Capítulo 1: La vuelta de Luke Moore.
La vida en el internado Vakker es agradable. Te enseñan todo lo que tienes que saber de la vida. No solo te enseñan las cosas básicas que necesitas para tener una vida laboral buena, sino, van también por el camino de la salud mental. Continuamente estábamos dando charlas, del uso tecnológico, de las identidades sexuales, temas sexuales, temas feministas, y otros que sirven para beneficiarnos mentalmente.
En los centros educativos se suele hablar poco de las cosas. Normalmente son tabús, creando que los niños se rieran del tema y no le dieran la importancia que tenían que darle. Me faltaba tan solo dos años para irme del internado. Pero eso sí, este internado se separaba en chicos y chicas. Tan solo nos dejaban juntarnos en el recreo. Por eso tengo mucha cercanía con mis mejores amigas. Alison y Sabrina, dos locas amantes de la locura.
-Joder, juro por mi vida que quiero escaparme de este centro de mierda-replicó Sabrina sentándose con fuerza en el borde de la cama. Alison se acercó a ella y la abrazó.
-Tranquila, Sabrina. Todo irá bien. Ya lo verás. Solo hay que esperar. Pero mientras tanto piensa en Charles-ella la miró con una sonrisa traviesa. Alison era la amiga aconsejadora, la que te levantaba si te caías. Era la amiga en la que se podía confiar. Se podía decir que era la más bella de todo el internado. Su pelo lacio negro y esos ojos verdes. Mi amigo Jack era perfecto para ella. Un chico dulce y tímido. Y por supuesto guapo. El pelo lo tenía cortito, pero sus mejillas con pecas y rojas le hacía ver muy adorable. Y sus ojos eran grandes, como los de un cachorro. Por eso se decía que Alison y Jack eran la pareja perfecta. Encajaban como un puzle. Y no había más que verlos tan pero tan enamorados.
Por otro lado, está Sabrina. Una chica con pelo rubio tirando para blanco. Y sus ojos color ceniza. Pero ese es el típico prototipo perfecto. Muchacha rubia, cuerpo perfecto y todas esas chorradas a lo que está acostumbrada la sociedad a decir. Pero para nada era el prototipo perfecto. Era muy rebelde y torpe. Muy buena amiga, palabrotera y malpensada. Era la amiga en la que si alguien se atrevía a tocarte le partía la cara con el puño bien cerrado. Y por supuesto era la amiga que más bien sabía guardar secretos del mundo. Se lo llevaba a la tumba. Nuestro queridísimo Charles era su pareja. Un chico de tez negra y bastante alto. Se le daba estupendamente los deportes, y por supuesto era rapidísimo para correr. También era un chico guapo y no estaba nada mal de cuerpo. Con todo el deporte que hacía, todas las chicas estaban por él. Pero claramente Sabrina las mandaba a todas a comer hierba.
-Tienes razón Alison, no me pudo alterar por esas perras malparidas que solo saben tocar los cojones. Mejor pensaré en Charles y lo bien que lo pasamos anoche-hice un gesto de asco. Alison soló negó con una sonrisa. Ella era la mamá del grupo, nos cuidaba a todos. Sabrina y Alison eran mis compañeras de cuarto. Cuando a mis catorce años me encerraron aquí yo estaba muy cagada. Muy nerviosa. Por cualquier cosa, por cualquier persona que me miraba, me hacía tener ganas de salir de ahí pitando. Pero entre lo graciosa que era Sabrina y lo mucho me ayudaba Alison, que estaba a ahí para secarme las lágrimas, para aconsejarme y para escuchar todos mis problemas. Me hizo que me cayeran bien al segundo. Y nos hicimos muy amigas. Luego cada una encontró pareja de la que se enamoró. Y yo formé un vínculo con esos dos chicos. Éramos un gran grupo.
Aunque solo nos veíamos en el recreo, por las noches nos escapábamos para ir al garaje donde guardaban todas las cosas de jardinería y limpieza. No lo pasábamos demasiado bien. Con botellas de alcohol quién no.
-Bien, bien. Hoy Miriam nos dirá adonde iremos de excursión. Solo sé que estaremos un día entero-habló Alison con emoción. Yo la sonreí.
