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23

Julio se levantó, sabía que aunque su hijo estaba llorando tenía muy en cuenta que de eso se trataba ser padre, levantarse para darle de comer, era de madruga aún, sabía que el sonido que apenas llegaba al piso de abajo era por los pájaros que estaban levantándose, salio del cuarto para prepararle comida al pequeño; pero también noto que Rene seguía leyendo los libros se podía ver por sus ojeras, y la cantidad de libros leídos que tenía a un lado. El otro noto su presencia y dijo - Lo lamento. - Tomó al niño en sus brazos, - Sé como hacer esto. - empezó a preparar lo que el pequeño debía tomar, no costo mucho tiempo prepararlo, - Listo, ahora solo tiene que tomar. - Colocó la botella para que el menor tome, empezando a comer con tranquilidad.

- Gracias - fueron las palabras de Julio, era su primera vez viendo a su hijo siendo alimentado, tenia ganas de alzarlo todo el día, para recompensar, lo mucho que falto todo el mes, el pequeño parecía muy tranquilo.

- No creo que puedas acostumbrarte toda tu vida a esto, bueno no por ahora, pero seguro que más adelante si será así. - Rene miro al niño y empezó a decir. - Estaba leyendo algunos libros y muchos de ellos tratan de magia muy fuerte, nunca antes había leído algo igual, pero para utilizarlo, solo hay una condición, ser hijo legítimo de un Joker negro, y para utilizar la más peligrosa, es tener la marca que confirme que eres hijo de un joker negro.

- Nunca leí eso, ¿son de los libros con leguas raras? - Pregunto Julio, no tenía ni la más remota idea de eso, - Disculpa, pero a mi madre no le dio tiempo para enseñarme eso.

Asintió y solo dijo, - La maldición de los 10 años, en uno de los libros dice que fue porque unos de tus tatarabuelos fue maldecido por un gran hechicero, nadie sabe quien fue, pero fue para que él hijo que tuviera no pudiera aprender nada de aquel poder que los joker tienen.

- Ya veo, y todo le resultó -, Afirmó con la cabeza el ex-consejero, - Voy a colgar la foto, ya vuelvo.

- Está bien, por mi no hay problema. - Le dijo mientras veía como Julio se entraba a ese otro cuarto, miro al bebé, el cual parecía tener un gran futuro en la magia, mucho más de lo que él pudo. -

Al cabo de una hora y media, tanto Julio como Rene, charlaban de cualquier tema, mientras veía al pequeño.

- Sabes, también me entere de la otra baraja, pero ellos nunca aparecieron, en muchos años nadie sabe si eso es verdad o no. - le dijo tomando como un tema cualquiera.

- Otra baraja. - No entendía a que de refería, es mas eso le confundía, pero dejaron de hablar cuando escucharon pisadas fuertes arriba, no hablan, pero tenía muy en cuenta que eso no era bueno. El Joker se levantó y tomó su arma, y escudo, para luego ponerse aquel objeto en su cabeza, a la espera de cualquier entrada, aunque sabia que nadie se enteraría del sótano extraño. Oyeron que se fueron, pero escucharon que los soldados dijeron que volverían. El menor suspiro y dijo - Creo que no tengo de otra. - miro a la silla de al lado, no sabia si aquella ropa le haría, pero esa sería la última vez que lo utilizaría.

- ¿Que harás? - le pregunto, mientras el otro tomaba aquella ropa, entrando al cuarto, para luego salir de nuevo, con la ropa puesta.

- Aún me hace, aunque no pienso utilizarlo de nuevo. - Suspiro y empezó a decir - Sino vuelvo, Rene por favor cuida a mis hijos, ellos son lo último que tengo, y lo más apreciado también, si no logro mi cometido, quiero que te hagas cargo de mi hijo mayor también, tengo toda mi confianza en ti. - Fue lo último que dijo, para luego darle un beso en la frente al bebé que estaba durmiendo con tranquilidad. - Espero verte de nuevo. - Dijo subiendo y luego salio de ahí.

- Creo que ya sé, lo que vas hacer. - Miro al bebé, ahora él se encargaría del niño, será como el padrino o era algo así, no tenía idea.

El menor cabalgaba, como antes lo hacía, el escudo a un lado su arma en el otro lado, y aquel objeto en la cabeza, hoy cumpliría su sueño, aunque no uno bueno, pero era un sueño después de todo. Se dio cuenta que tardó una hora y un poco más, pero debía de entrar con cautela, y con eso se le fue el tiempo. Pero una vez llego donde creyó que él otro estaría, abrió la puerta. El rey se encontraba, en la barandilla de aquella terraza muy alta. Entro, a paso lento, no pensaba acercarse mucho pero tampoco se mostraría asustadizo.

Colocó su arma delante, - Creo que ya es tiempo de que pagues por todo el daño que me hiciste. - Se pudo ver en la cara del Rey, que acaba de cambiar de actitud, por las palabras del chico. Para luego tomar su espada que estaba a un costado de él.

- Porque, quieres esto. - De apoco de acercó, sin quitar algún contacto visual. - Tú aun eres la reina de este reino, que ganas con hacerme daño. - Fueron las palabras del rey.

- Nunca quise ser reina, nunca quise que me secuestraran para apoyar obligado a una guerra que no me importaba nada, pero tampoco te pedí que matarás a mi pareja, para que luego me tomarás a la fuerza, fuiste un grandisimo idiota, en ningún momento pude irme, me tenían amarrado como un prisionero, y sabes que más, me das asco de solo verte. - se vio como el rey frunció el ceño, aquellas palabras no le agradaron para nada, y peor aún cuando estaban a nada que matarse entre ellos y aquel que sobreviviera podía tener una vida tranquila.

- Si hubieras hecho lo que te pedí nada de lo que tú ves desagradable hubiera pasado. - El Joker le miro muy rencorosamente, aun seguía odiando al rey. - Además, para que me diste aquel beso, me dejaste una marca y nunca me dijiste para que era.

- Mm... - Julio no entendía nada, hasta se había olvidado de aquello hace mucho tiempo.

- ¿Qué pretendías con eso? - le cuestionó, mientras miraba al otro, que parecía confundido.

- Que clase de estúpido Rey eres, acaso no sabes lo que significa maldición. - Se iba acercando de apoco, ya le valía poco lo que el otro pensó o no, - Ese beso era para te mueras, de la peor forma, por dejarme esto. - Apunto al cuello - Ese maldita marca estará ahí aunque las generaciones pasen, es para mi una deshonra a mi familia.

Escucho todo lo que decía, aun con la espada en la mano, se sentía enojado y traicionado, en especial porque la verdad para él aquel beso significó otra cosa. Y ahora sabia que el Joker lo odia por todo lo que el otro le paso. Fue directamente a atacarlo, por jugar con los sentimientos que él si tenía. Por poco y la espada da directo en su rostro, pero con aquella arma, pudo defenderse, desvío la atención de la espada, para poder dar un golpe en el estómago del rey.

Estaba apunto de golpearlo de nuevo, pero el rey rodó atrás, saliendo a la terraza, sabiendo que eso era aun mas peligroso, movió de nuevo su espada aunque Julio se defendió con el escudo, para luego de nuevo poder atinarle algún golpe, dejando que el otro quede al borde de barandilla, aunque por diferencia de tamaño, el Joker no tenía oportunidad de poder moverlo más.

- No te dejare con vida. - Fueron las palabras del menor, mientras trataba de utilizar todas sus fuerzas, pero luego sintió que estaba siendo empujado, no tenía opciones si era empujado y tumbado en el piso, estaba más vulnerable, así que pensó en algo.

- No creo que hoy sea la hora de mi muerte. - Aun empujaba de apoco al Joker.

- Si no te puedo matar así, igual buscaré mis métodos. - Aun con todas sus fuerzas, para que el otro no se moviera, empezó a decir, - Entonces nos iremos ambos, espero y te mueras con dolor, y sufrimiento, Adiós rey de Picas, o mejor dicho Manuel. - Sólo bastaron una cuantas palabras para que aquella bara empezará a calentarse, empezando a romper toda la terraza sin ningún motivo aparente, solo Julio sabia, aunque sintió tristeza en no poder ver a su pequeño hijo crecer.

Ambos empezaron a caer, aquella marca en el cuello de Manuel empezó a arder, sintió que el tiempo pasaba lento, miraba delante suyo como caía consigo el Joker, con un sonrisa de satisfacción al lograr su cometido, aunque él por otra parte sentía aun algo, miro detrás de si antes de caer donde su espada estaba justo detrás de si, y con la fuerza que cayeron aquella espada se incrustó en su garganta, y Julio murió casi al instante con huesos que se rompieron, varios de ellos rompieron internamente su cráneo aunque por fuera no se notaba. El rey como Dijo Julio, sufrió con aquella espada en el cuello al final muriendo desangrado. Fue una muerte con sufrimiento para el rey.

Los ciudadanos de los alrededores estaban preocupados y también asustados, acaban de presenciar la muerte de tanto como la reina como el rey en medio de la zona más importante de todo el reino, y su líder y/o jefe no estaría nunca más.

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