16
Hijo de la muerte
Mateo Wilson
Hijo de Tánatos, dios de la muerte y de Adelaida Wilson.
“Me hago responsable de lo que digo, no de lo que entiendas”.
Gina
Paren, paren, paren todo. ¡¿Mateo es un semidios?! ¡¿Por qué nunca me lo dijo?! Ay por Zeus, es, es... ¡¿Mi primo?!
Terminando de comer, todos nos dirigimos a nuestras actividades, paso cerca de él y le digo. —Bosque, en veinte minutos —sigo mi camino.
Pasaron los veinte minutos y él apenas iba llegando. Yo voy directo al grano. —¿Cuándo pensabas decirme que eres hijo de mi tío Tánatos? —pregunto emocionada y en shock. Pero después muestro una cara algo molesta.
—No me digas que por eso estás molesta —muestra una sonrisa burlona.
—No digo —me cruzo de brazos—. He de admitirlo, sí, pero jamás pensé que fueras un semidios.
—Pues sorpresa —hace un ademán con sus manos.
—Eres un idiota —me río.
—Bueno, veo que ya se conocieron como tal —ambos volteamos a ver a mi mamá.
—¡¿Tú sabías?! —la miro.
—Linda, desde que tú eras pequeña lo puedo ver. Recuerda que yo también puedo ver a las almas —me dedica una sonrisa.
—La traición mamá. Pensé que me considerabas loquita por decir que jugaba con él —lo señalo.
—No jajaja, ¿porqué crees que yo andaba tranquila haciendo algunas cosas? Porque sabía que Mateo te mantendría entretenida en el mismo lugar, a él se le da estar con los niños. ¿Verdad Mateo? —mira al nombrado y él asiente.
—Me siento traicionada —hice mi típico drama.
—No seas dramática —se ríe mi mamá.
—Lo aprendí de alguien, y no precisamente ti —la miro burlonamente.
—Voy a reclamarle a a Dita —se ríe.
—Por favor, así me quieres —hago pose diva.
Ayla
—Mateo, ¿puedes dejarnos a solas? Por favor —miro al chico.
—Claro tía, nos vemos Gina —se va.
—Algo me dice que te sentirás muy incómoda —miro a mi hija.
—Que raro, pensé que era normal —me mira con obviedad—. Quiero pensar que sabes muy bien el porqué.
—Tranquila cariño —me abraza—. ¿Has hablado con tu hermana?
Me mira. —No, me evita. Y pues lo siento si hablo mal de ese chico, pero es la verdad. Él ya me ha echo y dicho varias cosas que sí me molestaron.
—¿Y por qué no le cuentas eso a Bianca? —me ve.
—¿Será porque no me hace caso? —ambas nos reímos.
—Deja hablo con ella, yo sé que tienes desconfianza con ese chico, tu papá y yo sentimos lo mismo, así que no te preocupes. La mayoría de las veces el amor ciega, y horrible.
—No lo dudo.
Gina
Ambas empezamos a caminar hacia el campamento. —Supe que tú hermano anda de Casanova con la prima de GianCarlo —la miro sorprendida y ella me ve—, ¿no sabías?
—Eso sí no sabía, yo sabía que Val está enamorada de él.
—Uuuh, me huele a problema amoroso —ambas nos sonreímos—. Lina se ve que es una chica tranquila, el tipo de Nico Jr.
—Puede que sí, pero cuando es algún ejercicio o misión, él odia que algo nos retrasé. Por eso digo que Val es la más indicada, siento que es más su tipo.
—¿Y cuál es el tuyo? —me agarra por sorpresa esa pregunta.
—Pues, siento que Mateo es el tipo de chico que quiero —analizo.
—¿Sabes que es mayor que tú por mucho? —se ríe.
—No es un delito, lo mismo te pasa con papá y yo no digo nada.
Se ríe más. —Tushe.
—Eso me ha demostrado que para el amor no hay edad.
—En serio le voy a reclamar a Dita por pegarte su romanticismo.
Llegamos a las cabañas y veo que Mateo y mi hermano andan platicando de espadas, ya que Nico saca su espada.
