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capitulo 1

Como todo cuento empieza en un reino muy lejano vivía un rey junto a su reina. Ambos se amaban y no había nada ni nadie que pudiera destruir esa relación. Tiempo después la reina quedo embarazada trayendo felicidad para su esposo y su reino.

Pero la situación se complicó cuando la reina empezó a tener problemas al quinto mes de embarazo. Eso fue un duro golpe para el rey pero gracias a unas plantas medicinales, la reina se recuperó pero debía tener reposo total en lo que quedaba de su embarazo.

Todos los días su esposo le llevaba hermosas flores que el mismo cortaba para ella. Cada día se la pasaba a su lado dejando al lado sus deberes hasta que un día no pudo posponer más un viaje y dejo a su esposa al cuidado de sus doncellas y medico al que no permitía que se separara de la reina.

En su viaje, el rey se sentía nervioso. Odiaba tener que dejar a su reina en su estado pero debía cumplir como el buen rey que él era.

Una noche. Sus caballeros le invitaron a beber un poco para poder olvidar sus preocupaciones y aunque el rey se negó al principio no podía negar que necesitaba un tiempo para poder relajarse un poco con sus hombres después de esos arduos meses.

La noche pasa tranquila. Converso con sus hombres, rieron por anécdotas de su pasado y después de sentirse un poco mareado decidió irse a su tienda, donde acampaba con su gente.

Al entrar se sorprendió al ver una mujer hermosa desnuda esperando por él. Pero luego ese sentimiento se transformó en rabia y ofensa.

¿Cómo podía esa mujer atreverse a entrar a los aposentos del rey? Y peor aún ¿Cómo podía pensar que el engañaría a su mujer?

Sin esperar más, le pidió a la mujer que se fuera pero esta insistía que quería darle placer y lleno de rabia tomo a la mujer de los brazos y la saco a empujones de su tienda. El jamás le faltaría a su mujer. Aunque llevaba varios meses sin tener sexo, la única persona con la que su majestad estaría seria con su esposa, ninguna mujer ocuparía su lugar.

El rey dio unas cuantas vueltas antes de poder quedarse dormido. La rabia y los tragos habían evitado poder conciliar el sueño hasta que se tranquilizó y pudo dormir con su conciencia tranquila.

Unas suaves caricias hicieron que el rey despertar asustado pero se sorprendió al ver a su esposa desnuda sobre su cuerpo.

Al verla y aun con los tragos encima no lo hizo pensar con claridad y el rey termino entregándose a esa mujer que parecía ser su esposa, pero al despertar se daría cuenta que había sido engañado.

El rey, jamás había sentido tanta rabia en su vida como en ese momento. A su lado, una mujer de cabello oscuro dormía plácidamente desnuda. Él sabía que jamás traicionaría a su esposa, esto era algún tipo de brujería porque el recordaba estar era con su esposa.

Poseído de la rabia tomo a la mujer del brazo y no le importo que ella se quejara, el saco tirándola hacia uno de sus caballeros que custodiaban la entrada.

—Quiero que te lleves a esta mujer, no sé qué es lo que hizo o como lo hizo pero me embrujo y...— Mira con rabia a la mujer y se inclina para quedar a la altura de ella — Vete lejos o te juro por mi espada que cortare tu cabeza—

—No puedes hacerme esto— decía la mujer entre llanto — Yo te amo—EL rey se levantó y escupió los pies de la mujer. Esto era señal de mayor desprecio.

—Quítenla de mi vista—Dice el rey con molestia dándose la vuelta para entrar de nuevo a su tienda.

Tiempo después, aquel suceso quedo olvidado. El rey, no volvió a beber un trago y mucho menos separarse de su amada esposa.

El tiempo pasó y una hermosa niña nació. Con ello los reyes y su reino no podían de la felicidad.

Un día, alguien llamo al rey diciendo que una mujer lo buscaba. Por alguna razón se le vino a la mente aquella mujer y no podía permitir que alguien se diera cuenta así que fue y se reunió con ella en un lugar lejano.

Lo primero que le sorprendió fue al ver a la mujer en un estado avanzado de embarazo. Si aquella pensaba que iba a meterle ese hijo estaba muy equivocada.

