Manos, destinos y desgracias
Cuando salimos del despacho ninguno dijo nada, creo que todo se dijo por ahora, pero igual tengo tantas dudas.
— Abuela, volviste — dijo Taehyung sonriendo
— Así es, me fui para arreglar algo con la señora que nos alquilaba la casa — dijo ella para ir a sentarse al lado de su nieto — ¿Taehyung, te acuerdas lo que me platicaste cuando nos mudamos? — le preguntó sonriendo — esa vez me dijiste que querías conocer toda la ciudad y justo estaba hablando con el joven Jungkook para que él mismo te de un tour —
— Pero abuela... seguro el joven Jungkook para ocupado — dijo él sin verme
— No lo estoy, yo puedo llevarte con mucho gusto, conozco cada rincón como la palma de mi mano, conozco toda corea y te puedo llevar a cualquier lado que desees — dije de forma rápida
— ¿En serio? — preguntó viéndome raro
— Sí, puede ser ahora mismo o mañana si deseas —
— Sí, mañana sería mas favorable... — lo noté incómodo a la hora que lo dijo
— ¿Yo puedo ir? — preguntó Jisoo mientras comía galletas
— No mi vida, nosotras vamos a cuidar de las flores — le dijo su abuela
— Sí mi niña, también luego podemos hacer un postre para la cena — dijo Woosin animada — hablando de la cena ¿Le gustaría que la sirva de una vez, señor Jungkook? —
— Sí, no tengo problemas, vamos a sentarnos — dije guiándolos hacía el comedor
— ¿Cómo quiere que lo llame, joven o señor Jungkook? — me preguntó Jisoo de improviso agarrándome de la mano mientras no dejaba de verme con una sonrisa
— Señor suena muy viejo, llámame solo Jungkook —
— ¿¡En serio!? — me preguntó realmente feliz — ¡Ay Jungkook! yo sabía que nos íbamos a llevar bien desde la primera vez que lo vi ¿Y sabe qué? — preguntó soltando una risilla — sus ojos no reflejan tanta tristeza como antes — dijo en voz baja — creo saber el por qué — dijo para luego voltear atrás para volver a soltar una risilla
Cuando estuvimos comiendo Jisoo no paraba de hablar y hacer chistes, en cambio Taehyung se veía pensativo, había algo que parecía inquietarlo.
— ¿No le agrada la comida? — le pregunté haciendo que alce la mirada — lo pregunto al ver que no ha comido casi nada —
— No es eso — dijo sonriendo — me siento cansado —
— Puedes retirarte a tu alcoba si deseas — le dije pero él de nuevo parecía quedarse en un trance pero en éste por nada del mundo dejo de observarme
— Bien, eso haré — dijo para pestañear repetidas veces y retirarse
— No se preocupe y lamento las molestias — dijo la abuela — lo que pasa es que a mi Taehyung le cuesta adaptarse y confiar en los demás, a pasado por mucho y digamos que la desconfianza es algo que siente, más por los alfas — dijo con una mueca
— ¿Porqué los alfas? — pregunté de inmediato
— No son todos los alfas abuela — dijo Jisoo metiéndose en la conversación
— ¿No? — le preguntó su abuela
— No, hace unas semanas conoció a un chico que era alfa — dijo arrugando su nariz — no me simpatizó —
La abuela y yo solo nos quedamos viendo, al parecer pensamos lo mismo pero en realidad no estoy seguro.
— ¿Y cómo se llama? — le preguntó
— No sé, Taehyung no me lo quiere decir — dijo frunciendo el ceño — dijo que era un secreto de ellos —
Luego de eso Woosin trató de animarla y la hizo olvidar de eso para luego todos terminar de comer. Cuando eso pasó que fue casi a las nueve y media nos quedamos un rato más hablando de cualquier cosa, para las diez ya cada unos se estaba dirigiendo a su respectivo cuarto, antes de entrar le di un último vistazo al cuarto de Taehyung, quise tocar su puerta pero no me atreví y simplemente me fui a mi cuarto. Estuve leyendo alguna revista y libros hasta que me dió sed y bajé a la cocina, no prendí ningún foco pues me conozco el camino de memoria, eran ya las dos y media, luego de tomar agua subí pero me detuve al ver una luz verde saliendo del cuarto de Taehyung, no lo pensé ningún segundo más y entré. El cuarto estaba completamente iluminado pero apenas Taehyung me notó todo se esfumaron aquellas bellas luces.
— ¿T-tú? — pregunté sin poder salir de mi sorpresa
— Shh — dijo de inmediato — guarde silencio por favor — dijo para acercárse y verme directamente a los ojos — usted no ha visto nada — dijo moviendo sus brazos — todo fue un sueño — dijo sin dejar se moverlos
En ese momento no sabía si asustarme por su actitud o reírme por su tierna acción.
— ¿No he visto nada? — pregunté sin poder evitar sonreír — no te preocupes, no le diré a nadie lo que vi — dije recordando esa vez que me enteré de su magia — puedes confiar en mí —
— ¿Puedo confiar en serio en usted? — preguntó desconfiado
— Puedes hacerlo — dije sonriendo — y si algún día te fallo... haré lo que desees para compensar el daño que te hice —
— Bien, me voy a arriesgarme y confiar en usted — dijo sonriéndome
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— Bien, ¿Quiere que le lea las cartas o la mano? — me preguntó haciendo que entre a un lugar que apestaba a incienso
— Mano, no confío en las cartas — dije sentándome frente a ella
— Bien, entonces deme su mano — dijo, yo solo resoplé para luego extenderle mi mano — ¿Qué desea que le diga con exactitud? —
— Dígame si esa persona se encuentra en mi destino —
— Su destino a sido muy largo, ¿No es así? — preguntó alzando un poco la vista — el amor siempre a sido cruel con usted pero es su culpa que haya sido de esa forma —
— ¿Mi culpa? —
— Cuando lo conoció usted era puro en varios sentidos, al parecer algo hizo que se separaran por un buen tiempo y ese tiempo hizo que usted se fijara en otra persona de la cual solo fue superficial, todo. Luego lo volvió a ver pero usted estaba con otra persona de la cual al mismo que el otro solo era por conveniencia, veo que es muy orgulloso y eso evitó que le hable en esa oportunidad — dijo riéndose
— No le pedí que me diga toda mi vida, solo quiero saber cómo y dónde lo voy a encontrar —
— Lo volverá a ver, pero de nuevo lamentablemente no será suyo, no en ésta vida —
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