A la mañana siguiente cuando desperté me sentí muy mal, sentía aún frío y sueño.

— Taehyung, ¿Aún te encuentras mal? — me preguntó mi abuela acariciándome la cabeza suavemente

— Sí, me siento mal abuela pero ya me va pasar — dije sonriéndole, pero ella me seguía viendo con preocupación

— Le preguntaré a Woosin si puedo prepararte un té caliente con un poco de pan para que comas —

— Gracias abuela — dije cerrando mis ojos

— Me prometí que no dejaría que nada te pase, esta vez no me iré si las cosas salen mal Taehyung, no los dejaré —

— Nunca entiendo lo que dices, eres igual que el señor Jungkook — dije abriendo un ojos para verla

— Tal vez es porque somos muy antiguos — dijo riéndose para irse sin más

Mientras yo me dejaba caer por el sueño, me sentí tan cansado, era como si algo cayera encima mío.

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No dormí toda la noche y me dediqué a pintar pues éste era mi nuevo pasatiempo, estuve preparándome para ir a pasear por ahí pero cuando estaba cambiándome sentí algo raro, volteé a ver a mi tocador y ahí estaba esa caja de galletas, no la toqué pues algo proveniente de ella no era bueno.

— ¿Cómo unas galletas pueden dar tanto miedo? — pregunté riéndome por mis ideas

Salí y lamentablemente vi a todos a bajo, Jungkook no se dignó ni en mirarme, esa vieja me miró mal y solo Woosin me sonrío.

— Buenos días joven Jimin — me dijo Woosin sin borrar su sonrisa — ¿Qué desea desayunar hoy? — me preguntó acercándose a mí

— No te preocupes, iré a comer afuera —

— Bien, cuídese... —

— ¡Joven Jimin! — escuché la voz de esa niña atrás mío — hoy no se va escapar de mí — dijo abrazando mi brazo

— Me tengo que ir niña — dije intentando soltarme de ella

— Lo dejaré, solo si acepta mi regalo — me amenazó

— Jisoo, suéltalo — dijo su abuela apartándola de mí — estás incomodando al joven — dijo viéndome fijamente

— Pero abuela... — se quejó

No quise seguir en esa casa y me fui sin más de ahí, es que hoy todos me ven como el malo.

— ¿A dónde lo llevo joven? — me preguntó el chófer del taxi

— A cualquier lugar, no me importa —

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Vi a Jimin salir de la casa, no me molesté en verlo pues no veía el caso continuar con éste problema o fingir que no pasó nada.

— Ya te dije que no quiero verte cerca del joven Jimin — escuché decir a la abuela de Taehyung a la pequeña Jisoo

— Pero el Joven Jimin no se ve malo — dijo ella acercándose a mí — ¿Verdad qué el joven Jimin no es malo? — me preguntó

— Así es pequeña — dije sonriendo

— Señor Jungkook, quería saber si hoy puedo hacerle algo diferente a Taehyung —

— ¿Sigue mal? — preguntó Woosin

— Sí, estuve pensando en que coma algo ligero pues parece una intoxicación, pero no me explico lo de sus cortes — dijo viéndome fijamente, causándome escalofríos en todo el cuerpo

— Fue un accidente ayer por la noche — dije evitando verla

— Soy una empleada más en su casa y le estoy muy agradecida por todas las libertades que tienen mis nietos, pero si algo les pasa por más mínimo que sea debe decirme, ya pasé por alto lo del celo entré otras cosas más que no diré por respeto a mi nieta presente, pero no debe de volver a pasar ¿Me entiende? — cuando terminó de hablar podía sentir la mirada de Woosin también en mí

— ¿C-celo? — la escuché preguntar, algo aturdida

— Así es, es el tercer día de su celo, tal vez usted no lo supo porque es beta —

— Oh — dijo simplemente, pero ya sabía todo el testamento que me diría más tarde

— Jisoo prepárate para ir al colegio, y Woosin, ¿Puede por favor hacerle algo a Taehyung? —

— Claro, yo encantada — dijo sin dejar de verme

Cuando vi a las dos salir Woosin se sentó al frente mío.

— Dije que no me incumbe sus asuntos y respeto su privacidad, pero ésto es ridículo —

— Woosin... —

— Nada, joven Jungkook — dijo interrumpiéndome — sé que usted y el joven Jimin vienen de años muy diferentes, pero en pleno siglo veintiuno un joven de diecinueve años no puede salir embarazado —

— Woosin, eso no va a pasar... —

— Señor usted al lado de ese chico le multiplica por millones de años, no sé qué pasa, pero tengo mis sospechas de todo ésto — dijo bajando la voz — ese chico se parece al chico del que me contó y la de la pintura, e incluso tienen el mismo nombre, pero sin importa eso usted debe de saber controlar sus emociones — dijo suspirando — además ya le he dicho sobre los métodos seguros para tener relaciones y si lo pide iré a comprar una caja de condones — dijo haciendo que sienta vergüenza — podía haberme llamado y yo lo hubiera ayudado con un té o un baño —

— Woosin, sé que tengo muchos años aquí, sé que debería envejecer, pero aún me siento como un niño al lado de él, siento que vuelvo a ser ese chico inmaduro que no sabía lo que quería al verlo — dije suspirando — y respecto a lo otro pues creo que manejé bien la situación — dije sintiendo mis mejillas arder

— No puedo decir que lo entiendo, pero señor... si algo sale mal podría traer consecuencias —

— Las cosas terminaron mal antes, fue algo muy triste para mí y no dejaba de lamentarme todo el tiempo por eso, pero no dejaré que vuelva a pasar, sé que cometí un error, pero no volverá a pasar, no quiero que las cosas terminen mal —

— No lo harán joven Jungkook, dios no puede ser tan cruel para hacer sufrir a una persona por segunda vez de esa manera —

— Sinceramente yo ya no creo en dios — dije riéndome — las brujas son las protagonistas en esta historia, ellas hacen y deshacen —

— No creo que sean las protagonistas — dijo sonriendo — no pierda la fe, yo sé que todo terminará bien y será muy feliz junto a ese chico — dijo sonriéndome

— Gracias por todo Woosin —

— No hay de qué — dijo riéndose — iré a prepararle algo para que coma, tal vez tenga mucha hambre y sed — dijo yéndose a la cocina

— Iré a ver como sigue — dije para dirigirme a su cuarto

Cuando llegué toqué la puerta pero nadie contestó así que pensé que estaría durmiendo pero...

— ¿Taehyung? — pregunté al no verlo en su cama — ¡Taehyung! — exclamé desesperándome al no verlo o escuchar nada de él

— No grite — lo vi entrar a su cuarto con el ceño fruncido

— ¿Dónde estabas? — pregunté acercándome a él para abrazarlo

— Me fui al baño del pasillo, quería conocerlo — se escuchaba relajado

— No vuelvas a irte sin avisar — dije cerrando mis ojos

— No lo haré — dijo riéndose