La mujer lucía una sonrisa al ver a su rey. Aquel hombre que ha amado desde mucho antes que el contrajera matrimonio pero el rey parecía que ni la recordaba cuando la salvo de que unos hombres la violaran. Desde entonces creció una absorción por su rey y maldijo cuando lo vio contraer nupcias con esa mujer. Maldita y mil veces maldita. Decía ella, pero ahora ella esperaba a un hijo varón y sabía muy bien que sería el próximo rey ya que una mujer estaba mal vista en reinar.

—Hola— Susurra y trata de acercarse pero el rey toma distancia.

— ¿Qué haces aquí?— Dice con molestia el rey —No te dije a ti que no quería verte más— La mujer contrajo su mandíbula, esto no sería fácil.

—Vamos a tener un bebé— Dice acariciando su barriga —Es un niño, tu próximo heredero— El rey la miro de arriba abajo y soltó una carcajada — ¿Quién te hizo pensar que yo aceptaría a ese bastardo?—Dijo apuntando a su estómago —Ese niño no es mío y jamás lo será— La mujer apretó los puños a su lado, había hecho de todo para quedar en embarazo y cuando por fin lo tuvo en sus brazos no lo dejara ir de nuevo.

—Es tu hijo, un varón—Da unos pasos — Sabes que necesitas a uno, tu hija no podrá gobernar y...— El rey toma una silla y la lanza hacia un lado de ella haciendo que se estrelle contra la pared terminando en pedazos.

— ¡No te atrevas a pronunciar a mi hija!— Grita el rey y se acerca tomándola de los brazos — Jamás te atrevas a mencionar a mi familia con esa boca—Aprieta más los brazos sacándole un gemido de dolor a la mujer —No sé qué hiciste mujer pero aseguro que eres una bruja y hare que te quemen en la hoguera—

— ¿Acaso no te importa que lleve a tu hijo en mi vientre?— Pregunta la mujer temerosa.

—Eso de ahí no es mi hijo, yo solo tengo una hija y ella gobernara porque así lo dicto yo—LA soltó haciendo que ella diera unos cuantos paso hacia atrás— Te lo advierto bruja, si sigues en mi camino hare que te quemen y dejare a tu hijo en cuidado de otra persona pero a mí no me vienes a persuadir en algo que nunca pasara— Se da la vuelta y antes de poder salir la mujer se lanza a sus pies arrodillada.

— ¡Por favor no me dejes!— Suplica la mujer pero el rey jala su pierna y ella se levanta y antes que el rey pueda salir ella lo toma de su capa y pero esta hace que se tropiece y caiga hacia delante golpeando fuertemente su estómago con una mesa.

El rey hizo llamar a unos de sus hombres que se encargaron en llevar a la mujer al médico pero todo fue demasiado tarde. Ella había perdido a su hijo.

El rey lamento su pérdida de esa criatura que no tenía la culpa de tener una madre como ella, pero el jamás lo hubiera aceptado y por ese momento se sintió tranquilo que las cosas salieran así.

El tiempo paso y la conciencia del rey no lo dejaba tranquilo y un día decidió contarle la verdad a su esposa. No quería que ella lo supiera pero era mejor confesarle todo antes que esa mujer viniera de nuevo a dañar su felicidad.

Su esposa lo escucho y se sumergió en un silencio que para el rey fue una tortura pero después ella lo abrazo y le dijo que él no había tenido la culpa. Ella creía en su esposo y si él dijo que la engaño y se hizo pasar por ella por algún hechice fue porque así paso. Ambos decidieron olvidar lo sucedido y seguir con la felicidad de su hija.

Los años pasaron, de esa mujer no se supo nada y tiempo después quedo olvidada.

El cumpleaños número nueve de la pequeña princesa todos celebró a lo alto. Baile, brindis, postres y ambulante comida no falta.

En la noche cada uno en sus aposentos no sabía que la tragedia llegaría para la familia real.

A la mañana siguiente al ver que el rey y la reina no salían de su habitación, las doncellas decidieron entrar y se encontraron con la peor escena.

El rey y la reina yacían en su cama muertos. Al parecer envenenados.

El castillo empezaron a buscar a los asesinos pero no había nada. Ni una pista. Lo peor fue cuando fueron de búsqueda de la princesa y no encontraron rastros de ella. Era como si hubiera desaparecido.

