semanas, si las quieres, para enseñarte la forma en la que vive mi manada. No soy el único alfa que tiene mi misma forma de ver las cosas. Después de eso, si te convences, te ayudaré a buscar un alfa para ti. Uno que tenga el valor y las ganas de tener a tu padre como suegro, que no es mi caso. Sino, no tendré más con qué ayudarte. - Alegó. Con algo de esperanza, pues era una opción que podía salir finalmente bien para su hijo, la madre de JungKook levantó la cabeza y le miró.
- ¿Qué opinas, JungKook? ¿No crees que puedes aprender mucho de él? - Propuso. - Comprobar que hay otra forma de vivir, que cada alfa y cada manada son distintas. Que no todo es como tú crees. - La expectación devoró sus nervios. Y sus ojos suplicantes acabaron por derrotar a su cachorro. Igualmente no perdía nada por estar allí. De hecho, ahora que su padre prácticamente le ignoraba, y que el resto de sus hermanos y su manada no dejaba de decirle que estaba loco y que tenía que encontrar a un alfa lo antes posible, prefería estar allí que en casa.
- Está bien. Pero cuando esto tampoco me haga cambiar de opinión, ¿te rendirás y dejarás de meterte en mi vida? - Propuso como si fuera un trato. Jin rió con ternura y HoSeok sonrió entornando los ojos.
- Es tu madre, JungKook. Por mucho que se lo pidas no se rendirá contigo. - Aseguró el mayor de los omegas.
- Exacto. - Apoyó HoSeok.
- Ya. Y vosotros qué sabéis.
- También somos padres, JungKook. Nuestros hijos son lo más preciado que tenemos. - Habló el alfa con solemnidad. - Pero sólo un omega puede entender lo que es llevar a sus cachorros en su interior y alimentarlos. Quizá algún día lo entiendas también. - Estaba seguro de que JungKook tenía mucho de lo que gruñir al respecto, pero NamJoon no le dejó hacerlo. Se levantó de la mesa con seguridad. - Decidido entonces. Dos semanas. Jinnie, ¿podrías acompañarles con JiHo y decirle que les busque una habitación donde quedarse como invitados?
- Claro. - Les tendió la mano para que le siguieran.
- Yo no me quedaré. - Señaló la mujer. - Ya he pasado demasiado tiempo lejos de mi alfa.
- Estará de mal humor cuando sepa lo que has hecho y donde está su único hijo omega. - Imaginó NamJoon un poco preocupado.
- Deja que yo me ocupe de mi alfa, gran lobo negro. - Sonrió ella. - En cuanto JungKook esté instalado, me iré.
- Como desees. - Respondió el alfa con una inclinación de cabeza para justo después verles salir con Jin.
- Yo... - HoSeok sabía que NamJoon tenía algo de gran importancia que decirle a YoonGi, así que se escabulló con una escusa mala en cuanto vio la oportunidad. - ...iré a ver a los niños. - Dijo yéndose de la habitación apresuradamente.
Ambos, alfa y omega leyeron el ambiente.
- YoonGi... - En fondo de su corazón, YoonGi ya sabía lo que NamJoon iba a decirle. Aquel día en el hospital había terminado por estropearlo todo.- Podemos hablar un momento.
- Sí... - Pronunció en un murmullo apenado. No se sentaron. Frente a frente, ambos intentaban mantenerse firmes.
- He tomado una decisión. - Comenzó. Era mejor decirlo sin darle demasiada vueltas o sólo alargaría el sufrimiento de ambos. NamJoon no quería perderle, pero no podía incluir en su harén a un omega que no le quisiera lo suficiente como para querer tener a su hijo. Podía entender su decisión, él era libre para eso. Pero para el alfa, ese sentimiento era demasiado sagrado, más que cualquier otra cosa. - Ante todo, quiero que sepas que esto no tiene nada que ver con JungKook. Su aparición me ha sorprendido tanto como a todos y lo que tengo que decirte es algo que he meditado mucho. Sé que es lo mejor para ti. - Era una afirmación sincera, pero incompleta, así que, sintiéndose deshonesto, rectificó. - Para los dos. - YoonGi bajó la mirada. ¿Y ahora qué haría? Si NamJoon le apartaba de su lado... nada tendría sentido entonces. - He contactado con un alfa que está dispuesto a incluirte en su harén. - Su pecho se encogió al decirlo pero, como le había dicho a JungKook, a veces hay que tomar las decisiones correctas, por encima de tus propios deseos para no lastimar a aquellos a quienes quieres. YoonGi tenía que estar a salvo. Tampoco podía hacerle vivir obligado a amarle. Ninguno sería feliz viviendo esa mentira. - Es un buen alfa. Un buen hombre. Le he explicado tu situación. Él cuidará de ti. - YoonGi se rindió ante su triste realidad.
- Eso fue lo que me prometiste cuando llegué y has cumplido. Gracias.
Hola!!!! Espero que os haya gustado el capítulo. Pobre YoonGi, todo el esfuerzo para acabar así. ¿Y qué sucederá con JungKook?
Habrá que ver que pasa ahora. 💜
Un besazo!!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro