8. La lista
LA MAÑANA APENAS LLEGABA A LA MANSIÓN MALFOY, dándole inicio a un nuevo día. Muchos estaban cansados por el baile de la noche anterior, uno muy interesante cabe decir. El Profeta estaba sobre la mesa del comedor esperando a que alguno de los que vivían en la casa lo leyera.
Los finos dedos de Agatha tomaron el periódico y observó la portada detenidamente. En grande se podía leer "Festejan los Malfoy por la llegada de su primogénita, Agatha". Exagerado, pensó. En un título pequeño podía leerse "¿Será que la hija de Draco Malfoy tenga un amorío con el hijo del enigmático Harry Potter, James Potter?". Junto a eso estaba adjuntada una foto del último baile de James y Agatha. ¡Parecía que hasta se iban a besar!
Agatha bufó. Se notaba que la prensa no tenía nada más que hacer. La única que soportaba en ese ámbito era a Alex y porque la conocía. Odiaba todos esos chismes y especulaciones que hacían las personas solo para crear problemas entre ellos.
Ni siquiera sabía la razón por la que había despertado tan temprano cuando era la última en levantarse. Tenía ojeras bajo sus ojos y todavía quedaban rastros de maquillaje en su rostro pálido.
—Te ves...—comenzó a decir Scorpius buscando las palabras adecuadas.
—Como si un camión me hubiese atropellado, lo sé —dijo Agatha pasando la manga de su suéter por su frente.
Estaba muy cansada y tenía frío. Observó la taza de chocolate caliente que tenía en frente y la cogió en sus manos, para acto seguido darle un sorbo.
—No quería decirlo de esa manera, pero sí —comentó Scorpius tomando asiento.
Le quitó la taza de la mano a Agatha y le dio un sorbo. Agatha lo miró haciendo una mueca y negó. Ya no podía hacer nada al respecto, él ya se había tomado la mitad del chocolate que quedaba en la taza, dejándole prácticamente nada.
—Hoy quedé con Lily —habló la chica, rompiendo el silencio que se había formado entre ellos.
Scorpius frunció el ceño. Lily no me había comentado nada sobre eso, pero tampoco es como si hubiesen hablado mucho. No obstante, asintió sin tomarle mucha importancia al asunto. Su novia iba a estar con su hermana, no era gran lío. Y antes de que pudiese hablar una soñolienta Phoenix entró al comedor.
—Hola, Lux —saludó Scorpius, revolcándole el cabello a su hermana. La niña lo fulminó con la mirada y caminó hacia Agatha, sentándose en la falda de ella-. Qué carácter.
—¿La pasaste bien anoche? —interrogó Agatha.
Phoenix asintió con efusividad y una sonrisa apareció en su rostro.
—Remus es lindo —susurró en el oído de Agatha.
Esta frunció el ceño y miró a Scorpius.
—¿Remus?
—El hijo de Teddy y Victoire —explicó moviendo las manos y haciendo una mueca.
A veces le molestaba que Phoenix fuese tan coqueta. Iba a pasar muchos dolores de cabeza con esa niña, lo bueno era que tenía mucha práctica en eso de ser hermano protector. Ya lo era con Agatha y había adquirido esa capacidad.
—Oh —dijo con simpleza.
Mencionar a Teddy era como pensar en Dakota. Ambos metamorfomagos, de la misma edad y con un pasado juntos. De hecho, ahora se preguntaba si mínimo a Teddy le afectó la muerte de Dakota. Lo vio en el funeral algo deprimido, pero no fue algo exagerado. Quizá se comportó así porque su esposa estaba a su lado, no había forma de saberlo a ciencia cierta.
—¿Y para qué vas a quedar con Lily? —preguntó Scorpius con curiosidad.
Por más que trató de evitarlo, la curiosidad le ganó. No era por algo malo, solo le parecía intrigante la situación.
Agatha encogió los hombros y movió las manos, restándole importancia al asunto. No era gran cosa lo que iban a hacer, ni que fuesen a un strip club.
—Solo para dialogar, hace mucho que no hablamos nosotras como amigas. Ya sabes, para conmemorar los viejos tiempos —explicó.
Scorpius asintió y terminó de tomar el chocolate de la taza de un solo sorbo, ganándose una mirada de "te quiero matar" por parte de su hermana. Soltó una estruendosa carcajada y se paró de la mesa, dejando a Agatha con Phoenix.
—¿Cuándo haremos otra travesura? —cuestionó Phoenix con una sonrisa.
Agatha sonrió al notar la actitud de su hermana. Por más pequeña que fuera siempre sería tan traviesa, pero la quería de esa forma. Era su hermana después de todo.
—Muy pronto, Lux, muy pronto —respondió acomodándole un mechón de cabello detrás de su pequeña oreja.
ϟ
Agatha arregló su cartera por enésima vez en lo que esperaba a Lily. Llevaba unos quince minutos en El Caldero Chorreante, lugar donde acordaron reunirse, y la pelirroja no hacía acto de presencia. Las miradas de las personas ya comenzaban a incomodarla.
—¿Agatha? —escuchó que la llamaron a sus espaldas.
Se giró por inercia y se encontró con su antiguo profesor de herbología, Neville Longbottom, que la observaba con una sonrisa. Llevaban tiempo sin encontrarse frente a frente.
—Profesor Longbottom, es bueno verlo de nuevo —dijo con una sonrisa.
Ver una cara conocida que la tratara de manera normal había hecho que su incomodidad cesara. Estaba agradecida por ello, aunque no lo dijera en voz alta. Ella lo sabía y estaba conforme de que fuese así.
—Ya saliste de Hogwarts, llámame Neville —pidió—. ¿Qué te trae por acá? ¿Deseas algo? Te invitaría una cerveza de mantequilla, pero mi esposa me tiene rotundamente prohibido que siga regalando a todos mis exestudiantes la mercancía del lugar. Dice que la dejaré en quiebra.
Agatha soltó una carcajada al escuchar el comentario de su antiguo profesor. En definitiva necesitaba encontrarse con personas así más seguido, le ayudaban a bajar el estrés que tenía. No solo estrés de que escuchaba cosas que nadie más hacía, sino de que las personas la miraban de manera extraña, como si hubiese cometido un crimen de gran magnitud sin haber sido condenada por ello.
—No se preocupe —respondió, dejó de reír, pero mantuvo su sonrisa—. Solo espero a Lily, que por alguna razón no ha llegado todavía.
—Padre —llamaron a Neville—, mamá dice que atiendes a los clientes y dejes de estar conversando con cada exestudiante o compañero que te encuentres.
Un chico de cabellos castaños, tez blanca, ojos oscuros y de alta estatura le sonrió a Agatha para luego dirigir la mirada a su padre. Frank Longbottom, perteneció a Hufflepuff, como su madre, por lo que Agatha no tuvo mucho contacto con él en Hogwarts. Sin embargo, lo conocía de vista así que le devolvió la sonrisa.
—Tu madre siempre dice lo mismo, Frank —comentó Neville—. Bueno, espero que Lily aparezca pronto.
En ese preciso momento una ajetreada pelirroja entró al lugar con las mejillas sonrojadas. Tenía el ceño y los labios fruncidos, sin contar que mantenía los puños apretados. Estaba furiosa y se le notaba en el semblante.
—Hablando de la reina de Roma y la nariz asoma —dijo Frank que había escuchado parte de la conversación.
Ambas chicas asintieron y se despidieron con la mano antes de sentarse en la mesa más alejada. Antes de que Agatha pudiese preguntarle qué ocurría, Lily rompió en llanto. Era extraño verla llorar, puesto que Lily no era de esas que lloraba por cualquier estupidez. Así que Agatha la abrazó hasta que el llanto cesó.
—¿Quieres contarme qué pasó? —preguntó Agatha, ofreciéndole un pañuelo a Lily.
La pelirroja aceptó el pañuelo y sonrió de manera amarga. Tenía expresión de que no había dormido mucho. Secó sus lágrimas y dejó salir el aire retenido en sus pulmones.
—Me siento estúpida al llorar por eso —murmuró como si Agatha supiese de lo que ella hablaba.
La rubia frunció el ceño, confundida. No entendía a lo que Lily se refería con eso.
—¿Llorar por...? —dejó la pregunta en el aire para que supiera que no tenía ni la menor idea de lo que hablaba.
Lily levantó la mirada y hundió el entrecejo.
—¿Scorpius no te ha dicho? —Agatha negó—. Tuvimos una pelea anoche y no estoy muy segura si seguimos juntos o no.
Agatha se quedó en una pieza cuando escuchó eso. Ella estaba más que segura de que ellos iban a durar mucho. No solo eso, sino que también se habían hecho una promesa de amor.
—Lily —comenzó a decir—, no importa las peleas o discusiones que ustedes tengan. Sé que ambos se quieren mucho, mejor dicho, se aman. Han pasado por muchos obstáculos durante su relación y no van a dejar que una discusión lo arruine —dijo.
