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Cap 21: Amor y pactos

La primera bruja es la mecha para las disputas, ella sigue secuestrada para nosotros, pero para su clan el cadáver de alguien con sus ropas fue encontrada quemada en la ciudad.

Las sospechas sobre quién fue empiezan. Es así hasta que la segunda bruja capturada por Bralen aparece moribunda en el territorio de los lagartos. No necesitamos hacer más, entre ellos mismos avivaron las flamas de las querellas.

La ciudad se veía tranquila a simple vista, pero las personas de cada bando empezaron a morir y ser atacadas. Cada uno pensando que fue el contrario y mientras tanto, Faroe se encontraba amarrada en nuestra habitación. Le hacíamos las historias de estos tres días, como cada uno de su bando iba desapareciendo. Como se mataban y peleaban como inocentes pagaban por su supuesta muerte.

La bruja Faroe nos pide que paremos estas disputas, que rompieron la delgada paz que había en el territorio. Lo que realmente llama mi atención es el rumor de que hay varios soldados de Rotia en los límites de Barlow con su país. Parece que habrá un ataque a esta provincia. Por suerte me encuentro bastante distante, pero no deja de ser una información curiosa.

Los planes de Lewelyn, siempre estuvo buscando el trono de Axtrinia. Estos dos países tenían un tratado de paz, mi pregunta es, ¿cómo hizo para que ellos atacasen primero? Es algo que no sabemos.

Termino de tomar mi te, mientras observo la ciudad por la ventana y en el suelo está Faroe. Lleva estos tres días sin comer y solo con el mínimo de líquidos para sobrevivir.

—¿Deseas pararlo ya? —Le comento sin mirarla.

Ella no me responde, puedo sentir desde aquí su ira hacia mí.

—Me pregunto si tu orgullo es más importante que permitir que la familia que posees del aquelarre muera —le indico y ella levanta la cabeza.

—Si te llevo allí les matarás, preferiría que ellas lo hiciesen por otros medios que ante ti —escupe sus palabras—: eres un monstruo.

No me ha dicho nada que no sepa. No aparto mi mirada de la ventana, realmente no me queda mucho tiempo. Lewelyn debe llegar dentro de poco.

—Faroe, voy a darte tres opciones —le confieso en un último acto de compasión.

—No quiero tu misericordia —responde ella.

—Puedo aniquilar tu clan junto a ti, dejarles vivir y ganar el territorio si se subordinan a los Roosevelt o el último, pero usted bajo mi control —le comento ahora volviendo mi rostro a ella para verle.

No contesta durante varios minutos, aunque cuando voy a salir de la habitación me detiene desesperadamente con un grito.

—¡Espera! ¿Qué debo hacer para que no les mates? —Comenta ella.

—Iremos esta noche a entregarte a ellos —le respondo.

Realmente no nos manchamos las manos directamente, pero los muertos de este hecho también pesarían sobre mis hombros. ¿Cuántos necesitas?

Una vez cierro la puerta empiezo a toser dejando esas manchas de sangre en mi mano, cada segundo cuenta...

En la noche vamos hasta la orilla del lago de los Santos, así se llama el lugar donde se esconde el aquelarre de Faroe.

Ella abre un portal al interior y de este sale otra bruja quedando frente a nosotros.

Ella es mayor que la que tenemos, se ven las arrugas en su rostro y el notorio cabello Violeta. Sus ojos están cubiertos por una capa blanca que denota ceguera, quizás no completa, pero parcial sí.

—¡Faroe! —Dice la bruja preocupada y centrando su hostilidad en nosotros.

Solo estamos Charlotte y yo, Bralen y Helios deben visitar a las otras tribus para hacerles saber el porqué de esta pequeña disputa. Todo es culpa de las brujas violetas.

—Las demás criaturas saben que ella está viva y que realmente no tuvieron un motivo real para iniciar esto —le comento a la bruja, la cual intenta atacarme.

Justo en este momento, Charlotte inicia un incendio cerca de ella y lo extingue para que entienda que no está en posición.

—Fueron vosotros... —Dice la bruja molesta.

—Vuestro demonio me llamaba a ustedes y Faroe se negaba a traerme —le indico—: lo cierto es que quedan pocas horas de paz para las brujas violetas, pronto este sitio estará plagado de bestias molestas.

Digo la verdad, la simple verdad.

—¿Quién eres? —Pregunta la bruja.

—Lewis Roosevelt —le indico—: tienen la posibilidad de sobrevivir, pero solamente si siguen al pie de la letra todo lo que diga.

—No vamos a hacerle caso a un extraño, nuestro templo es inalcanzable, este lago es sobrenatural y posee más de diez metros bajo el agua —indica ella llena de confianza.

—Las ninfas de arena pueden sacar el agua desplazándola y levantando vuestro templo —le respondo.

—Ellas no son tan perspicaces —replica la mujer.

—Tienen a alguien que les está dejando ver esa posibilidad —le respondo con una sonrisa amplia.

