Entrar a la secundaria fue un cambio refrescante, sentí como si un enorme peso que había estado sobre mi durante ocho años infernales me fuera quitado de encima, por fin me alejaría de todo el sufrimiento del pasado y podria comenzar de nuevo, en una nueva escuela y con personas nuevas, la secundaria a la que fui era una escuela femenina y desde las primeras semanas me sentí en mas confianza, por primera vez hice verdaderas amigas y por primera vez me sentí cómoda al entrar en el salón de clases, los saludos amistosos y las bromas y chistes inocentes no faltaban, siempre que una necesitaba ayuda las demás no dudaban en prestársela, en los descansos estudiábamos juntas ya sea en el salón, en el pasillo, en el comedor o en el patio

Ese ambiente era de amistad sincera y verdadera camaradería, sentía que podía respirar tranquila, pero hay algo muy real que dicen el pasado y es que siempre regresa y cuando lo hace no puedes huir de el

Durante la clase de literatura la profesora dijo que teníamos que escribir una historia corta como parte de un evento por la semana del libro en la escuela, las mejores historias serian exhibidas en la biblioteca, eso me dejo pasmada al recordar lo que me había sucedido la ultima vez que escribí una historia y estaba asustada

No había escrito nada salido de mi propia mente en cinco años, pero era mi deber cumplir con los trabajos que daba la profesora, pero después de años sin usar mi imaginación estaba atrofiada y teníamos solo media hora para escribir esa historia, con todo en contra no tenia muchas opciones, estaba por mirar el trabajo de mi compañera de al lado para tener una idea, pero en eso recordé un sueño que había tenido hace algunas semanas atrás y después de cinco años sin escribir nada salido de mi mente volví a hacerlo

En serio había olvidado como se sentía, ese cosquilleo en recorriendo mi espina dorsal cuando miraba como la punta del lápiz se deslizaba de forma elegante y las letras se retorcían como una serpiente mientras eran trazadas en el papel, como extrañaba esa sensación, me deje llevar, volvi a sentir ese cosquilleo recorriendo mi cuerpo, casi podia sentir como la idea que se formaba y fluia desde mi mente hasta mi mano ordenandole a esta moverse con una elegante letra cursiva que se retorcía como una serpiente de tinta negra deslizándose por el papel, sentía como la sangre corría por mis venas, la podía sentir como se movía hacia mi mano como si mi propia sangre fuera la tinta de mi lápiz, estaba en un estado de trance mientras escribía

Un suspiro que salió de mi alma se hizo presente cuando puse el ultimo punto indicando que había terminado de escribir y después de poner mi nombre en la parte de atrás fui a dejar mi trabajo al escritorio de la profesora

Aunque disfrute de volver a tomar el lápiz sabía que no sería por mucho tiempo ya que sabía que a la profesora no le gustaría mi historia ya que era solo un sueño absurdo que escribi solo para hacer esa tarea

Al cabo de algunos minutos la profesora me llamo a su escritorio y me entrego mi trabajo, al momento en que estire la mano para tomar esa hoja de papel me di cuenta que el semblante de la profesora era de una sonrisa que trababa de contener una sonrisa más grande

Ella me dijo que esa historia era demasiado buena para haber sido escrita en tan poco tiempo. Eso fue algo completamente inesperado y a penas pude contener la sonrisa de Guasón que quería salir, regrese a mi escritorio y leí la historia que había escrito, mientras leía palabra tras palabra sentía como renacía algo que creí que había muerto hace años, con la aprobación de mi profesora comencé nuevamente a escribir

Sentir ese cosquilleo recorriendo mi cuerpo cada vez que una idea se formaba en mi mente y luego era revelada por la elegante serpiente de tinta era algo que extrañaba. Tome un cuaderno que me había sobrado y retome mi habito de escribir historias, pero esta vez no quise escribir historias cortas de cuatro o cinco paginas, esta vez quise un desafío mayor, escribir un libro