—No importa cuánto me ame si no confía en mí —habló con voz entrecortada. No comprendía porque la situación le afectaba tanto, pero lo hacía. Quizá era porque Scorpius había sido su pilar cuando vio a gran parte de su familia decaer—. Anoche en el baile salí al baño, pero un hijo de... —prefirió evitar el insulto—...su madre, borracho se me acercó y me besó en medio pasillo. No tengo ni idea de quien fue y no me interesa saberlo, solo lo aparté disgustada. Me refiero a que, tengo novio y le soy fiel, pero tenía que estar la maldita Skeeter viéndolo todo.
—Y se lo mostró a Scorpius con pruebas, solo que no mostró la parte en la que empujaste al chico —dijo Agatha prediciendo los hechos.
Lily asintió y sacó la revista Corazón de Bruja de su bolso. En primera plana se podía ver la foto del chico besando a Lily junto al título: ¿Lily Potter engaña a Scorpius Malfoy?
La hija del elegido fue vista la noche de ayer besando a un chico misterioso durante el baile en la Mansión Malfoy. La noticia impactante para todos, especialmente para Scorpius Malfoy, quien le gritó varias cosas a Lily Potter en el jardín de la mansión. Sin embargo, la pelirroja no se quedó callada vociferando "¿Para qué quieres estar conmigo si no confías en mí?" y me tiró un anillo en la cara. ¿Será que Malfoy le propuso casamiento? No lo sabemos, pero de ser así no pienso que dure mucho tiempo. Quizá hasta ya haya terminado.
Página 3-4 para poder leer el artículo completo.
Agatha terminó de leer y lanzó la revista al suelo, quemándola. Estaba furiosa. ¿Acaso todo el mundo quería meterse en sus vidas?
—¡Esa hija de...! Ojalá y la bese un maldito dementor —gritó Agatha—. No, el dementor moriría si eso sucediera.
—Probablemente —susurró Lily—. No sé qué hacer Agatha. Yo no hice nada, pero las personas parecen creerle más a una revista que a mí misma.
Agatha respiró profundo, tranquilizándose. Ladeó la cabeza y volvió en sí. No podía dejar que el coraje la dejara llevar porque tenía que ayudar a su amiga.
—Esto no se va a quedar así, Lils —aseguró—. Y por Scorpius, créeme que siguen juntos. Él se suicidaría si no están juntos, solo deben hablar y aclarar las cosas porque la comunicación es muy importante.
ϟ
Agatha caminó con la cabeza en alto, ganándose miradas curiosas de todos allí. Había ido al lugar con la excusa de que visitaría a Alex, pero no era así. Visitaría a alguien más.
Se detuvo en la puerta blanca de madera y ni se dignó a tocar. Estalló la madera con la mirada y pasó como si la cosa no fuese con ella. Se acercó al escritorio de Rita Skeeter y le dio una cachetada.
—¡Eres una...! —el insulto de Rita fue opacado por la voz de Agatha.
—Por favor, en ningún momento pedí que te describieras —espetó. Sacó el ejemplar de la revista Corazón de Bruja y se lo lanzó en la cara—. Lo quiero fuera. Eliminado de todo el mundo y una nota de disculpa hacia el mundo mágico, explicando lo que realmente sucedió.
Rita se carcajeó. Su mejilla dolía por la cachetada que Agatha le había dado, pero no le importó. La miró con burla. ¿Quién se creía ella para decirle qué hacer?
—¿Me vas a penalizar por decir la verdad? —se burló cruzando los brazos.
Agatha apoyó sus manos en el escritorio de Rita, para acto seguido mirarla con superioridad y esos momentos lo era. Tenía toda la situación en la palma de su mano y pronto Skeeter también estaría allí.
—Yo siendo tú cooperaría —comentó con voz fría y arrastrando las palabras, de la forma en la que solo los Malfoy sabían hacer—. Sé tú secreto y no me importaría decirle a todos esos escritores de allá afuera lo que eres. ¿Cuánto crees que la noticia tarde en regarse? ¿Una hora? ¿Dos?
Rita tragó en seco.
—Y-Yo no sé d-de lo que ha-hablas —tartamudeó con nerviosismo.
—Lo sabes muy bien —dijo—. Tienes una hora para arreglarlo, sino iré directamente al Ministro de Magia y te delataré sin darte oportunidad alguna de defenderte. No solo difamaste a una chica, sino que publicaste un artículo en un lugar donde no te correspondía, le quitaste un trabajo a otra persona.
Agatha sonrió de manera arrogante y salió de la oficina de Rita satisfecha. Había logrado su cometido y contaría una hora antes de que se le acabara el tiempo al escarabajo de Rita. Probablemente saldría en un reportaje como derribó la puerta de Skeeter, pero no le importaba. Mejor, que todo el mundo supiese lo que Agatha Malfoy era capaz de hacer por las personas que quería.