La buscaron en cada rincón del castillo, en cada casa, en acuda aldea y hasta en el bosque y no pudieron dar con ella.

En otro reino. Una carrosa con dos mujeres y una niña se metían en la profundidad del bosque sin saber que aquella pequeña ya había despertado.

— ¡Que paso? ¿Quiénes son ustedes?— Dice la niña.

—Miren, miren la bella durmiente ha despertado— Dice con burla una de ella.

—Leonela por favor...—Suplica la otra.

—¡Cállate!—Grita y la mujer se baja de la carrosa completamente enojada —Ahora pagaras por los pecados de tus padres— Dice la mujer tomando a la niña con violencia—Vas a morir —Dice y saca una daga y levanta la mano para clavársela a la niña pero la otra mujer la detiene.

— ¡Détente!—Grita poniéndose en el medio y alejando a la niña de su hermana —Déjala por favor —Suplica.

— ¡No! Ella morirá como sus padres—La mujer trata de acercarse a la niña con la daga pero su hermana vuelve a interceder evitando que se acerque a la pequeña.

—Hagamos un pacto—Dice tratando de mantener la calma —Tú me debes varios favores así que ahora exijo que lo cumplas— Su hermana la mira.

— ¿Qué quieres?— Dice con molestia.

—Deja que la niña viva— Dice —Deja que ella viva, ya es suficiente con la muerte de sus padres para cumplir tu venganza— La niña mira asustada a la mujer.

— ¿Mis padres? ¿Qué les paso a mis padres?— La mujer que trata de salvarla la mira sobre su hombro y abre la palma de su mano para que la boca de la niña se cierre y mágicamente lo hace. No podía permitir que hablara.

—Está bien— Dice mirando sobre su hombro como la niña trata de abrir la boca —LA dejare vivir... Por ahora—Camina hacia la niña —Pero...—

— ¿Pero qué?— Pregunta su hermana asustada, sabe muy bien que eso es mal presagio.

La mujer toma a la niña del brazo y la jala haciendo que camine hacia más profundo del bosque. Su hermana trata de detenerla pero no puede hacerlo, sabe muy bien que su hermana es más poderosa. Las tres mujeres se detienen al llegar a un pantano, la bruja cierra los ojos y susurra unas palabras y el pantano empieza a salir burbujas con olor nauseabundo.

Toma la niña y acaricia su hermoso rostro.

—Pequeña, podrás vivir pero jamás volverás a ser una princesa— Dice y mete a la niña al pantano.

La niña grita tratando de salir pero le es imposible, es como si el pantano quisiera tragársela. Un momento a otro desaparece y el pantano se ilumina, después una densa niebla aparece y la niña sumerge tratando de respirar.

Su Hermana pasa por un lado y saca a la pequeña del pantano. Ambas mujeres abren los ojos sorprendidas. Una con temor y una satisfecha.

—Vamos a ver si alguien se fija en ti— Dice con burla dándose la vuelta — Solo el verdadero amor hará terminar la maldición—Una fuerte carcajada se escucha cuando ella se da la vuelta.

—Oh mi pequeña—Susurra la otra mujer con dulzura —Estarás condenada de por vida— Acaricia su mejilla dañada.

Aquella pequeña jamás podría encontrar a alguien que la amara, no ahora con ese físico. Pensaba la bruja.

Su cabello dorado como el oro ahora era trozos de pelo y varias partes calvas. Su rostro de porcelana ahora estaba cubierto por una cicatriz enorme como si hubiera sido quemada. Sin pestañas, sin cejas. Su hermosa sonrisa ahora era dientes separados y malformados. Su pequeño cuerpo estaba desviada su columna haciendo que le saliera una joroba. Lo único que quedaba de esa pequeña era el color de sus ojos. Un azul intenso como los de su padre pero nadie jamás podría reconocerla.

No, aquella niña nadie la vería con amor. Mejor hubiera dejado que muriera.

Esta historia se me ocurrió en media hora. a medida que le la contaba a mi madre la iba creando y no me aguante las ganas de escribirla. serán solo dos capítulos o tres si mucho.

Recuerden votar y comentar... ¿Que les parece? MAs tarde si puedo subo lo que sigue.

Jumm al parecer no les gustaron 😪 no veo votos, no veo comentarios.  Así que ganas le da a uno escribir 😭

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