26. Mi libertad
JungKook se quedó mirando a aquel omega sin marcar largo tiempo. ¿Cuántos años tendría? Quizá veinte o alguno más. Tuviera cuantos tuviera, tenía que haber pasado más de un celo y no se había unido a ningún alfa. Entonces era posible. Si ese omega podía vivir así, él también.
- ¿Entiende la gravedad de lo que me está pidiendo, señora de Jangsan? - Habló NamJoon con gravedad.
- Lo entiendo, alfa Kim. - Aseguró.
- No decirle a su alfa que está aquí, intentando comprometer a su último cachorro, su único hijo omega, conmigo, es una mala idea. - Proclamó. - Además, no le gustaría nada saber que usted me lo está suplicando. ¿No cree que eso podría hacer que se sintiera humillado?
- Él le ha dado por perdido. - Comunicó la joven mujer lamentándose. - Le dejará perecer por no complacerle.
- Si hubiera venido él a proponérmelo, habría sido distinto. - Opinó el alfa. - Incluso podría haberse planteado la posibilidad de una tregua a esta tensión creada hace ya muchos años. Una unión como esta entre las manadas, podría ser una gran oportunidad. Pero de este modo, haciéndolo a sus espaldas, sólo creara más conflicto.
- Su padre no lo reclamará. - Afirmó ella. - Dice que... - Miró a su hijo con gesto triste. - ...no quiere saber que será de él. Ya no le importa. - El cachorro, sin embargo, no parecía afectado por sus palabras.
- Eso no puedo creerlo. - Aseguró NamJoon. No intentaba juzgar al alfa Jeon como si fuera un mal padre porque no le conocía en esos términos. No podía saber si sería capaz o no de abandonar a uno de sus hijos a su suerte. De lo que sí estaba seguro era de que el alfa de JangSan nunca desaprovecharía la oportunidad de hacer alguna clase de trato que le beneficiara. - El alfa Jeon tiene aliados y conoce a muchos otros alfas con los que, sin duda, podría aprovechar para forjar una unión. Pero no puedo imaginar que hubiera querido hacerlo conmigo.
- Es exactamente como usted dice. - Declaróla mujer. - Le ha querido entregar a tres alfas distintos y no ha resultado con ninguno de ellos. Mi alfa estaba molesto por estos fracasos, sin embargo, finalmente, ha escuchado y comprendido los motivos de su cachorro y ha rechazado al resto de alfas que solicitaron su enlace con él. - A NamJoon le sorprendía lo politicamenre correcta que era la mujer. ¿Estaba diciendo que Jeon HyungKo había rectifica? ¿Que había escuchado, entendido y aceptado las razones de su hijo para rechazar a los alfas con los que él decidió comprometerle? Eso sonaba extraño para el gran alfa negro. Parecía más bien, en opinión de NamJoon, que se había sentido humillado debido a las acciones de su cachorro y no había dejado que siguiera saliéndose con la suya. Seguramente no le había dado por perdido, sino que estaba esperando a que se presentara y pasara su primer celo solo para que volviera arrastrándose y aceptara al alfa que él quisiera. Pero esa era la opinión de NamJoon, probablemente muy sesgada porque tenía que reconcer que lo poco que conocía del gran alfa gris, Jeon HyungKo, de cuando se veían en las reuniones de alfas, no le gustaba nada. Le resultaba arrogante, irascible, despreciativo y profundamente orgulloso. El orgullo es un arma de doble filo. NamJoon estaba orgulloso de ser quien era, pero no por ello pensaba que era superior a los demás. El alfa de Busan sí que se creía mejor que todos a su alrededor, o por lo menos esa era la impresión que le habia dado siempre. - Sin embargo, - Continuó la omega. - yo sé que, por muchas razones que tenga un omega para no querer ser marcado, no puede vivir sin un alfa. - Declaró. Los demás presentes parecían estar de acuerdo con ella, pero el joven cachorro claramente no lo estaba.
- Me gustaría conocer esos motivos. - Dijo NamJoon, que ya no miraba a la mujer, sino directamente a JungKook. - Del propio muchacho, si fuera posible.
- ¡Papás! - De pronto se precipitaron al interior los dos cachorros del alfa. - ¡Papás! - Continuaron armando escándalo. La omega les miró encantada, llena de ternura. JungKook intentó ignorarlos, pero no lo consiguió.
- Ya basta, niños. - Intervino Jin con cariño. - Estamos hablando los mayores. Id a jugar al cuarto. Sed buenos.
- Pero papá. - Se quejó YeonJun. - La gente dice que habían venido personas de fuera. Nosotros también queremos conocerlos.
- Pequeño, haz caso a tu padre e id tú y tu hermano a jugar. - Repitió el alfa con tranquilidad. YeonJun obedeció de mala gana.
- Vale. - Pronunció arrastrando las palabras. Se dio media vuelta y se dirigió a su habitación, pero se detuvo al ver que su hermano menor no le seguía. Se había quedado parado mirando a JungKook con mucha intriga.
