Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Cap37.1: La Reina Sangrienta

Esta mañana llegamos al primer fuerte de Varlice. Hellvortez es su nombre, lo recibió la familia que lo creó y habitó por años, pero actualmente el imperio de Rotia lo reclamó como suyo en la conquista, cambiando a los nobles que lo dirigían por los Kaur, una familia religiosa.

Es considerada una fortaleza impenetrable, principalmente por su altura y terreno.

Algunos lo llaman el paso del infierno, sus muros cuentan con una altura de dieciocho metros. De ancho un espesor de seis metros, la puerta está hecha de hierro y solo se abre desde dentro, a pesar de eso cuenta con cinco en el camino hasta la última, como si cada medida fuese insuficiente. Por si fuera poco, colinda con las montañas y el bosque a los laterales.

—El primer paso es lograr subir el muro, sin esto no podremos siquiera tener la esperanza de ganar —comenta Anderson Holf.

¿Quién es? El consejero que me concibió mi padre para esta guerra. Él cuenta con años de experiencia en el campo de batalla y muchísimas canas, dados sus cincuenta años.

Contamos con dos torres de asalto para esto, pero aun así hay cinco metros que no cubren. El problema es que si son destruidas no tendríamos forma humana de subir.

Debo hacerlo... De la forma humana...

—Perder días sería un problema, el bosque es más factible para cruzar a Varlice —planteo mi idea.

—No, ellos conocen ese terreno mucho mejor que nosotros, las emboscadas serían inevitables —responde Anderson.

Si atacamos ya sin resultados perderíamos la sorpresa...

Nadie nunca ha podido tomar esta fortaleza de forma bélica. La vez que fue tomada fue por el corte total del comercio hasta que tuvieron que pedir la rendición por la hambruna. Para empeorar la situación, no sé qué criaturas pueda haber dentro de sus tierras ni quien controle esto...

En Axtrinia las familias nobles regentes sí están definidas en mi cabeza, pero aquí no.

—Vamos a usar el bosque y las torres de asalto. Dividiremos el ejército en tres —les respondo.

—Disminuirá nuestra fuerza —señal Anderson y agrega con calma luego—: Su alteza.

—Esperaremos un día antes de atacar la fortaleza, hagamos creer que las torres son el punto clave y usemos el bosque —respondo.

—Eso es una locura, está dejando de lado nuestro principal medio —comenta para agregar—: perdone mi atrevimiento.

Una mujer en esta posición, estoy aquí por capricho de mi padre, pero es notorio que para ellos no soy más que un estorbo.

—¿A caso usted posee alguna idea mejor? —Le respondo.

—Pongamos nuestra fuerza en las torres, es un buen invento para abordar la fortaleza junto a los cañones. Un pequeño número de señuelo atacará por el bosque simulando ser un ejército mayor y así realmente dividiremos sus fuerzas —plantea Anderson.

—La reina soy yo, Anderson, y si digo que será de esta otra forma, lo será —respondo con educación.

—Usted es solo una mujer en el campo de batalla, únicamente trae mala suerte —responde él.

—Para su desgracia, esta mujer es quien está al mando, mi esposo, vuestro rey, cree que es la mejor decisión. Si tiene usted alguna duda de su juicio, declara abiertamente que ha traicionado a la corona de su país —respondo sin sonar ofensiva.

—Perdone mi atrevimiento, su alteza —responde Anderson mientras veo correr una gota de sudor por su rostro y el descontento en su mirada.

—Los que irán al bosque partirán en una hora, haga dos ejércitos de dos mil hombres a cada bando. En la madrugada atacaremos con la misma cantidad usando una de las torres, sin los cañones —le respondo—. Los grupos del bosque no deben atacar, no hasta que la señal de fuego se alce en el cielo.

No les queda más remedio que aceptar mi propuesta...

Presión psicológica... ¿Cómo lo haré? Las estrategias de padre son demasiado extrañas...

La reunión se cierra, determinado que estas serán las pautas y pasos a seguir. Debo tener cuidado con el Mursid que se encuentre en Hellvortez, pero mientras mantenga un perfil humano no debería revelarse de forma sobrenatural.

Rudolf estará mejor en el grupo del bosque que en frontal, será una lástima no poder despedirme de él antes de que deba partir.

Cuando todos se marchan de mi morada puedo disponerme a intercambiar palabras con Lewis a través del espejo. Solemos escribir en un cuaderno lo que queremos decirnos para mantener los tiempos. Me pidió cinco meses y eso trato de cumplir, todo sea por el inútil de mi sobrino.

Es difícil cambiar mi naturaleza sobrenatural, me siento tentada a hacer arder la ciudad con mis propias manos.

La noche cae y la formación de dos mil hombres se dispone más allá de la vista de las murallas. Ana fue mi encargada de vigilar los horarios de cambio para evitar atacar en estos. Antes del avance usé mis habilidades para hacer que los diez guardias encargados de vigilar fuesen incapaces de dar la alarma.

Los pasos debían ser lo más silenciosos posible hasta que la torre y la cercanía fue demasiada. Los soldados de nuestro bando lograron subir los primeros diez metros con las torres de asalto y luego el resto mediante sogas que lograron establecer en el matacán. No podían atacar hasta que el número fuese considerable.

