Pacto pt2
Una noche cerca a una taberna escuché a un hombre decir que estaba cansado de su vida, lo iba dejar pasar pues un simple borracho adicto a las apuestas no me beneficiaba en nada, pero dijo algo que me interesó.
— Mi mujer solo se la pasa contándole cuentos de hadas a mi hijo — dijo riéndose — ese niño idiota cree todo y no me sorprendería que un día salga a buscar esa piedra — dijo riéndose junto a sus amigos
— ¿Cuántos años tiene tu hijo? — pregunté acercándome a él
— ¿Porqué te lo diría? — preguntó él viéndome mal
— Podemos llegar a un acuerdo — dije sonriendo
Hace mucho había hecho un pacto con una pobre mujer que vivía cerca de aquí, quería tener un hijo pues la podre era infertil, le hice el favor y solo quedó el pago el cual me lo pagaría cuando yo lo vea conveniente, además también gané un lugar en el cual quedarme. Si su hijo me sirve creo que podría hacer un trato con éste hombre de igual modo.
— Tú no me puedes dar nada — dijo él poniéndose de pie para irse
Lo seguí durante todo el camino hasta su casa. Me podía quedar durante un tiempo pues también tenía a una marioneta pendiente de todo en la casa de la mujer.
— Te puedo dar muchas cosas Taejo —
— ¿Cómo sabes mi nombre? —
— Lo escuché de uno de tus amigos —
— Yo no tengo amigos — dijo viéndome fijamente, evaluandome sin pestañear
— Somos iguales, yo tampoco los tengo — dije sonriendo
— ¿Qué puedes darme? —
— Todo lo que desees, solo debes de darme todo lo que tienes, o bueno... lo que yo quiera de tí —
— Quiero ser inmortal, quiero vivir sin preocupaciones — dijo sonriendo para luego borrarla — quiero vivir en paz sin tener que preocuparme por no tener nada para comer mañana, quiero vivir sin deudas, quiero ser millonario —
— Primero vamos por partes — dije viendo si había alguien cerca — puedo darte el dinero suficiente para que pagues todas tus deudas y puedo sacar a las preocupaciones de tu vida, además del dinero claro está —
— Bien, por la inmortalidad puedo esperar — dijo desinteresado
— No me crees — dije con gracia — no crees en nada de lo que te digo —
— No lo creeré hasta verlo —
— Bien, entonces mira bien, Jeon — dije haciendo que de mi manga empiecen a caer monedas de oro como lluvia
— Increíble — dijo sin dejar de ver las monedas que caían
— Te daré todo — dije acercándome a él — pero cuando yo lo quiera me lo pagaras, no importa con qué, tú me lo darás —
— Si acabas con todo seré tu fiel seguidor — dijo viéndome fijamente — siempre —
— Bien dicho — dije contándome un poco la mano para acercárme a él
— ¿Porqué haces eso? — preguntó horrorizado
— Es necesario, tú has lo mismo, tenemos que hacer un pacto de sangre, tú recibes y yo también, así funciona —
Estuve viéndolos a lo lejos a todos ellos, él tenía razón, su esposa era una mujer muy amable y tonta, su hijo era igual pero veía algo en sus ojos, algo diferente. Con el tiempo ese niño dejó de creer en los cuentos de su madre y veía la realidad, vio que el dinero compra todo, o eso creí.
— ¿Un triángulo amoroso? — me pregunté a mí misma
Desde hace unas semanas una de mis sombras vino a informarme de que la réplica había vuelto y era un omega indefenso.
— Tengo a esa mujer con un pago pendiente — dije pensado en todo — su hijo también fue un omega — dije sin poder evitar sentirme ansiosa — un triángulo amoroso entre estos tres jóvenes, pero que magnífica idea —
Luego de darle todo el monto que ese hombre pidió me encargué de su mujer.
— Fuiste buena en esta vida, lastima que los buenos no acaban bien — dije viendo como esa casa se empezaba a consumir — oye niño — dije cuando vi a el hijo de ese hombre — cerca de aquí hay una taberna en la que puedes conseguir trabajo — dije para dejarlo e irme a la casa de esa mujer
En tanto al hijo de esa mujer fue un lindo pero caprichoso omega que solo pensaba en él, y su hijo de Taejo era un alfa demasiado listo que sabía lo que quería.
— ¿Ellos tienen algo? —
— No lo sé mi señora, el joven Park es muy coqueto y tal vez por eso lo confunda — dije intentando no reír
— ¿Es éste tu pago? — me preguntó viéndome fijamente
— Si tu hijo sale antes del juego no tienes por qué preocuparte querida —
— Eres cruel, solo te acepto en mi casa porque me ayudaste a tener un hijo, pero eso no quita que me dé miedo verte —
— Bueno, tú tampoco eres un angel, ¿O se te olvido cuál fue la cuota inicial? —
— Tenía que darte algo puro y te di... —
— Me diste la vida de una de tus sirvientas — completé
— Pero eso no fue suficiente para tí, a veces de la nada me despierto sin recordar nada, ¿Qué haces en esos momentos en los que tomas control? —
— Lo que deseo y hablando de eso... — dije acercándome a ella — mándame junto a tu hijo a la casa de los Kim —
— Mi hijo no caerá en tus engaños, él es diferente —
— Pero si yo lo cree querida —
— Él no es cómo tú —
— Tal vez sí o talvez no, eso el tiempo lo dirá —
Tuve que esperar hasta que vayamos a la mansión de los Kim, pero claro que no me quedé sin nada que hacer, hace unos meses conocí a un apuesto joven quien se enamoró de mí, le hice creer que era una pobre mujer que deseaba dejar de ser una sirvienta.
— Yo te daré todo lo que desees — dije él besándome
— ¿Todo? —
— Todo —
— Escuché que te casarias —
— Yo no lo amo, es solo para evitar malas habladurías, pero luego todo es vacío —
— Eso no me importa, solo prométeme que no dejaras de amarme —
— No lo haré, tú me confíaste tú secreto y yo te dije que eso no me importaba — dijo sujetándome de la mano — me quiero casar contigo y no separarme nunca —
— Podemos hacer un pacto amor mío, para no separarnos — dije sonriendo
— ¿Qué tengo que hacer? — me preguntó
— Darme algo a cambio, algo que consideres puro —
— La familia — dijo de inmediato
— ¿Qué? —
— Toma a mi familia, no me importan —
— Bien, sus vidas serán mías — dije son poder evitar sonreir — pero tú no sabrás cuando será y cuando suceda no podrás interferir —
— No me importa, si tú estás conmigo no pasa nada — dijo abrazándome
(Regreso a la actualidad)
— ¿Taejo dime que te trajo hasta mí? — le pregunté
— Quiero acabar con todo esto de una vez —
— ¿Te arrepientes de lo que pediste? —
— Claro que no, ¿Y tú te arrepientes de todo lo que has hecho? —
— Claro que no, me gustaría volver a hacer un pacto contigo, pero aún no puedo hacerlo, tengo tantas maneras de usar a ese niño —
— La inmortalidad me va bien, me siento poderoso con cada siglo que pasa — dijo orgulloso, es un estúpido
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