Miraba a su hijo en brazos del consejero, - Tiene la marca del joker. - Dijo Rene sorprendido, luego vio a Julio el cual parecía que con la mirada le pedía que por favor le de a su hijo, tuvo que acceder, le dio cuidadosamente al recién nacido. Por su parte Julio, miro al niño, otro niño más, en tantos años, su madre fue la única mujer Joker que hubo o lo que más o menos eso contaba la historia. Pero ya no importaba, después de todo tenía su sangre y acaba de heredar algo importante, los poderes y/o magia seria para él.

- Por favor. - Hablo Julio, no había nadie mas, y tenía que aprovechar antes de que el Rey llegará - Déjeme escapar, ayúdeme, ya no quiero estar aquí, debo llevar a mi hijo a mi casa.

Las palabras, el joven parecía suplicar un favor, lo necesitaba, aun mas que la primera vez, y sentía que ahora debía aceptar, parecía que tampoco él podía ver como el Joker debía soportar todo, le ayudaría pero tendría que hacer dentro de un mes. - En un mes. - le dijo, antes de que la puerta se abriera, notando al rey ahí presente.

- Un mes, ¿Qué? - Le observó, había escuchado, pero el rey no sabia de que habían hablado antes.

- Señor, en un mes se va recuperar del parto. - Rápidamente se excusó, de la manera más creíble, el rey asintió, creyendo las palabras de su consejero.

Manuel, se acercó al Joker, el cual no se sentía alegre de que el otro haya llegado, el rey colocó su mano en la cabeza del niño, mirando todas las facciones del niño. - Es mi hijo. - el Joker frunció el ceño, su odio en todos esos años se incrementaba, estaba al límite, - No soportaría, que en estos años, me hayas engañado alguna vez. - Estaba apunto de poner su mano en rostro de Julio, pero este apartado su rostro.

- ¡Señor! - Hablo un soldado cualquiera. - Otra vez los mensajeros del rey de corazones, mandaron amenazas. - El rey, se cabreo, y se fue de ahí, dejando de nuevo solos al consejero y al Joker.

- En un mes, ni más ni menos, el Rey esta cada día esta más paranoico, lo lamento si no puedo hacerlo antes. - Fueron las palabras que decía Rene.

- Creo que puedo esperar un mes, pero por favor solo ayúdame a eso, solo quiero irme, con mi hijo, aunque dudo que mi otro hijo me conozca. - Miro a pequeño recién nacido. - Sólo quiero una vida tranquila.

- Casi, me olvido. - Saco una carta que estaba debajo de la capa, que llevaba. - Esto es del reino de corazones.

- Gracias. - le sonrió, estuvo ahí con su hijo unos quince minutos más, antes de que volviera el rey de picas, para llevarse esta vez al niño.