ϟ
Agatha suspiró cuando se detuvo frente a la puerta de los Potter. Estaba en el Valle de Godric para hablar con Lily mientras sostenía un nuevo ejemplar de Corazón de Bruja. La escarabajo había cumplido con lo que se le dijo y estaba satisfecha con ello.
Tocó la puerta con sus nudillos unas tres veces y esperó a que abrieran la puerta. Unos treinta segundos después la puerta se abrió revelando a Albus Potter que parecía tener una sonrisa imborrable.
—Agatha, ¿vienes por Lily? —preguntó. La rubia asintió con una sonrisa y se escucharon varios gritos de ira en el segundo piso—. Está la tercera guerra mágica allá arriba, pero pasa. Eres como de la familia.
Dicho esto Albus dejó a Agatha pasar y se marchó de la casa. Agatha ladeó la cabeza y se dignó a subir las escaleras, chocando con una rubia que solo vestía una camisa de hombre y en sus manos su vestido.
—Sí, lárgate, estúpida—escuchó la voz de Lily.
Llegó al segundo piso y pudo ver a la pelirroja hecha una furia al igual que su hermano mayor.
—¿Se puede saber qué diablos te sucede? —preguntó James elevando la voz.
En el tono de voz que empleó se podía notar su furia. Sin contar que tenía el rostro rojo y en su frente se marcaba una vena. Los ojos de Agatha no pudieron evitar observarlo completamente. Estaba sin camisa y su cabello despeinado e incontrolable, como siempre. Se veía muy bien. De hecho, podría tenerlo sin camisa todo el tiempo sin molestarse.
—Ten más respeto por la casa en la que duermen tus padres. ¿Siempre tienes que traer a tus ligues a nuestra casa? Existen moteles a los que puedes ir y tirártelas, pero en mi casa no. Por respeto a tus padres y a nuestros abuelos —soltó arrastrando las palabras.
Más que una Gryffindor parecía una Slytherin en esos momentos. Quizá se le pegaron unas cuantas cosas de Scorpius.
—Ellos ni siquiera están aquí —dijo James.
—¡Eso no importa, James! —exclamó Lily—. Además me resulta inquietante que todos tus ligues tengan el nombre con 'A'. Me pregunto cuántas veces has dicho el nombre de otra mientras haces tus cochinadas.
La cara de James en ese momento fue un poema, al igual que la de Agatha. Estaba claro que no se esperaba que Lily le sacara eso en cara, pero lo había hecho sin ningún remordimiento. Quizás fue por el coraje o simplemente sacó su valentía Gryffindor para decirle eso a su hermano.
—Lo que yo haga y deje de hacer no es de tu incumbencia, Lily Luna —espetó con rabia.
Dicho esto James se marchó del lugar, cerrando estruendosamente la puerta de su habitación, un acto infantil. Lily gruñó de coraje y sus ojos se posaron en los de Agatha, que no había dicho ni una sola palabra al respecto.
—Lamento todo esto —dijo Lily apenada—. James puede ser un completo idiota.
Agatha asintió, dándole la razón en ese sentido. Apretó un poco la revista y recordó la razón por la que había ido a la casa de los Potter. Le entregó la revista a Lily, que la cogió con el ceño fruncido. Leyó la primera plana donde se veía como Rita se disculpaba por las patrañas que había dicho sobre la menor de los Potter.
—¿Hiciste que Skeeter escribiera esto? —preguntó anonadada. Agatha asintió con una sonrisa—. Eres increíble.
Agatha encogió sus hombros sin borrar su sonrisa.
—¿Qué puedo decir? Me declaro culpable de tal acusación —dijo antes de reír—. Ahora, ¿qué ha sido toda esa escena entre tu hermano y tú?
Lily hizo una mueca y la invitó a pasar a su cuarto. Se acercó a un escritorio de madera y sacó un pergamino para anotar algo en él.
—Agatha, muchas cosas pasaron cuando te fuiste. James obviamente cambió demasiado y bueno, muchas amantes son reconocidas. No obstante, todas tienen una similitud, sus nombres empiezan con A.
Agatha frunció el ceño e hizo una mueca. Lily le hizo una seña a ella para que observara el pergamino. Se acercó lo suficiente y pudo leer lo que decía.
"La lista de James S. Potter
Ariana Bullstroke
Ashley Newts
Alana Martin
Aria Dreads
Acacia Reed
Alia Swit
Abby Trinket
Anne Popps
La lista se extendía con muchos nombres más, pero en letras oscuras y mayúsculas se veía el nombre más importante de todos: AGATHA MALFOY.
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