Anderson no comprendía como no había sonado la alarma, pero lograron entrar alrededor de mil soldados los cuales tenían como principal objetivo abrir las puertas más que asesinar a otros.

¿Qué estoy haciendo? Debía retrasar esto lo más que pudiese.

La alarma no tarda en sonar, los soldados de Hellvortez responden a la invasión sorpresiva, pero tenían la orden de solo causar el número de bajas hasta dejar la puerta abierta para salir por esta.

No atacarían civiles, simplemente asesinarían a la mayor cantidad de soldados posibles para salir por la puerta, dejando una nota en esta.

"Si desean que la ciudad no sea invadida por un ejército, les damos la oportunidad de entregarnos mil gatos."

Mi ejército solamente sufrió dos bajas, algo bastante pequeño, teniendo en consideración que ese ataque sorpresa abatió al menos quinientos de sus soldados y robaron su armamento.

Los soldados regresan para festejar en la noche, estos resultados parecen levantarles la moral, sin embargo, todos se cuestionan por qué no tomé la fortaleza si ya estaba dentro.

Es el primer fuerte, para una conquista de todo Varlice debo priorizar la vida de mis soldados. Si mueren solo diez, sería perfecto.

Desgraciadamente, son cosas que me enseñaron ellos dos, Lewis y Lewelyn. Con los gatos posiblemente me entreguen su rendición.

A la mañana siguiente salen varias carretas llenas de gatos del castillo, todos dentro de sacos amarrados. Es una petición bastante sencilla si la comparamos con la posibilidad de evitar una guerra.

Me dispongo a recibirlos junto a Ana, las carretas van hacia nuestro campamento luego de intercambiar palabras con un emisario del "Mursid" Kaur que dirige esta fortaleza.

En Rotia se practica el Suluk, una religión bastante acentuada dirigida a la superación y seguir el camino de la luz, mal vista por la iglesia. Ellos poseen en vez de reyes o rangos de nobleza como nosotros, los nombres de los cargos de su religión. El Mursid es literalmente el guía espiritual para ellos, especialmente en su idioma significa eso, guía en Axtriaco. Rinden tributo a Sulkya, diosa de la luz, y a Amurad, dios del desierto.

—¿Ahora vamos a comer gatos? Menudo desperdicio con las puertas abiertas —responde Anderson sacándome de mis pensamientos.

—Si es de su gusto desayunar uno, adelante, no le negaré ese deseo —le respondo–: por ahora esperaremos a la noche.

—Un segundo ataque sorpresa no funcionará —responde él.

¿No puedo cortar su lengua? Maldito anciano.

—No es la idea que cruza mi mente. Dejen en perfecto estado a los gatos, no los saquen de sus bolsas hasta que yo diga —sentencio para terminar la reunión.

Puedo escuchar los descontentos de las tropas y como todos cuchichean criticando mis métodos. Solo los demonios saben cuánto me contengo para no asesinar a todos estos hombres.

"La Reina está loca, desperdició una oportunidad de oro tras un golpe de suerte para pedir gatos." Es el pensamiento que se generaliza en el campamento.

Una vez llego a mi carpa, me dispongo a tomar el espejo, pero esta vez no me encuentro con la usual reunión con mi hermana. Ella no está con traje, ni con su seriedad habitual. Ayer se disponía a controlar los asuntos de la plaza y ahora está desnuda y su cuerpo maltrecho lleno de heridas. Las lágrimas corren a montones por su rostro mientras sus manos carecen de uñas. La imagen se proyecta desde abajo de sus muslos, parece ser un líquido...

¿¡Qué demonios!? Se supone que Lewelyn no iba a llegar tan lejos.

Aprieto los dientes junto a mis manos en el mango del espejo. Si fuese uno normal ya se hubiese abollado.

Los labios resecos y agrietados de Lewis se mueven en silencio, parecen estar repitiendo el mismo recorrido una y otra vez, como un bucle.

No lo entiendo...

¡NO LO ENTIENDO!

Debo volver, debo ir allí...

Saco de mis pertenencias el mapa, pero termino por volver a observar la imagen maltrecha de mi gemela...

Centro mi atención en sus labios a pesar de que las manos que sostienen el espejo me tiemblan...

"Haz... Lo... Ya."

¿Hazlo ya?

¿No desea que espere los cinco meses que quedan?

El agua de sus muslos...

Lewis no se doblegaría ante nada, a no ser... que padre haya descubierto a Levic.

Caigo sobre mis rodillas sin saber qué hacer. Esta ciudad no posee los suficientes soldados como para completar la cuota que pide el demonio, no los posee, a no ser que use a los civiles.

Junto a todo eso...

De hacerlo...

El cuerpo de Lewis no lo soportaría y moriría en cuanto termine el ritual.

Comienzo a golpear el suelo con mis manos una y otra vez. No quiero que muera, pero es su pedido, lo hace por su hijo...

—¿Qué demonios debo hacer? —Susurro para mirar el espejo.

Solo un momento los labios de mi hermana varían su recorrido para decir: "Por favor, Victoria".

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro