/Narra el autor/

  Hipo y los demás se despertaron y se reunieron en el comedor. Todos estaban ahí, excepto Freya, y escucharon las actividades que les tocaría hacer ese día.

Hipo: Bueno, todo salió de una manera inseperada. Al menos recuperamos a Freya y todos están aquí. Se que todo fue un poco... alocado.

Astrid: Pero recordemos que al menos hemos podido volver sanos y salvos todos.

Hipo: Las cosas se complicaron y se atrasaron un poco, pero por eso mismo deberemos acelerar un poco el ritmo que antes teníamos. Primero que nada debemos buscar esto - Dijo mientras sacaba un cristal de su bolsillo - Astrid y yo hemos buscado los demás fragmentos, por ahora solo faltan unos cuantos.

Patapez: ¿Qué es eso?

Hipo: Cuando obtuve estos poderes por primera vez, estaba en una cueva. En esta cueva habían una esfera, la cual tenía esta maldición. Cuando la toqué se rompió en muchos pedazos y estas se exparcieron alredor del archipiélago. Hemos logrado juntar la mayoría pero varias siguen escondidas por ahí y no las hemos podido encontrar todavía.

Astrid: Tenemos razones para creer que algunas de ellas pueden estar en la isla. El problema es que conservan parte de su poder.

Hipo: La esfera empezó a maldecir a la gente y al mundo hace mucho tiempo, pero cuando me tocó a mi tocarla, esta se quebró.

Astrid: Hasta donde sabemos, la mágica de esa esfera iba ayudar a la gente, pero luego empezó a contaminarse lentamente por el egoismo de la gente. Ahora, para romper la maldición, debemos recolectar todas las piezas y terminar con esto. No sabemos exactamen que hacer, solo sabemos que debemos hacerlo.

Hipo: Muy bien, ahora todo el mundo separense. Cuando vean algo como este cristal, no lo agarren solos, llámenos y guienos. Si hacemos todo bien, la maldición se romperá y todo el mundo podrá recuperar sus vidas normales.

  Eso pareció incentivar a todos, quienes añoraban volver a tener una vida normal. La búsqueda comenzó casi de inmediato y todos fueron a buscar aquel o aquellos fragmentos. Buscaron en cuevas, arbustos, lagos, arboles y cualquier otro escondite. Todos empezaron a perder la esperanza al no encontrarlo, pero de repente escucharon a alguien gritar de la alegría.

  Mely sacó a Freya mientras la llevaba encadenada. Freya parecía haber perdido todo el brillo y la alegría que tenía antes de salir de Berk. Estaba completamente cambiada y nadie pudo hacerla volver a lo que era. Mely se la llevó consigo mientras le contaba todo lo que Hipo y Astrid dijeron. Intentaba animarla con todo, pero era completamente inútil. Ellas entraron en una cueva sin darse cuenta y en eso vieron un pequeño brillo. Al verlo con detenimiento, notaron que era uno de aquellos cristales. Mely se alegró, pero Freya no mostro señal alguna de emoción.

  Mely buscó a los demás y les mostró el cristal que habían encontrado. Patapez, Patan y los gemelos decidieron no entrar, mientras que el resto si. Todos se adentraron en la cueva lentamente hasta ver el cristal. No solo entraron los jinetes, los dragones también se adentraron junto con ello. Nuevamente, Freya no mostró emoción alguna, mientras que los demás si.

Ren: Bien. Un paso más cerca para acabar con la maldición.

Alex: En parte voy a extrañar esto, pero al mismo tiempo no.

Kaisa: No puedo esperar a acabar con esto.

Angur: Genial. Tomemos el cristal.

  Angur, sin pensarlo dos veces agarro el cristal y lo retiró de donde estaban. Astrid e Hipo se distrajeron unos segundos, y cuando se dieron cuenta de lo que hizo Angur, ya era demasiado tarde.

Hipo: ¡¿Angur que hiciste?! 

  Un brillo iluminó toda la cueva y mientras dejaba salir el grito de los jinetes y sus dragones.