— ¿No crees que es obsesivo tu venganza?, porque que yo sepa tú la mataste — dijo él

— La mate, pero eso no es suficiente —

— Entonces supongo que tienes un deseo en mente, por eso sigues detrás de esa piedra —

— Lo tengo, pero eso no te incumbe en realidad — dije con burla

— ¿Siempre fuiste tan cruel? —

— Creo que sí... —

(Tiempo atrás)

Hace mucho era tan solo una chica que no sabía la habilidad que poseía, no sabía nada del mundo que me rodeaba, vivía con mi padres en un pequeño pueblo para nada interesante. Siempre pensé que todo sería igual, pero una noche empecé a darme cuenta de lo que podía hacer, me di cuenta que podía manipular a las personas, pero ellas tenían que dormir o agarrarlas en sus puntos más débiles.

— Yonnah, mañana será un gran día — dijo mi mamá sonriendo

Me quería ir de ahí, sabía que mi padre una vez que lo descubriera llamaría a todo el pueblo para que me quemen por ser bruja, para salvar a todos, como el buen samaritano que es. Solo tenía que irme y desaparecer.

— ¿Saldrás a algún  lugar? — preguntó él

— Se irá a la casa de una amiga, se llevará muy bien con ellas, son puras omegas — dijo mi madre

Con ella había logrado comprender un poco sobre mis poderes, ella dijo que la utilizara y así lo hice, mis padres son tan lamentables, pero ambos morirán, de esa manera estaré libre de ellos.

— Espero que vayas con cuidado, ya verás que dios te protegerá — dijo mi padre para irse

— Dios no existe para mí — dije cuando solo mi madre y yo estuvimos solas

— Yonnah dame más de eso — dijo ella sonriendo — siento que me he vuelto más hermosa gracias a tus secretos — dijo tocándose la cara

A la mitad de la noche me fui, pero antes me ocupé de ellos, dejé toda la casa hecha cenizas.

— Dios no te salvo padre — dije sin poder evitar sonreir

— ¿Nos vamos señora? — me preguntó esa criatura pálida y con los ojos rojos a mi lado

Hace unos días se acercó a mí, fue la noche en donde descubrí lo que podía hacer.

— Supongo que no iré con esa mujer de la que habló ella —

— Se equívoca mi señora, esa mujer tiene una hija y una sobrina que pueden hacer magia —

— ¿Son iguales  a mí? — pregunté, mientras nos metíamos en el bosque

— No, son diferentes, ella son brujas blancas — dijo sonriendo — su sangre es diferente a la de usted —

Desde un principio yo creí que me quería chupar la sangre, pero él dijo que no lucía apetitosa, sangre podrida me llamó.

— ¿Entonces te las comerás? — pregunté suspirando — no me importa si lo haces, son los humanos —

— Pero mira como hablas — dijo riéndose — solo hace unos meses tú eres igual —

— Pero ya no lo soy, mi abuela siempre tuvo razón en decir que yo no soy igual al resto —

— Eres alguien inteligente pero muy confiada, las brujas blancas siempre serán más poderosas que las brujas negras o cualquier otra cosas que se les cruce... menos los demonios —

— ¿Entonces si no te las vas comer para qué vamos? — pregunté hartándome de su forma de hablarme

— ¿Has escuchado hablar de la piedra de la bruja? —

— Para nada —

— Esa piedra puede intensificar el poder de una bruja a niveles completamente increíbles y dicen que te concede deseos, quiero encontrarla para pedir mis deseos —

— Suena ridículo todo eso — dije riéndome

— No lo es, si consigues hacerte amiga de la bruja que lo tiene podrás tener todo lo que deseas, podrás ser una alfa u omega si eso quieres —

— ¿Puede hacer eso? —

— Y mucho más, puede traer a la vida a muertos, si conozco a esa bruja le pediré que me permita andar de día con total normalidad —

— ¿Entonces dices que esas niñas lo tiene y si me hago amiga de ellas me darán lo que quiero no importa qué? —

— Así es, incluso puedes revivir a tu abuela de la que siempre hablas — dijo mirando a su alrededor — cerca de aquí hay un pequeño pueblo, consigueme comida —

— No me des ordenes — dije fastidiada

— Pero es mi pago, te estoy llevando a salvo a tu destino —

— Yo sola puedo ir —

— Te equivocas niña, si una bestia híbrida o un aquelarre grande... o cualquier cosa que habita el bosque te encuentra morirás — dijo viéndome mal — las brujas negras no son bien vistas para los seres mágicos, solo los que quieren algo a cambio las dejan vivas, pero las brujas negras no suelen nacer mucho, además tienden a matarse entre ellas—

— Bien... entonces te traeré algunos omegas —

Y así fue el tiempo pasando, llegué a esa casa y conocí a Hyejin y Jade, ambas brujas según lo que dijo esa cosa. Al principio todo fue simple, hacerme pasar por una persona amigable y dulce pero luego las cosas cambiaron.

— Niña tonta — dijo él riéndose — te has enamorado de un simple humano, pero ese humano no te quiere ni un poco — dijo sin dejar de reírse — ustedes los vivos siempre comenten ese error, menos mal los muertos renunciamos a nuestra humanidad y no tenemos  que pasar por esto —

— Pero lo tendré, tú dices que con esos deseos puedo tener lo que más quiero y yo lo quiero a él — dije viéndolo mal — hasta podría tener yo la piedra — dije sonriendo por la idea que se me había ocurrido — puedo robarle la piedra a Jade y tener control absoluto sobre los deseos y poderes, sería imparable —

— Muy bien niña — dijo él sonriendo — entonces seré tu primer pactante, para tener éxito tendrás que manejar algunas cosas, no solo ver sombras te bastará, tendrás que manejarlas y por si resultas herida gracias a mí no te pasará nada —

— Bien, hagamos el pacto —

Las cosas no pasaron como deseé, Jade era la persona que él amaba pero eso pude resolverlo rápido, lo que me tomó tiempo fue matar a ese bebé.

— Quiero que rompamos el pacto —

— ¿Qué? —

— Consigue otro pactante, tiene que ser otra persona —

— ¿Y porqué? —

— Yo estaré cerca de ahí y puedo salir herido, eso no te conviene —

Tuvo razón, las cosas no salieron bien. Jade logró encendiar todo el bosque y no solo eso, tiró una ráfaga que lo mató.

— ¿Pensé que eras inmortal? — pregunté cuando lo vi en el piso

— La-las brujas blancas purifican señora — dijo tratando de respirar — simplemente es algo irreversible, pero no se preo-preocupe que conseguirá a mas personas que la puedan ayudar —

Los años corrieron y fue un punto en donde no sabía que hacer, los Kim según había escuchado eran una familia con poder y todos sabían de ellos, eso me facilitaba las cosas, pero no encontraba muchos pactantes que me beneficiaran en realidad.

Hace tiempo cometí el error de hacer un pacto con Kim Taeyong, lo cual no funcionó como quise pero no perdí del todo, supe en ese momento que de ella vendría la réplica, un viejo brujo que leer las cartas me lo dijo y así fue, nació un lindo niño castaño, pero no podía estar cerca, Hyejin también estaba ahí y simplemente no quería pelear, no con ella.

— Solo es cuestión de tiempo para matarlos a todos —