-Sí, de hecho, tendremos que ir yendo a clase. Vamos a llegar tarde al final-dije cogiendo mi mochila. Por último, estoy yo. No era ni muy buena ni muy mala. Sabía buscar soluciones a las cosas. Era una persona impaciente y organizada. Tenía las ideas claras y jamás me atascaba en los problemas. Pero eso no significaba que no me costará superarlo. Cuando Luke se fue de mi vida, me dolió más que nada en este mundo. Y más que la muerte de mi padre. Él y yo jamás tuvimos una relación muy cercana. Y con mi madre, bueno, ella me abandonó al más nacer. Mi vida jamás fue algo increíble. Hasta que llegó Luke. Cada minuto, cada segundo que lo pasaba con él, era increíble. No era especialmente fea. Pertenecía al 1% de la población que era pelirroja. Y ojos marrones claros. Tan claro que se parecía al tono de color de mi piel. Carne clarita. Luke era todo lo contrario a mí. Un chico despistado, descuidado, desorganizado, no se enteraba ni del clima, demasiado dulce y protector. Pelo negro como la maldita noche, y alto. También era un chico muy risueño. Pero los pensamientos buenos que tenía de él se fueron al garete al pensar que me olvidó.
En este año pasó muchas cosas, la muerte de mi padre, la partida de Luke, el internado, todo eso en un año. Todo lleno de emociones, como una montaña rusa.
-Vámonos chicas-ordenó Alison con dulzura. Las tres salimos de nuestra habitación con la mochila en nuestra espalda. Dejamos en nuestras taquillas los libros que no nos hacían falta y cogimos el libro de sociales. Justo nos tocaba con Miriam. La mejor profesora a del mundo. Amable, hablaba en voz baja y no era para nada estricta. Nos dirigimos tranquilamente a la clase. Me di cuenta que la gente en el día de hoy estaba un poco rara. Murmuraban, sonreían, se reían. Normalmente serían personas normales. Entramos a clase y las tres nos sentamos en nuestros sitios. Las tres juntas. Miriam entró con una sonrisa de oreja a oreja. Sabía de seguro el sitio adonde nos íbamos a ir en la excursión.
-Bueno, chicas. Iros sentando y luego diré una cosa de la que todas esperabais-avisó dejando sus cosas encima de su escritorio. Todas nos callamos para que la profesora pudiera hablar-, vale. Ya sé dónde nos iremos de excursión. Será al bosque, donde acamparéis y haréis actividades de la naturaleza-Hablábamos alegremente, esa idea me gustaba. Ir a ver a los animalitos y a las plantas. Después de que la profesora estuviera explicando algunas cosas, dimos la clase de sociales. Una clase tranquila y llena de información.
Las clases me parecieron cortas, era un día raro. Me fui a mi taquilla a dejar todos mis libros y me preparé para irme al recreo. La gente ya había salido y yo estaba en aquel pasillo solitario del internado. Las taquillas eran rojas color vino, las paredes blancas y el suelo negro. Una bonita combinación. ¿No?
Al cerrar la taquilla sentí unos brazos rodearme la cintura. Salté del susto y me zafé rápidamente. Mi alma se fue a la mierda, mis pulmones dejaron de funcionar y se mi hizo un nudo extremadamente grande en la garganta. Era él. Pelo negro alborotado, un pendiente en la oreja, era un pendiente de cruz. Y era largo. Camiseta negra, pantalones negros con cadenas plateadas y zapatillas blancas. Alto y robusto. Luke había cambiado. Mis lágrimas querían salir de mis ojos.
-Qué haces tú aquí...-hablé en un tono flojo. Él me sonrió y se acercó a mí. Me cogió de las manos.
-Como que hago aquí, he venido a por ti. Para poder estar juntos, tengo todo planeado Kate. ¿No te alegras de que haya vuelto? -preguntó carismático. Un enfado terrible apreció por todas las partículas de mi cuerpo.
- ¡Claro que no! ¡Ya no somos nada! -grité. Él negó nervioso.
-No, no, claro que no. Kate, tenemos una bonita vida juntos-dijo. Sus ojos se inundaron de lágrimas.
- ¡No! ahora no me vengas con estas, me olvidaste, ahora yo también-ataqué llorando. El volvió a negar.
-Por favor, Kate. No me hagas esto. Yo no he hecho nada...-le corté.
- ¿Cómo? ¿¡Cómo puedes tener la cara tan dura!? ¡Te olvidaste de mí! ¡No me escribiste nunca! Me dejaste destrozada, con ganas de irme a otro mundo. Por tu culpa, por tu puta culpa-Él me abrazó, pero yo solo le empujé. Le daba puñetazos en el pecho y él no se inmutaba.
-Déjame explicarme, por favor...-le volví a cortar. Y esta vez le empujé más fuerte.
-Claro que no, no dejaré que me vuelvas a hablar, me hiciste daño-bramé enfadada. Empujándole. Las alumnas empezaron a venir y a ver la escena sorprendidas.
-Kate, yo te quiero-confesó limpiándose las lágrimas.
-Sí, y una mierda. Tú no me quieres, te olvidaste de mí. Y ahora yo también. Haré lo mismo que tú, pasaré de ti...-terminé pasando por su lado y me fui al patio. Me limpiába las lágrimas con mis muñecas de vez en cuando. Quería intentar relajarme. Me escondí detrás de las gradas, ante la mirada de personas que me miraban extrañados. Mis amigos me buscaban, pero les ignoré. Me fui a la parte de atrás del internado y subí las escaleras, hasta estar arriba del todo. Me senté arriba en el tejado justo en el bordillo. Se veía el sol ilumiando con sus bonitas tonalidaes anaranjadas y rojas. Suspiré tristemente. Comencé a llorar. Me dolía que Luke actuara como si no hubiera pasado nada. Como si no se hubiera olvidado de mí.
Apoyé la cabeza en la pared y me dormí. Las horas pasaron sin darme cuenta y me se hizo de noche, mientras yo solo dormía placidamente. Abrí los ojos lentamente. La luna brillaba y las estrellas la acompañaban. Y ahí me acordé de la poesía de Pedro Calderón. Un tema de los sueños. Preciosa. Y decía así...
Es verdad, pues: reprimamos
esta fiera condición, esta furia, esta ambición,
por si alguna vez soñamos.
Y sí haremos, pues estamos
en mundo tan singular,
que el vivir sólo es soñar;
y la experiencia me enseña,
que el hombre que vive, sueña
lo que es, hasta despertar.
Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando, disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe
y en cenizas le convierte
la muerte (¡desdicha fuerte!):
¡que hay quien intente reinar
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte!
Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece; sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza; sueña el que a medrar empieza, sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.
Yo sueño que estoy aquí,
De estas prisiones cargado; y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son...
Me la contaba todas las noches mi padre al no poder dormir. Empecé a llorar al acordarme de él. Escuché un ruido detrás de mí, pero lo ignoré. No me encontraba con ganas de nada. Se sentó a mi lado y suspiró.
-Jamás pasé de ti, todo fue un mal entendido. Al mudarnos, mi madre me quitó todos los aparatos electrónicos, para que no pudiera hablar contigo. Intentaba mandarte cartas, pero ella siempre las tiraba a la basura. Y las cartas que tú me mandabas las destrozaba. No me permitía salir de casa para hablar contigo en otro sitio. Siempre iba conmigo a todas partes. Me recogía y me llevaba del colegio. Y todo para no hablar contigo-hizo una pequeña pausa. Me miró apenado. Yo le devolví la mirada triste y le di la mano. Mi enfado se esfumó y apareció la culpa-, una vez, me escapé de casa para poder hablar contigo y cuando estaba a punto de llamarte, llegó ella y me dio la paliza de mi vida. Dejé de hablarla y no volví a salir de mi cuarto. Poco después se fue a despejar su mente con una botella de alcohol en la mano y cogió el coche y se largó. Murió en un accidente y aquí estoy. En tu búsqueda-una lágrima recorrió su mejilla.
-Lo siento muchísimo Luke, te culpé sin tener que hacerlo-le abracé-, me dolió que te fueras, me dolió perderte. Porque te amaba y aún creo que te sigo amando, pero no podemos tener nada, no estoy preparada. He sufrido mucho, lo siento...-hablé sollozando. Él se separó de mí y me tocó la mejilla.
-Esperaré todo lo que haga falta, Kate. Yo te amo y te amaré. Esperaré. Y a tu tiempo, no me moveré de tu lado-me volvió a abrazar. Nos levantamos dispuestos a irnos cada uno a su curato asignado-, ¿amigos? -preguntó dándome la mano. Yo le sonreí y le apreté la mano.
-Amigos.
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Joder, que largo se me ha hecho. Buenooo, espero que os haya gustado. BYE BYE
*Gine*
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