Capítulo 14
/Narra Freya/
Volvimos a Berk luego de la extremadamente peligrosa aventura. Ayudamos al dragón que nos protegió y lo llevamos con Hipo. Cuando llegamos, le mostramos el dragón y le dijimos lo que habíamos hecho. Eso lo hizo enojar.
Hipo: *Enojado*¿Por qué siempre que se alejan hay un dragón herido?
Freya: Créame, yo me hecho esa misma pregunta desde que llegué.
Hipo: Después me contarán cada detalle de lo sucedido y hablaremos durante un largo, largo rato.
Todos: Si, señor.
Pasaron algunas horas y el Nadder por fin despertó. Seguía lastimado pero ya podía moverse. Cuando nos vió se acercó a nosotros y nos lamió a todos. Le agradábamos y por eso nos protegió.
Hipo: El dragón que me describieron es un Ala Acorazada. Por el tamaño que me describieron que tenia, de seguro era un Ala Titánica.
Patapez: ¿Ala Titánica?
Astrid: Hay muchas más clasificaciones de dragones que ni siquiera Borg pudo ver o escribir en su libro. Los Ala Titánicas son como una jerarquía o algún tipo de estado que alcanzan los dragones. Duplican su tamaño, su fuerza, su número de disparos y cambian en algunos aspectos.
Hipo: Por ejemplo, los Pesadillas Monstruosas. Uno normal tiene cuatro cuernos, los Alas Titánicas tienen ocho. (Esta información esta basada en el juego "El Resurgir de Mema").
Astrid: Debió ser una dura pelea. Es un milagro que pueda levantarse.
Nos preocupamos por el dragón y este solamente nos miró.
Al día siguiente, me fuí a la playa y busqué a Luna por todas partes. Ella seguía en la playa como siempre. Ya estaba mejor, podía moverse y mover sus alas, con un día más de descanso ya podría volar.
Decidí animarla, así que le llevé algunas flores y una canasta de pescado.
Freya: ¿Cómo estás Luna? Espero que mejor. Mira, te traje flores y pescado. Espero que no me escupas arena.
Luna: Grrr.
Luna no parecía muy animada. Creí que si podría animarla, entonces podríamos acercarnos más.
Freya: Mira, solo quiero ayudarte. Déjame ayudarte.
Ren: Creo que ya te lo dije. Los dragones del Mundo Oculto no confían en los humanos.
No me había dado cuenta de que Ren había llegado y estaba con su dragón Spark. Ambos estaban cerca nuestro y se quedaron a cierta distancia, para no invadir nuestro espacio personal.
Luna seguía ignorándome y ya no sabía que hacer. Estaba a punto de rendirme hasta que se me ocurrió una idea. Me levante y comencé a bailar en la arena. Danzaba aún sin música que me dirigiera. Así estuve durante horas hasta que anocheció. Ví como salió la luna, podía escuchar el sonido del mar y mis pies se estaban cansando.
Yo rendida caí en la arena, estaba cansada y ya no sabía que hacer.
Freya: Me rindo.
En eso sentí una lamida en la mejilla. Cuando alcé la vista noté que Luna estaba a mi lado y comenzó a moverse de manera extraña. Era como si bailara. Trataba de animarme. Yo sonreí y me volví a levantar. Las dos bailamos por un rato hasta que caímos rendidas del cansancio. Estaba feliz.
Luego de recuperar el aliento, la dragona y yo nos vimos mutuamente. Cerré mis ojos y extendí mi mano. Respiré hondo por lo nerviosa que estaba. De un momento a otro, sentí la cabeza de Luna. Al abrir los ojos noté que ella me había aceptado.
Freya: Prometo cuidarte, siempre.
No parecía muy convencida pero asintió. Por fin me había aceptado, luego de muchos intentos fallidos, por fin me aceptó.
En eso ella se puso en guardia ya que escuchamos unos aplausos lentos.
Hipo: Por fin lo lograste. Por fin confía en tí.
Freya: Si. Todo es gracias a tí, Hipo.
Hipo: Me alegro. Pero eso no quiere decir que no estoy enojado con ustedes por lo que hicieron.
Ren y Freya: Si, Hipo.
Luna intentó atacar a Hipo para defenderme, pero de las sombras apareció un dragón negro. Este dragón era nada más y nada menos que Chimuelo. Luna quedó muy sorprendida. Ella intentó acercarse a él y él se lo permitió.
Luna olía cada vez más de cerca a Chimuelo y este le dió un cabezazo a la dragona. Chimuelo le gruño y eso hizo que Luna se volviera más dócil.
Freya: Eso fue raro.
Ese día formé un lazo con Luna, mi dragona.
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