Se podía escuchar el canto de los pájaros por la ventana, sentía que había despertado muy temprano, y la verdad es que sí, lo había hecho, pero por algun motivo lo hizo, no supo cual pero lo hizo, antes de cambiarse, miro hacia afuera, aquella terraza era enorme, demasiado alta parecía que eran 10 pisos, suspiro para ir a cambiarse. Se sentó en su cama y miró hacia la puerta, tenia un presentimiento extraño. Se termino levantando, y se paró en frente del espejo, miro aquella marca, hasta ahora seguía presente ahí, con nada se podía borrar de su cuello, pero en todos esos años no sabia que significaba eso. Dejo de tomar importancia, y fue directo al cuarto de su hijo mayor, al entrar noto que aún dormía plácidamente, se acercó a su cama y acarició el cabello de su hijo, tenia el mismo cabello del joker aunque el rostro del pequeño se parecía más a él. - Tienes mucho parecido a mi. - dijo al pequeño con susurros, para evitar que el menor despertará. Su hijo tenía la marca de picas en su brazo derecho, era extraño para él que su hijo mayor no tuviera alguna marca del joker, ya que él noto que su último hijo tenía tanto la marca del joker como el del reino de picas, decidió salir del cuarto de su hijo, para ir a buscar al menor, el cual apenas tenia un mes de nacido, - Te pareces más él que a mi, pero... - Se detuvo en la puerta del cuarto del pequeño, recordando, que el cabello tenía un ligero parecido a él, dejó de pensar en eso, y entro, y apenas puso un pie dentro del cuatro, noto la ausencia del consejero, la ausencia de su hijo, y también que los cajones de la ropa del bebé había sido saqueados; sintió algo en su interior, otra vez, aquella sensación que la antes de hace mucho tiempo atrás, sin pensarlo dos veces fue directo a la torre donde se suponía que debería estar el Joker, miro a los guardias de turno, y les dijo que abran la puerta; apenas la abrieron, notaron que no había nadie dentro. Se podía ver en el rostro del Rey el cual parecía contenerse de cual enojo que todo este asunto le provocaba, y lo ultimo que dijo a sus guardias, - Es mejor que vayan a buscar a los demás y luego busquen a la reina, y al consejero, y no se olviden de traer a mi hijo sano y salvo, es mas Tráiganlos a los dos con vida. - No tardaron nada los guardias en asentir y salir corriendo, tampoco quería quedarse ahí mirándole a la cara al rey, que parecía que los iba a golpear por incompetentes.

Entro al cuarto, se fijo que varias ropas había sido sacadas, algunas no lo había llevado, pero su antigua ropa si. - ¿Qué pretendes escapándo de mi? - miro por la ventana, y observó los barrotes de este, eran un tanto gruesos, como para que nadie pudiera huir de ahí. Miro hacia afuera, varios guardias se había organizado, y ya se encontraban por irse, cada uno con sus características armas. - Acaso quieres que vaya detrás de ti todo el tiempo. - se giro media vuelta para salir del cuarto, debía que mandar a alguien cuidar de su hijo mientras tanto, después de todo él plantearía como acabar con él traidor.

Estuvo tres horas, caminando como un león enjaulado, decidió meterse en su cuarto, se sentó en el sillón a la espera de que llegarán, tal vez, esta vez fueron más escurridizos, no lo sabía con certeza, pero de algo si estaba seguro, su propio consejero le traicionó, no podía confiar en nadie, sintió inquietud decidió levantarse, y ver por la terraza, aun no había llegado, pero escucho la puerta de su cuarto abrirse. Se dio la vuelta, para ver quien era, se sorprendió un poco, nunca lo imagino en aquel lugar, y de apoco se fue acercando.