/Narra Mely/

  Luego de rescatar a Freya y volver a casa, Hipo y Astrid enfrentaron a un par de enemigos y luego los dejaron en un calabazo que ellos hicieron en otra isla. Lo raro de esto es que la isla tiene una seguridad increíble. Dragones de varias especies hacen de guardias, y hacen una buena combinación. Los alacambiantes y Centinelas vigilan la isla en tierra. Los Susurros Mortales y Terrores Nocturnos vigilaban a los prisioneros bajo tierra. Los Aguijones Veloces son encargados de rastrear y capturar a los que escapan. Los Typhoomerang se encargan de alejar a los intrusos. Y, por último, los Skrills se encargan de crear tormentas electricas para alejar a los mercaderes y rescatistas. La protección de aquella isla-carcel era exagerada, pero debía de admitir que era genial.

  Luego de dejar a los nuevos prisioneros en su nuevo hogar, todos volvimos a la isla. Freya no paraba de negarse e intentar escapar. Decía cosas como "soy peligrosa" " déjenme o les hare daño" y cosas por el estilo. Realmente me sentí un poco culpable, y en parte fue mi culpa. Llegamos y tuvimos que encadenar a Freya en su cabaña para que no escapara ni causara alboroto.

  Todos nos reunimos y quedamos en el comedor para descansar un poco. Estabamos tranquilos hasta que llegó Astrid.

Astrid: Ajam ¿No hay algo que debes haces?

Mely: ¿Como qué?

Astrid: No sé ¿Quizás una disculpa?

Mely: ¿Me perdonas?

Astrid: No a mí. A tu compañera.

Mely: Ahhhhhhhh.

Astrid: No te hagas la  tonta. Sabes lo mucho que la lastimaste. Te vas ahora mismo y hablas con ella.

  Tuve que irme a la cabaña de Freya para disculparme. Quería pasar pero antes de siquiera tocar la puerta escuché como Freya forcejeaba. Tuve que quedarme afuera para evitar salir lastimada, otra vez.

Mely: Freya ¿Éstas bien?

Freya: *Llorando* Aléjate de mi.

  Escucharla asi me hizo sentir muy culpable. Antes no estaba tan segura por disculparme, pero ahora lo estoy.

Mely: Oye. Sé que lo que dije estuvo mal. Lo lamento.

Freya: Por favor, Aléjate. Solo soy una amenaza.

Mely: No lo eres. Yo fui la que se equivocó. Te dije cosas horribles y no debí. Estaba enojada y asustada y no pensé antes de hablar. Realmente lo siento.

  Solo pude escucharla llorar. No sabía que más hacer para consolarla. Simplemente me quedé en la entrada mientras la escuchaba.

  En eso escuché a alguien entre las sombras. Traté de ver quién era y logré distinguir a Ren saliendo de entre los arboles.

Ren: ¿Satisfecha?

Mely: *Enojada* No me lo restriegues en la cara.

Ren: Alex pasó por lo mismo en Berk y tu le hiciste esto a Freya sin un gramo de compasión.

Mely: Te dije que no me lo restriegues.

Ren: ¿Y bien? ¿Te vas a disculpar con sinceridad esta vez?

Mely: Ella ahora esta en un estado... crítico. Aunque pudiera entrar, necesitaría tener un gran espacio en que moverme o ella me golpeará con sus poderes.

Ren: ¿Y si usas los tuyos? Puedes protegerte ¿No?

Mely: Creo. Pero eso no me sirve si no se como entrar.

Ren: *Sonriendo* Tranquila, de eso me encargo yo.

  Se me olvidó la habilidad de Ren y gracias a él podimos entrar a la cabaña de Freya. Ella no parecía muy feliz de vernos. Se sacudía y rafagas de aire salían disparadas de su cuerpo como si este fuera una tormenta. Por suerte usé mis poderes a tiempo y creé un campo de protección que nos rodeó a Ren y a mí.

Freya: *Enloquecida* ¡Por favor! ¡Aléjense de mi! ¡Aléjense de mi! ¡Soy muy peligrosa!

Mely: Freya, Cálmate. Por favor cálmate.

  Ella no dejaba de gritar y pedir que nos alejaramos. Estuvo asi durante un buen rato hasta que estalló en llanto. Sus poderes comenzaron a calmarse y poco a poco pudimos acercanos. Se desmayó entre tanto llanto y locura, había agotado toda su energía. Yo desactivé el campo de protección y la abracé mientras sentía sus lágrimas recorrer su rostro y caer en mí. Apesar de que estuviera encadenada, la abracé y la acaricié hasta que por fin pudo tener una pequeña pero tenue sonrisa. La recosté y la puse en el suelo para que descansara mejor y luego de eso, Ren y yo nos fuimos de ahí.

Ren: Ya es un paso menos.