Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

El Cazador Nocturno

Gabriel se mostró preocupado esperando la respuesta de Mikhael en su mensaje.

"Tal parece que algo está pensando, pero ¿Por qué haría todo esto?"

Sariel se mantenía en silencio, cuando llega el siguiente mensaje con el nombre la ubicación que querían, Mikhael había sido específico en la forma de acceder.

"Vamos Gabriel, no hay tiempo que perder."

Ambos se pusieron en camino, Sariel se mostró inquieta y por alguna razón Mikhael se sentía un poco nervioso.

Al llegar al callejón, viendo la escalera que subía por el ventanal al que debían acceder, sin dudarlo se pusieron manos a la obra.

A medida de que subía, algo se revolvía en el estómago de Gabriel, y Sariel se mostró algo inquieta.

"Algo está mal."

Comentó ella, podía sentirlo en el aire.

Llegaron hasta la ventana y la abrieron para acceder, allí vieron múltiples papeles regados por todas partes. Gabriel y Sariel tomaron algunos leyéndolos superficialmente cuando una voz cortó su concentración.

Ambos se pusieron a la defensiva, y vieron a un hombre salir. Él poseía una piel pálida, y sus ojos parecían haber perdido algo profundo y ancestral, la piel de ambos se erizó en un mal sentido.

"¿Quién eres tú y por qué estás aquí?"

Le preguntó Gabriel amenazante, a punto de sacar su pistola.

"Es un gusto, Caballero Cazador, soy Caín. Si llegaron hasta aquí es porque parece que han descubierto la madriguera del conejo, pero lamentablemente el lobo llegó antes que el zorro."

Sariel comenzó a rezar frente a él.

"Protégenos esta noche nuestro señor, que la oscuridad no vea nuestros ojos ni nuestras almas
Que el mal no toque nuestros corazones otra vez, protégenos esta noche, amada Luna...

Que tu alma se refleje en nuestro interior, báñanos de frío bajo la ardiente penumbra
Que nuestros ojos sean el de las bestias, que tu espíritu refleje las entrañas  de los monstruos, Bestia Celestial.

Que nosotros debemos ser los cazadores y ellos las presas, pero con tu valentía, cuando nos vea el abismo
Veremos el cielo, la calma y tu espíritu.
Préstanos tu fuerza esta vez, frente al abismo
Préstanos tu sangre, para no perdernos a nosotros mismos..."

Caín la observó, mostrándose inquieto y cortando su oración, sin dejarla terminar.

"Tus vulgares oraciones hacia un indulgente dios ausente me ofende, guarda silencio si no quieres que te mate ahora mismo, Clérigo."

Gabriel sacó su arma y su mirada cambió, Caín pudo notar sus ojos, los ojos de un cazador.

"Muévete y prometo que tu nombre se unirá a las lápidas de los animales a los que le he dado caza."

Caín soltó una pequeña risa.

"Solo me preocupan a los Caballeros Cazadores que tienen el rango de Santos, y ninguno de ustedes dos posee ese nivel, y solo hay un Caballero Cazador al que podría llegar a temerle con el rango de Santo, aquel que sobrevivió a la Luna de Nieve, dudo mucho que ustedes podrían lograr una proeza sobrenatural como esa."

"¿Quieres probar que no podemos matarte?"

Se mostró agresivo Gabriel, Sariel permanecía lista para atacar.

"Dispárame entre ceja y ceja, y aun así seguiré moviéndome Caballero Cazador, no sería la primera vez que lo han hecho. He extendido mi linaje vampírico por el mundo, y mis tres clanes están esparcidos entre los suyos, viven y comen, respiran al lado de los humanos y no se han dado cuenta. He sido bendecido por Nyandrak, el Sangre Albina cuando hice contacto con él, sus armas son juguetes de niños para mí."

Sariel lo observó, con papeles en la mano.

"Tus hijos nos tienen miedo, son débiles comparados a ti ¿No es así?"

Caín sonrió.

"Sí, es cierto, pero yo no intervengo en sus sociedades mundanas. No estoy aquí para protegerlos, estoy aquí por una importante investigación sobre entidades que escapan de nuestra comprensión."