—¿Los interrumpimos? —pregunta mamá.
—No, Mateo y yo platicamos de las espadas y cuál es el material más resistente —responde mi hermano.
—¡Tía! —todos volteamos a ver y era Eli huyendo de las gemelas de Piper—. Ava y Ella me quieren emparejar con alguien y no quiero —saca de su bolso la gorra de invisibilidad de mi tía Annie y se lo pone.
En eso llegan Ava y Ella. —¿No ha visto a Elizabeth? —preguntan al unísono. Todos negamos, ambas se quedan mirando un rato a Mateo—. ¿Eres el futuro novio de Gina?
Les juro que cuando escuché eso, me ahogué con mi saliva y empecé a toser.
—No sé, ¿ustedes dígame? —lo miro y él me mira pícaramente.
Las gemelas lo analizan. —Sí, definitivamente tú serás el novio de Gina. Bueno, vamos a seguir buscando a Eli, adiós —se van.
—¿Ok? Raro eso pero bueno —trato de cambiar conversación—. ¿Algo de Bianca?
—Mateo, agarra a mi hermana por favor —el nombrado mira confundido a mi hermano—. Solo hazlo.
Pone sus manos sobre mis hombros. —Ya dime Nico —lo miro impaciente.
—Bianca y GianCarlo ya son novios oficialmente —responde Nico y se cubre su rostro.
—¡¿Qué?! Los voy a matar —Mateo me abraza por detrás, impidiendo que vaya en busca de esos dos.
—¿Desde cuándo? —pregunta mi mamá.
—¿Desde ayer? —responde él, pero sonó más a duda.
Ella solo se limita a suspirar. —Hay costumbres que no se quitan, en mi caso... Enterarme al último de cosas o rumores.
Sebastián
Suspiro. —Ya tengo competencia —digo desanimado. Pues desde que él llegó, siento que Gina le pone más atención, así como Bianca con Carlo.
—Hay que admitirlo, es guapo —opina Luke.
—¡Luke! —Hope le reclama.
—¡¿Qué?! Es la verdad —dice el niño.
—Odio decirlo, pero sí. Se ve que atrapó toda la atención de Gina, siento que ya no tendré oportunidad.
—¿Y por qué no? —me mira confundida la pequeña.
—Es guapo, se ve que es atento y caballeroso, alto, quiero suponer que también es atlético —le marco algunos puntos.
El menor bosteza. —¿Y desde cuándo le ha interesado eso a Gina? Para eso están los hijos de Ares, de Atenea, de Hefesto, etcétera. Hasta GianCarlo, y ve, a Gina no le ha llamado la atención ninguno de ellos —comenta.
—¿Será porque él tiene todo junto y los demás por separado o les falta algo? —miramos a las gemelas Mclean.
—Tienen un buen punto —apoyo su opinión.
—Que pesimista eres Kim —aparece Val.
—Creo que esto ya se volvió el club de los friendzoneados —se queja Luke.
—Guarda silencio mini Jackson, que algún día entenderás que se siente —sentencia ella.
—Como sea, yo me voy —se levanta de la roca en el que está sentado y se va.
—Supongo que ya lo sabes —refiriéndome a lo de Nico y Lina.
—Pues es lo que los rumores dicen, pero mientras, son eso, rumores. Ahorita no me quiero imaginar cómo ha de estar Gina por la noticia de que su hermana y GianCarlo ya son novios.
—De seguro ya quiere matar a esos dos, de eso no cabe duda —respondo.
—¿Celoso porque alguien más captó la atención de mi amiga? —pone una cara pícara.
—Para que negarlo. Es un buen contrincante.
—Vamos, no todas las relaciones duran para siempre —me trata de dar ánimos.
—Pero la de ellos se ve que en un futuro irá para largo —aparece Ava.
—Eres de gran ayuda Ava —la miro mientras trato de aguantar la risa—. ¿Y tú clon?
—Fue a buscar a Elizabeth, seguimos sin poder encontrarla. Ese niño de Apolo es simpático —responde.
—Ustedes y los shipps —me río.
—Es inevitable, y más si interactúan los dos —se excusa.
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