- SooBin. - Le llamo su padre omega. - ¿Qué os ha dicho papá?
- Él también es un cachorro. - Dijo señalando a JungKook. - Habéis dicho que sólo los mayores pueden estar aquí.
- Sí, lo es. - Formuló NamJoon. - Pero él es casi un adulto ya. Y queremos hablar con él sobre cosas de adultos. Tiene mucho que aprender. - Expuso con talante. - Un día hablaré contigo de igual forma, SooBin, cuando llegue tu momento. Pero por ahora ve con tu hermano. - SooBin pareció convencerse un poco. Pero aún tenía preguntas.
- ¿Es porque va a ser el próximo omega de papá cuando se convierta en un adulto dentro de poco? - Preguntó sin poder callar sus inocentes palabras. - ¿Y qué pasa con YoonGi-nim? - Soobin se daba cuenta de todo. Era más callado y menos interactivo que su hermano, era tremendamente más observador y perspicaz.
- SooBin. - La voz del alfa fue igual de serena, pero tenía algo implícito que hizo reaccionar, no sólo a su cachorro, sino a JungKook también, al pillarle por sorpresa. - Son asuntos de mayores. Ve a tu habitación. - JungKook fingió no haber sentido un encogimiento en su estómago. SooBin finalmente obedeció. Su hermano cogió su mano y los dos se marcharon a su habitación sin oponer más resistencia.
El comentario del niño había dejado entre los presentes un ambiente extraño. A los recién llegados no se les había informado de que YoonGi fuera a ser el próximo omega del alfa. Claro que era algo que ni el propio YoonGi tenía claro. NamJoon era el único que sabía que YoonGi debía partir prontamente al que sería su nuevo hogar, su nueva manada. Claro que, también sabía, que ese cachorro de lobo gris no encontraría su lugar en la manada de Bukhansan. A JungKook eso no le importaba demasiado nada de eso, tampoco tenía intención de quedarse mucho tiempo, pero sí se había quedado curioso por cómo le había mirado aquel niño.
- Su olor es intenso para ser un cachorro. - Fue el primero en romper el silencio. - Es un alfa.
- Lo será. - Puntualizó NamJoon. - Es mi heredero. - Expuso. - El próximo gran alfa negro. - Después, JungKook miró al alfa e hizo lo imposible porque no se le notara que se sentía intimidado. Había conocido a varios alfas, pero los grandes alfas desprendían un aura especial. JungKook se había criado bajo el amparo de su padre, que también era un gran alfa, pero, por ser su hijo, no percibía su presencia del mismo modo que cualquier otro omega no emparentado. Sin embargo, sí lo sentía con NamJoon, muy intensamente, además ningun alfa le había tratado como ese antes. Todos a los que le había presentado su padre habían intentado intimidarle y menospreciarle por ser un omega y no habían podido y, ese alfa, que no lo estaba intentando, le cohibía. Pero él era Jeon JungKook, un lobo gris, hijo del gran alfa de Jangsan. No se dejaría atemorizar fácilmente.
- ¿Y bien? - Quiso continuar la conversación mirando al cachorro presente. - ¿Cuáles son esos motivos que hacen que el gran alfa gris se haya dado por vencido? - Pronunció aún opinando algo completamente distinto sobre Jeon HyungKo.
- Mi hijo asegura que... - El alfa levantó la mano con suavidad para deter las palabras de la mujer.
- Me gustaría escucharlo de su boca, mi señora de Jangsan. - Declaró NamJoon. El resto de omegas escuchaban con atención, en silencio, lo que JungKook tuviera que decir.
- No voy depender de ningún alfa. - Fue tajante, sincero, brutal.
- Dicho así parece muy lógico y respetable, pero déjame decirte que eso no es posible, muchacho. - Formuló Jin con amabilidad.
- Quizá no lo sea para ti. - Le espetó. - Pero yo soy un lobo gris. Aunque sea un omega...
- ¿Quién crees que soy yo? - Habló Jin seriamente, pero sin mostrar ni un atisvo de enfado. JungKook se sorprendió ante esa respuesta.
- Resulta que Jin es mi hermano mayor. - Proclamó el alfa. - Un lobo negro, como yo. Grises y negros somos ambos grandes lobos y tenemos el mismo estatus por mucho que los tuyos quieran imaginar y utilizar siempre su única superioridad.
- ¿Hermanos? Sois una manada incestuosa. - La mujer se sorprendió un poco, pero pareció respetarlo o, al menos se mostró curiosa. - Nunca había conocido a una manada así.
- Así es, señora de Jeon. - Habló Jin. - Y le aseguro que todo omega, incluido un gran lobo como su hijo y yo, necesitamos un alfa.
- Eso creo yo. - Acertó a decir ella.
- Nadie lo ha intentado antes. - Contrapuso JungKook.