Sariel notó que la mano de Caín temblaba, Gabriel lo notó esta vez nervioso.

"Hay entidades a las que le tienes miedo entonces ¿No es así, Caín? Nos hemos empezado a ver afectados el fenómeno de la Niebla Marrón y las Luciérnagas, no estamos contagiados con la enfermedad de la Sangre Profunda, eso significa..."

Caín terminó la frase.

"Sí, que es un fenómeno diferente. Hay una criatura, una entidad cósmica cerca, y su influencia sobrenatural ataca constantemente a Kaenyth. Tómenlo como un consejo, no metan sus narices más allá, donde habita, en la morada del ser caído del despacio. Cuando te expones a los conocimientos prohibidos de los horrores cósmicos, son peores que la droga, te hunden más y más el conocimiento, y la curiosidad solo te empuja a querer saber más, la arrogancia y el orgullo humano los hace creer capaces de controlar poderes que ni siquiera entendemos, y a la larga solo nos vuelven locos, perdemos el control de nuestra existencia y al exponernos a lo que de verdad son estas entidades nos damos cuenta de lo intrascendentes que somos en la existencia, lo poco que valemos para toda la creación, e inclusive, aunque podamos soportar el horror de no valer nada, el siguiente síntoma de desvelar la configuración más macabra y maldita de toda la creación solo nos lleva a un suicidio espiritual, cognitivo y la muerte de nuestra individualidad y naturaleza misma."

Sariel le contestó.

"Parece que es algo que ya has visto."

Caín respondió a ello, mirándola directo a los ojos.

"No, vi a mis compañeros vivirlo cuando se expusieron a Nyandrak. Yo solo pude correr, llorar, gritar y pedirle a todos los dioses que me pudieran escuchar, que me salvaran para no quedar como ellos, el descubrir y visualizar estas entidades te lobotomiza la mente y el espíritu, sobrevivir es quedar como un cascarón vacío, morir al desvelarlos es de hecho la forma más piadosa que hay para evitar las horribles pesadillas que siguen, aunque uno siempre encuentra su final, porque cuando descubres la existencia de las criaturas sobrenaturales, a veces, sus lacayos vienen a buscarte para llevarte a un lugar peor que cualquier infierno que puedas imaginar."

Gabriel bajó su arma, la voz de Caín parecía que se iba a romper entre los nervios y la angustia.

"Controla a tu gente entonces si no quieres recibir la visita de de los Santos Cazadores, no dañen a la gente que no merece ser dañada y nosotros los dejaremos ser, también no metermos nuestras manos en esos asuntos."

Sariel se dio vuelta, y miró fijamente a Gabriel.

"¡Debemos matarlo aquí y ahora! Estamos en presencia de mal, y de una abominación en contra de todo lo que es natural."

"Es indudable que es una abominación antinatural. Todo mi instinto me lo dice pero inclusive ver que un monstruo puede temblar frente a algo del más allá me hace querer apiadarme de él. Un Caballero Cazador conserva su humanidad, y todavía tiene piedad para los débiless, moribundos y temerosos."

Sariel se mantuvo en silencio, incapaz de ir en contra de Gabriel pero queriendo hacerlo.

"¿Piensas que soy débil, moribundo o temeroso? Temeroso quizás, pero pese a tus vanos insultos eres un hombre sabio Caballero Cazador y prometo que daré un escarmiento a mis hijos si se portan mal. Por ahora, es mejor que se retiren, yo me retiraré apenas encuentre lo que requiero."

"No somos los únicos que cazamos monstruos. La Inqusición Nocturna está al acecho, y ellos son mucho más crueles y despiadados que nosotros."

Caín mostró su disgusto y los dejó marchar. Cuando Gabriel y Sariel se retiraron, ella se mostró molesta, y caminó detrás de Gabriel mirando al suelo, enfadada. Pronto levantó la vista cuando él le habló, y notó que las manos de Gabriel estaban temblando.

"No sé si podríamos haberlo matado, pero pienso que aun hay mucha gente que podemos salvar."

Contestó él, ella tragó saliva notando su nerviosismo, y al final creyó que la decisión era la correcta.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro