/Narra Hipo/

  Solo me descuide un segundo y permití que Angur tocara el fragmento. Antes le advertí que hay fragmentos que conservan su magia. Solo queda esperar a que Patapez y los otros rompan el hechizo de alguna forma.

/Narra el autor/

  Angur terminó tocando el fragmento y eso hizo iluminar la cueva. Los chicos de Berk vieron la luz que salía de la cueva junto con los gritos de sus amigos. Corrieron hacia ellos pero al llegar se encontraron con algo inesperado.

  Lo unico que había en la cueva era el fragmento, la ropa de los jinetes, las sillas de montar de los dragones y unos niños de 3 a 5 años y crias en vez de sus amigos.

Patapez: ¿Qué pasó?

  En eso uno de los niños comenzó a llorar. Dos de ellos comenzaron a corretear mientras que una niña golpeaba a un niño mientras que los otros jubagan por ahí. Las crías tambien jugueteaban y peleaban entre si un poco.

Patan: Chicos ¿No creerán que...?

Patapez: Es imposible. 

  En eso vieron a uno de los niños. Tenía cabello castaño, ojos verdes, era delgado y parecia estar al borde del llanto. En eso, una niña de cabello castaño salio corriendo hacia él y trató de animarlo. El chico poco a poco se iba calmando. Ahí fue cuando los chicos vieron detenidamente a los niños y a las crías. No tardaron mucho en unir los puntos y darse cuenta de lo ocurrido.

Brutacio: No es posible ¿Verdad?

Brutilda: Es imposible ¿No?

Patapez: El cristal los rejuveneció.

  Patapez buscó en su bolsa un pañuelo y con el levantó el fragmento para evitar otra tragedia. Llevaron el fragmento, las crías, los niños y sus cosas al área en donde estaban. Los chicos no dejaban de jugar, llorar, pelear y correr por ahí. Una vez que todos estuvieran en la zona de las cabañas, los más adultos buscaron una forma de revertir todo. Mientras trataban resolver la situación, vieron a una niña corriendo completamente desnuda mientras jugueteaba y reía con su dragona de escamas blancas.

Patan: ¿Esa es?

Patapez: Es Freya. Esta sonriendo.

Patan: Parece que ser niño significa no darle importancia a pequeñeces.

Patapez: Ojalá pueda volver a sonreir en su forma.

  Los dragones de los chicos hacían de niñera mientras que estos buscaban una solución. Colmillo y Albóndiga hacían hasta lo imposible para que los chicos no se escaparan o hicieran alguna locura. Barf y Belch intentaban separar a las crías humanas de los dragones, pero estos se juntaban y hacían travesuras sin importar que. Al final, los chicos ya no pudieron soportar ver a los niños desnudos por ahí y les pusieron sabanas a cada uno. Lo terminaban arrastrando por todas partes, pero era mejor que nada.

  En eso, Chimuelo cría e Hipo comenzaron a interactuar. Jugaban y se daban un par de golpecitos, uno disparaba bolas de plasmas inofensivas y hasta jugaban a volar. Astrid y Tormenta también interactuaban y comenzaron de repente a perseguir a Hipo y a Chimuelo sin razón alguna. Ren, Spark, Freya y Luna hablaban felices mientras que los otros hacían cosas aleatorias. Así fue todo el día hasta que por fin llego la noche, todos comieron y se durmieron en el comedor.

Patan: *Alterado* Son tan lindos cuando duermen y no causan problemas.

Brutacio: Vámonos.

  Los chicos tuvieron que aguantar los juegos y travesuras de todos. Cuando por fin se durmieron, ellos estaban al borde del desmayo. Lo único que pudieron ver de bueno de aquel día fue el hecho de ver a Freya nuevamente contenta.