- Otros omegas han tenido problemas para encontrar alfas por distintas razones. - Señaló HoSeok. - Y ninguno ha durado demasiado tiempo solo sin caer en la desesperación. - En la historia de los cambiaformas habían quedado registrados algunos omegas que, por diversas circunstancias, no habían sido marcados en su primer celo. De hecho, YoonGi era el caso, sin documentar, del que tenían noción de ser el omega en esa situación que había aguantado más tiempo sin un alfa y sin perder la cabeza. Claro que, pudiera ser, porque también era hijo de un gran alfa.
- Pero ninguno de ellos era yo. - Declaró con altivez. Ese era el detalle que NamJoon estaba esperando ver en él. El gran alfa de Jangsan no sólo estaba convencido de ser mejor que otros, sino que había educado a todos sus hijos para que se creyeran superiores también. Eso no era más que un problema futuro porque su alfa heredero sería, seguramente, tan complicado de tratar como él. - No tendré un alfa. No seré de nadie. - NamJoon entrecerró los ojos confundido.
- ¿Qué es lo que te disgusta de tener un alfa? - Quiso saber. Por el tono de su comentario, parecía que tenía una opinión diferente a la suya sobre lo que era forjar una unión.
- No quiero ser sometido por nadie. No soy algo que alguien pueda poseer. Me niego a que controlen todo lo que hago y coarten todas mis acciones. Nadie tendrá potestad sobre mí para decirme qué hacer o a donde ir.
- Eso lo entiendo, y lo respeto. - Declaró NamJoon. - Pero, ¿qué te hace pensar que esa es la vida que lleva un omega?
- En estos poco meses he intentado ser comprometido con tres alfas distintos. Cuatro contando hoy. Y en este tiempo sólo he confirmado lo que ya sabía. - Señaló. - Los omegas son poco menos de lobos enjaulados. - Espetó. - Se dejan poner correa a cambio de llevar una vida fácil. - HoSeok y Jin no estaban de acuerdo. YoonGi no sabía que pensar, él no podía saber qué era estar marcado y unido a un alfa y no sabía nada de lo que ocurría en otra manadas. Pero HoSeok, quizá por haber conocido a otras manadas, debía entender, en parte, su forma de pensar. Jin, quien siempre había vivido en Bukhansan, se mostró más indignado.
- ¡Oye! ¿Quién te crees que...? - Pero NamJoon le interrumpió con gentileza.
- Espera, Jinnie. Quizá tenga realmente buenos motivos para pensar de ese modo. - Se preguntaba qué cosas habría visto para tener una idea tan tajante siendo tan joven. - Deja que termine de explicarse.
- No quiero ser tratado como ellos. No me importa lo mucho que me tenga que esforzar. No me importa lo que piensen los demás. No tendré un alfa. No seré uno más.
- ¿Es eso lo que te preocupa? ¿No ser distinto a otros? - Quiso saber NamJoon. - Piensas que serás uno de tantos en una manada. No serás el único para tu pareja. JungKook siempre había sido más único que otros. Era el menor de todos sus hermanos y, por ello, probablemente el más consentido. Él único omega. Un lobo gris, con la exclusividad y los beneficios que conllevaba. - Dejarías de ser sólo tú, para formar parte de un todo. ¿Es eso lo que te molesta? - JungKook entrecerró los ojos. No le gustaba lo que insinuaba NamJoon.
- Yo también sé lo que es una manada. - Aseguró. - No me asusta pertenecer a un grupo. Igualmente seguiría siendo único, porque seguiría siendo yo. Incluso si no fuera un lobo gris. - Declaró completamente a la defensiva. NamJoon tuvo que reconocer entonces que ese muchacho era más de lo que parecía a primera vista. Algo más que un cachorro venido a más por haber nacido en un linaje impprtante. - Lo que jamás permitiré será que me quiten mi libertad. Nadie tendrá derecho a hacer de mí su esclavo.
- JungKook, no crees que es posible que no hayas conocido al alfa adecuado para ti. - Opinó NamJoon. Estaba claro que su padre había propuesto entregarle a alfas que tenían convicciones similares a las suyas y no había conocido ninguna otra verdad.
- ¿Vas a decir que tú eres el adecuado? ¿Qué tú eres distinto a los demás? - Le espetó incrédulo y exasperado. Parecía haber escuchadi esa clase de cosas antes. - ¿Qué amas mucho a tus omegas y que me querrás a mi también?
- ¿¡Qué!? ¿¡Tú y yo!? - Pronunció NamJoon sorprendido. - No creo que eso sea lo adecuado. - Formuló haciendo añicos las esperanzas de la madre del cachorro. - Pero sí puedo decirte que yo sí amo a mis omegas. Hay tantas clases de alfas, de omegas y de parejas como cambiaformas en el mundo, muchacho. Y yo no podría vivir de otra forma. - Declaró. JungKook levantó la cabeza y vio a los dos omegas unidos al alfa de Bukhansan. ¿Pudiera ser amor lo que veía en sus ojos? ¿De verdad era posible? Eso dejó completamente bloqueado a JungKook.
Hola!!!! Espero que os haya gustado este pequeño capítulo de transición. Hemos conocido un poco más a JungKook. ¿Y ahora que pasará?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro