CAPITULO 2
Jimin nuevamente se encontraba entre las rocas viendo si llega su amado en el barco mercante, pero no, el sol ya se había puesto y solo había llegado un barco con provisiones medicas a la isla.
Nuevamente el mar estaba calmado y el viento no hacia su aparición, aunque era extraño, no le tomó importancia. Con pocos ánimos volvió al bar y comenzó a limpiar las mesas, era de esperar que los que venían en el barco pasarían al bar.
—Espero que hayan traído calmantes en ese pedido, porque no soporto el dolor de espalda —dijo Winifred limpiando la barra.
Era verdad, muchos esperaban que llegara la medicina a isla, ya que desde que el turismo y la isla fueron creciendo cada vez se agotan más los recursos, el Rey no se apiada de sus islas lejanas, pero si se aprovecha de ellas cobrando siempre los impuestos.
—Hoy al parecer no habrán muchos clientes — dijo Siwon pateando una silla.
—¿Qué ha ocurrido? —preguntó Jimin.
—La iglesia tendrá una misa hoy, para agradecer por el abastecimiento de medicamentos en la isla, malditos sinvergüenza, ahora se la dan de católicos.
Winifred le lazó el trapo con el que limpiaba.
—Sinvergüenzas o no está bien que vayan, se debe agradecer por las cosas que Dios nos bendice —Winifred arregló sus ropas y salió de la barra —Jimin, llama a las chicas vamos a ir a la misa también.
—Voy —dijo Jimin dejando el paño sucio sobre la mesa.
Subió hacia las habitaciones de la segunda planta, y fue tocando puerta por puerta hasta llegar a la ultima, cuando giró encontró cinco cabezas asomadas por las puertas, eran las chicas que vivían en el bar.
—Winifred dice que nos arreglemos para ir a la misa que se hará para agradecer los medicamentos llegados a la isla.
—¿Misa? —preguntó Leia divertida, miró a las otras chicas —Vamos chicas, debemos de confesar nuestros pecados.
Las chicas rieron volvieron a su habitación dejando a Jimin solo en el pasillo, tres minutos después salieron todas con vestidos elegantes y recatados.
—Vamos Jimin ponte ropa bonita también —dijo Rosé.
—¿Quieres que te preste vestido?
—Valery — le regañó Rosé.
—Déjenla, de todas formas yo lo luciría mejor —Dijo Jimin pasando entre las chicas.
No era un secreto para ellas que Jimin era diferente a los demás hombres, primeramente que nunca tuvo interés en ellas y algunas sospechas de que pasa algo más entre Jimin y Jungkook su supuesto amigo, pero por sobre todo esa belleza extraña que tiene que atrae a muchos hombres.
Jimin fue a su habitación "en el tercer piso del bar", una pequeña habitación en el entre techo, encendió una lampara y fue a una cajonera a buscar ropa, no tenia trajes elegantes, pero si camisas de calidad y pantalones de aquello que usas solo en ocasiones especiales.
Los siete iban caminando tomados del brazo, Jimin, Winifred y Rosé adelante, Leia, Valery, Lia y Wendy.
—Entonces de ¿verdad nos debemos confesar? — preguntó Wendy.
—Usted tiene la pura cara de inteligente mi niña — dijo Winifred —, no es para confesarse la misa.
—¿Crees que somos bienvenidos Winifred? — preguntó Jimin mirando a las señoras que les miraban de pies a cabeza.
—Somos parte del pueblo, les guste o no.
Entraron a la iglesia y a petición de Winifred se sentaron en las bancas de a delante.
Las personas comenzaron a entrar y la pequeña iglesia de la isla comenzó a llenarse, alguno que otro murmullo hacia ello se escuchaban de las mujeres respetadas de la isla.
Y mientras todo el pueblo estaba en la iglesia al centro de la isla, un barco se acercaba a sus costas.
—Parece que no hay nadie en el pueblo... — dijo Jinyoung al observar la isla.
—Traigan al chico —dijo el capitán. Tenia a uno de los prisioneros en cubierta, Taehyung, Bangchan lo obligó a caminar hacia el capitán Min — ¿Por que no se ve movimiento en la isla?
—No lo sé — respondió y Bangchan le dio golpe en las costillas —. No lo sé, generalmente siempre hay movimiento, las antorchas están encendidas ¿no?
—Bien... tendremos que averiguar una vez que estemos en tierra.
—¿Solo tomará lo que busca y se va ir, verdad? —preguntó Taehyung.
—Si...
Hizo una seña para que le volvieran a encerrar.
Su corazón latía por la adrenalina.
—Debemos agradecer por lo que el Rey y Dios nos ha otorgado, por no olvidarnos y acudir en a nuestra necesidad.
Jimin miraba hacia el padre, pero no estaba escuchando lo que decía, su corazón había comenzado a latir con rapidez de un momento a otro, tenia una extraña sensación.
—¿Pasa algo Jimin? — Rosé preguntó preocupada, pues le veía extraño, un poco pálido y sudoroso.
—Si estoy bien, solo que... tengo un mal presentimiento.
Justo en ese momento las puertas de la iglesia se abren y un hombre joven entra corriendo asustado, como si el diablo lo estuviera persiguiendo, el padre detuvo su palabra, y algunos se levantaron, para mirarle.
Jimin se levantó, pero no reconoció al muchacho, cuando este llegó bajo el pulpito de la iglesia se detuvo cansado.
—¿Qué sucede? — preguntó el padre confundido y preocupado.
—Pi... pi... Piratas — dijo sin aliento.
Jimin le tomó la mano a Rosé y esta le devolvió el apretón, habían dos formas de relacionarse con los piratas, por la buenas o por las malas, todo depende del humor de ellos.
—¿Dónde están? ¿Vienen muy lejos? — preguntó el gobernador de la isla.
El Joven levantó su rostro y sonrió.
—Ya estamos aquí — sacó un arma de su pantalón y disparó al gobernador, algunos gritaron y otros contuvieron el aliento, un segundo con fracción y todos comenzaron a correr fuera de la iglesia, otros disparos se escucharon y pocos pudieron ver como ese misteriosos joven disparaba al padre y algunos de los que vinieron a dejar la entrega de medicamentos.
Jimin era jalado por Rosé quien queria correr, pero Jimin estaba paralizado, este era su mal presentimiento, algo malo pasaría...
—¡Jimin corre! — gritó Valery, yendo a buscar a Jimin y Rosé.
Jimin reaccionó y comenzó a correr fuera de la iglesia, pero algunos comenzaron a correr nuevamente para entrar su mano se soltó de la de Rosé y salió corriendo del lugar.
Los piratas estaban saqueando casas y negocios, pero no se llevaban nada solamente destruían todo.
—¡No! ¡suéltame! —Jimin vio como una mujer era arrastrada de su cabello.
Su instinto le decía que fuera ayudarla, pero sus piernas corrían en dirección al bar, trataba de buscar a Winifred o alguna de las chicas, pero nada, no había señal de ellas, escuchó un disparo muy cerca de él y tropezó con sus propios pies cayendo al suelo arrastrándose en la blanda tierra.
—Aush... eso debió doler. —dijo una persona colocándose de cuclillas.
Jimin levantó levemente la vista, para ver quien era quien estaba frente a él y vio los ojos más oscuros que había visto en toda su vida y en ellos creyó ver la muerte.
—Dime pequeño... ¿Dónde puedo encontrar el bar Isla Bonita?
Estoy emocionada de que les guste este mundo
Ya subo el siguiente capitulo solo trataré de cumplir misiones
en Rhythm Hive
⚓GoldenUnnie⚓
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