/Narra el autor/

  Hipo, luego de su aventura infantil, por fin tuvo un tiempo para descansar. Estaba exhausto por todo lo que habia ocurrido ultimamente. 

  Estaba en su cama descansando cuando de repente escucho que alguien golpeaba la puerta. Se levanto para ver quien era y resulto ser Astrid.

Astrid: ¿Puedo pasar?

Hipo: Claro.

Astrid: Oye... lo de aquello fue...

Hipo: ¿Extraño? Si. Y creo que sabes bien lo que era.

Astrid: Lo que falta para terminar nuestra maldicion ¿Alguna idea de donde podrian estar los otros fragmentos?

Hipo: No, pero si se una cosa. No seremos los unicos que esten buscando esos fragmentos.

Astrid: ¿Por que lo dices?

Hipo: Tengo el presentimiento de que ellos tambien lo estaran buscando. 

Astrid: Habra que decirles la verdad.

Hipo: Lo se, pero ahora no.

Astrid: ¿Entonces cuando?

Hipo: Cuando sea el momento. Aun debemos de averiguar quienes eran esas personas de la otra vez.

Astrid: Te facilitare el trabajo. Cazan dragones, los exclavizan e intentan dominar el mundo. Listo, es lo de siempre.

Hipo: No es eso. Sus intensiones son las mismas que ya hemos visto desde hace tiempo. El problema es que hay algo disinto en ellos. No puedo decirlo con claridad, pero es como si ellos tuvieran...

Astrid: *Preocupada* ¿Magia?

Hipo: *Asiente sin poder mirarla* Es lo que temo.

Astrid: Pero... eso es imposible... solo deberiamos ser afectados nosotros unicamente.

Hipo: Nosotros fuimos elegidos para terminar con esta maldicion. No somos los unicos con magia, y esos chicos son prueba de ello. Nosotros debemos de completar ese orbe, o Thor sabe que pasara cuando ellos consigan las partes faltantes. Estamos en desventaja, ya que al tener el orbe casi completo, es seguro que vendran por el tarde o temprano.

Astrid: ¿No podemos hacer nada?

Hipo: Hay algo que podemos hacer.

Astrid: ¿Y eso es? *Se sienta sus piernas quedando de frente hacia el mientras sus brazos rodean el cuello de él*

Hipo: Podemos solo descansar por hoy y quizas... tener algo de privacidad.

Astrid: Me gusta esa idea.

  En ese momento, los recuerdos de Berk pasaron por la cabeza de Hipo y eso lo hizo pensar y deprimirse de repente. Penso que la unica razon de que Astrid estuviera "enamorada" de el, es porque han sido solo ellos desde que estaban en aquella isla. Pensaba en sus adentro que lo que ella sentia por el no era real, y que desapareceria en el momento que viera a alguien mejor en Berk o en cualquier otra isla.

Hipo: *Deprimido* Oye... yo...

Astrid: Cierra la boca. No ese pesimismo de nuevo.

Hipo: ¿Que?

Astrid: Desde que estamos aqui hemos hecho interesantes, increibles y fuera de lo normal. Hemos estado juntos desde hace años, y aun sigues siendo muy inseguro de ti mismo.

Hipo: Pero...

Astrid: Escucha *Lo besa de repente* Eres increible tal cual eres. Viajaba en secreto a otras islas y en ninguno vi a alguien ser realmente valiente por pelear por lo que cree correcto. En ninguna isla vi a alguien que se esmerara tanto como tu. Nadie ponia el cerebro antes que los musculos como tu. Quedarme tanto tiempo contigo no me forzo a enamorarme de ti. Me dio la oportunidad de conocerte mejor y es por eso que me enamore de ti. Siempre que huia y conocia a alguien entendia y comprendia mejor lo bueno que eres. Por eso te pido que no te menosprecies de esa forma.

Hipo: Momento ¿Huias de la isla? ¿Conociste a otras personas?

Astrid: Ya es muy tarde. A dormir.

  Asi como entro, Astrid hizo una magnifica salida dejando a su enamorado sin palabras y sin la oportunidad de enojarse con ella.

  Mientras tanto, en otra parte, los cazadores comenzaban a planear sus siguientes pasos.