Prólogo
Mis pies descalzos duelen; están cortados, ensangrentados y llenos de mugre, pero, eso no me detiene. Debo encontrar a Caín antes de que me atrapen. El aquelarre ya sabe la verdad y estamos condenados a partir de ahora.
Mi vestido está rasgado de ciertas partes de las mangas y mi rostro tiene pequeñas heridas de las ramas que cortaron mientras huía.
En mi intento de escapar, choco con algo o más bien alguien. Me sujeta con fuerza en sus brazos y trato de liberarme.
—Shireen, soy yo.—esa es la voz de Caín.
—Caín...—digo, con la voz entrecortada. He corrido sin detenerme.—Ellos... Ellos ya lo saben.—confieso, alzando la vista para mirar sus ojos color miel.—Estamos condenados.
—¿Cómo lo han descubierto?—pregunta. Ejerce mayor fuerza a mi alrededor.
—La vidente del aquelarre.—respondo sin más.—Me han condenado a la hoguera.
Múltiples pasos se escuchan a mis espaldas, alertando mis sentidos.
—Solo deseo un último beso de mi amor verdadero.—declaro, al escuchar los pasos cada vez más cerca.
Alzo mi mano hacia el rostro de aquel hombre que tanto he amado en está vida, y acaricio su mejilla. Esos ojos color miel están cristalizados, pero, no se permite derramar ninguna sola lagrima, en cambio yo soy un mar de llanto.
Acerca su rostro al mío y une nuestros labios en un suave y delicado beso. Nuestro adiós se está sellando.
En segundos, siento como me arrebatan de sus brazos. Ahora estoy siendo arrastrada de regreso a la aldea.
—¡No, suéltenla!—gruñe Caín con desespero.
—Debemos aceptar nuestro destino.—menciono, lo suficientemente alto para que pueda escucharme.
—¡Traidora!—gritan las mujeres de mi clan.
No opongo resistencia durante mi cautiverio. Me dejo guiar devuelta a la aldea, y sé que Caín nos sigue, ¿Realmente estará ahí para presenciar mi muerte?
Cuando hemos llegado, los altos palos de leña están preparados. Me atan a ellos desde la parte de mi abdomen, rodeando mis pechos, brazos y finalizan las ataduras en mis pies.
Prenden fuego a la leña en el suelo con una antorcha. El humo y poco fuego comienza a rodearme.
—¡Traidora, te condenamos a morir y renacer cada vez que te reencuentres con ese hombre!
—¡Por las diosas, que así sea!—el aquelarre sella la maldición.
Empiezo a sentir el calor intenso del fuego invadirme. Entre los arbustos, logro apreciar a Caín en su forma de lobo.
Comienzo a cantar mientras el fuego consume la leña, avivando las flamas. "El canto de las brujas." El famoso himno de aquellas que eran condenadas a arder en las llamas de la hoguera.
El calor se vuelve insoportable y no puedo respirar por el denso humo que me rodea. Cuando las llamas me alcanzaron y comenzaron a quemarme por los pies y los brazos, gritos desgarradores salieron de mi interior, exteriorizando mi dolor y mi desesperación.
Intenté liberarme a toda costa, pero todo fue en vano.
Aquel día, lo último que escuché fue el aullido desgarrador de mi amado.
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Aquí tenemos la introducción a está nueva historia.
Espero les haya gustado, tanto como a mi me encantó escribirlo.
En el siguiente apartado empieza la historia con el capítulo 1.
No olviden apoyar con su voto y comentarios.
Les quiere:
-Dari ♡.
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