Helios debe hacerlas venir... debe decirles el modo, para ello desde ayer estaba trabajando en ello.

Charlotte se mantiene serena, su mirada a veces va a mí, pero está haciendo su mejor esfuerzo por confiar.

—¿Cómo sé que no son mentiras? —Me cuestiona la bruja.

—Está diciendo la verdad —responde Faroe.

El silencio se hace en el lugar, la anciana mira a la mujer más joven y sus palabras son bastante curiosas.

—Hija mía... —Responde la anciana.

—Luego de estar con ellos este tiempo, puedo decir que realmente serán capaces de dejar que nos destruyamos... o hacer que venzamos —responde Faroe.

La anciana abre el portal, uno por el que entramos esta vez, todos. El agujero nos lleva a un templo submarino, uno que está completamente cerrado sin acceso al agua desde dentro, podríamos morir aquí encerrados, realmente debo ir con cuidado y no desesperarme.

Charlotte va a mi lado, trata de mantenerse serena, pero puedo notar en sus micro-expresiones la tensión. ¿Cómo se sentirá respecto a que yo desee recuperar mi poder?

Nos llevan hasta una sala de reuniones con solo cinco sillas, hay apenas unos ocho miembros en el lugar y algunos están heridos.

Parece que no son precisamente quienes van venciendo...

—¿Qué sugieres? —me indica ella.

—Deben mover el templo a otro de los lagos invocando a Belfegor en su altar —les indico.

La bruja levanta una ceja como si estuviese desvariando.

—Eso no es posible —responde ella y duda si seguir, pero accede—: nuestros poderes se están debilitando, no nos escucha como hace años.

—¿Han realizado los sacrificios con regularidad? —Es lo primero que cuestiono.

—Sí —responde sin dudar.

—Probablemente, se deba a las dos puertas a Barlow —le contesto sin rodeos.

Ella no entiende a qué me refiero y es difícil explicarlo, ¿la respuesta sencilla?

Es posible que todo esto sea una simple ilusión. Ella, Faroe, el posadero, nadie es real, ¿cómo le dices a alguien que no es real que su existencia es una ilusión si cree fielmente que existe? Es de locos.

No pueden salir de Barlow porque fuera ya no existen. ¿Pero dónde están los reales? Quizás aquí mismo... Justo aquí, en otro Barlow. Mi primer pensamiento sobre esto es que lo causó Belfegor, aunque no puedo confirmarlo.

—Llévame al altar —le contesto.

—Eso es imposible —me indica ella—: nadie que no sea de su culto puede ir.

—Eres una bruja, deberías poder ver la corrosión de mi cuerpo y alma —le respondo.

Ella cierra los ojos para concentrarse y sentirlo. La similitud es tanta que es posible confundirme con una bruja. No debe comprenderlo, un Roosevelt con ese tipo de color de nube, con varias influencias en su cuerpo.

Ella se empieza a reír y se levanta también.

—Solo le queda un suspiro de vida, es un milagro que no se haya doblegado. Está bien, sígueme, si logras despertar de nuevo su voz, creeré fervientemente en ti, o en lo que te queda de vida —se ríe la bruja burlándose de mi desgracia.

Charlotte me mira con desconcierto, va a mi lado, le ordené que no podía hablar mientras la misión estuviese activa. En el último momento, le indico que se quede fuera, su presencia bloquearía el mínimo intento de contacto.

Veo como las puertas se cierran detrás de mí y me quedo frente a la estatua. Un altar lleno de sangre, con los cadáveres frescos y otros en los huesos esparcidos por todo el lugar. El hedor es insufrible.

La estatua se levanta en el fondo, una bestia con rostro de cabra y rasgos humanoides. Se encuentra sentado, mientras con una mano agarra su propia cola. El rostro es de risa y mezclado con sueño.

No se ve igual al demonio del cine, pero no puedo dejar de pensar que lo es, quizás se deba a su facilidad para adoptar cualquier forma y cuerpo.

Solo de llegar, su risa se hace presente en mi cabeza. La persona del trono muta y baja de ahí avanzando hacia mí. No me puedo mover, la mujer también parece congelada, pero no consciente.

El demonio se coloca delante de mí, siento como mi nariz comienza a sangrar, y un pesar se apodera de mi cuerpo.

—Lograste llegar hasta mí, pequeña Daniela —me susurra él al oído.

Mi voz se libera, logro hablar mas no moverme.

—Era el plan, llegaría hasta ti y podríamos acordar el volverme un vampiro noble si seguía los acuerdos establecidos —le contesto.

—¿Estás dispuesta a pagar todo lo que requiere? —Me responde con una sonrisa en su rostro, comienza a verse como Helios.

Camina a mi alrededor rozando mi cabello con sus dedos, donde lo toca termina por cortarse, sobre la altura de los hombros, dejando un olor a quemado.

—No estaría aquí de no ser así —le respondo—: ¿Cuándo se acabe el libro, tendré que volver a mi viejo mundo?

—Claro, no eres de esta realidad, no debes existir aquí, nada de lo que sucede te pertenece —me responde él entre risas y se para delante de mí, es peor que lo diga usando ese rostro.

—¿No hay una forma de regresar aquí? —Le contesto.

—Siempre la hay, pero no creo que puedas pagarla en tu actual estado —me responde entre risas y me libero para caer al suelo empezando a toser.

La sangre mancha el piso y lo sé, lo sé, no me queda mucho.

—¿Cuántos debo matar? —Le cuestiono.

—Miles, debes acabar con la vida de miles de personas, Daniela —me impugna él—, para lograr la inmortalidad correspondiente a un Roosevelt. Debes oscurecer tanto tu alma que no quede nada y pueda ser fraccionada, renunciar a lo que queda de cordura y dejarte llevar por la vida...

Se posiciona delante de mí, desliza su uña por mi mejilla dejando un ligero corte.

Asesinar a miles de personas... Lo sabía... De alguna manera no quiero ser el villano de esta obra, pero no logro encontrar otra solución... Si no lo hago moriré y tú también...

Llevo mi mano a mi vientre y el demonio la toma deteniéndome...

–No, no, no, si quieres ser inmortal debe morir este pequeño —responde el demonio haciendo presión en mi muñeca, su simple tacto quema.

—No, tiene que haber una forma de que ambos vivamos, no voy a cambiarlo —le respondo por primera vez perdiendo los estribos.

—Si quieres esa inmortalidad, una de las almas será la de este pequeño, la otra la de vuestro amante, la de su sirvienta bendita y la del experimento andante —susurra el demonio en mi oído—: si deseas esto no puedes dejar nada de humanidad en ti.

Desliza un dedo por mi abdomen haciendo que caiga de rodillas al piso para vomitar. Se mantiene frente a mí desde el frente y dobla en carcajadas.

—¡No puede ser la única manera, no es justo! —Le indico.

—La vida no está hecha para ser justa, pequeña Daniela —me responde él—: pero un día regresarás a tu mundo y podrás olvidarte de este... ¿Verdad?

¡¿Cómo demonios lo haré?! No puedo, no puedo, no puedo, ¡no puedo!

No puedo solo olvidarlos a todos... Ellos son reales...

—Tu salud empeorará hasta que mueras, ciertamente no te queda más de un año de vida e irá disminuyendo mientras más te exijas —me responde mientras me levanto del suelo.

—Da igual que mi cuerpo se desintegre, sangre o se doble, voy a terminar este libro —le respondo.

—Sin poderes no vivirás, Lewis —me dice usando mi otro nombre—. Lo sabes.

Sus palabras van acompañadas del deslizar de su pie sobre las gotas de sangre que solté.

—Voy a sobrevivir lo que queda aún sin ellos, también él lo hará. Terminaré esto antes de que llegue mi momento —respondo llevando la mano a mi vientre.

—Interesante, realmente me has sorprendido estos años, no era precisamente de los que apostaba por ti. ¿Eres consciente que este libro solo puede terminar con la muerte del villano? O sea tú, quizás un final "triste" donde te deshaces de tu hermana gemela para proteger a tu bebé —me responde el demonio.

—Haré lo que sea, ¡no va a morir, mataré a todo el que se atreva a tocarlo, no voy a arrodillarme! —Le contesto soltando mi cabello.

Por la coleta que traía, suelto ahora llega solo hasta media espalda.

—Será interesante ver cómo te arrastras con tu último aliento. Bien, puede que una solución a este libro sea cuando asesines a Victoria y su amante, será divertido ver eso —responde él y pone su mano en mi vientre dejando una quemadura notable.

Yo retroceso y cubro el espacio con los brazos.

—Le di un pequeño regalo, por todo lo que me has divertido —responde—: por cierto... Bienvenida a la segunda cara de Barlow, la controlada por los Keighley.

Cuando termina de hablar todo a mi alrededor cambia, de pronto me encuentro en la entrada de Barlow y frente a mí pasan unos guardias que anuncian la huida de un esclavo. Ante el susto empiezo a correr por los callejones, es así hasta que una mano me jala sacándome del camino y cubriendo mi boca.

—Calla, Lewis, o nos van a descubrir —me responde Bralen con el mismo atuendo con el que llegamos a la ciudad.

¿Me llevó a ese sitio donde están los que desaparecen de Barlow? Bralen... ¿Originalmente era de Barlow cuando nació?

La ciudad es exactamente la misma, pero todo está oscuro, no hay estrellas, no hay nada en el cielo y una cúpula de cristal se nota en los límites y arriba. Las casas están destruidas y un castillo enorme se levanta en lo alto del centro. ¿Así que aquí se escondían?

Necesito un descanso... definitivamente.

Tercer milagro, actualización tres días seguidos. XD la redención por la semana pasada.

Por cierto las dudas con el tema Barlow pueden preguntar las aquí y se las aclaro, sé que la historia tiene sus puntos que se enreda.

Por otra parte... Lewis va a tener eso muy pero que muy difícil.

🌹❤️🌹❤️🌹❤️

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