A la mañana siguiente, Julio se levantó con toda la tranquilidad del mundo, se sentía feliz, recién con vida, su corazón palpitaba al sentir aquella sensación de estar enamorado, aunque no fue de la manera que pensó que iba a pasar.

Se levantó, esperando a que le traigan el desayuno, aunque esta vez el menor sonreía, esperando que después venga Alex, era lo que más deseaba.

Observó por la ventana, la reina estaba otra vez montando caballo, aunque a diferencia de antes, no llevaba armadura o algo, tampoco había soldados, no había nadie, y ella se estaba yendo a escondida. - A donde irá... - Se dijo en silencio, para luego observar algunos pájaros recién despertando. - Es muy temprano.

Al cabo de dos horas y media, recién le habían traído su desayuno, comió con tranquilidad, y luego solo se quedo esperando a que le traigan su ropa, además de que también esperaba al guerrero numero 10, volvió a mirar por la ventana.

Algo raro noto, la reina acaba de llegar, no se le veía nada contenta, es mas su rostro expresaba tristeza, no dijo nada, solo se quedo ahí, esperando a la persona especial para él.

Se volvió a su cama, y noto que había tardado la llegada de Alex, pero no dijo nada, después de todo tal vez estaba un poco cansado, varias cosas habían sucedido, se echó después de todo ya había desayunado, despues de un largo rato la puerta se abrió y era Alex, eso hizo que el corazón de Julio saltará, y sintiera de nuevo aquella sensación en su estómago - Hola - Le saludo amable.

Alex le sonrió de vuelta, aunque esta vez dejo la ropa al lado de Julio, - Vístete, ahora mismo - le dijo muy calmado - El reino acaba de ponerse muy mal.-  El menor no entendía el porque.

- ¿Paso algo? - Tomó su ropa, y se bajo de su cama, para poder cambiarse de ropa, Alex puso otro rostro preocupando al Joker - Alex, dime que me pones nervioso.

- La reina, se acaba de matar - le dijo, tragando saliva de una forma un poco nerviosa, - Y como aun no hay descendencia para el reinado de picas... - justo antes de que termine la frase, el menor se termino de cambiar y también acaba de entrar el Rey de picas, al lado de dos Cartas de alto rango.

- Lleven al prisionero - dijo el rey sin mas, sin dar indicaciones, ni direcciones porque ya sabían donde lo debían llevar.

El menor fue tomado de ambos brazos y siendo arrastrado, no sabia a donde lo llevaban, así que observó estaba pasando de pasillo a pasillo. Hasta que se detuvieron entrando a un cuarto enorme. Atrás les seguía el rey, igual de serio como siempre. Alex no podía ir, tenia prohibido ir por ordenes del rey.

- Quiero que le pongan el traje de celebración, dentro de cuatro horas empezará. - Y ahí salio el rey por la puerta.

Los dos guerreras de alto rango estaban parados observando al menor para que no se vaya, mientras le ponían una ropa especial para la ocasión.

El menor aun no se daba cuenta que pasaba, solo podía ver que tres costureras ese mismo rato estaban lo más rápido haciendo el traje, un guardia entro y dijo - Dentro de media hora empieza la boda - para luego salir de nuevo.

- ¿Boda? - Pregunto Julio, mirando a ambos lados, donde se encontraba una mujer el cual al tiro se notaba que era el As una guerrera muy fuerte, y  la otra mujer, la cual era la carta 9, que también se encontraba vigilando, - Me pueden decir de que Boda hablan.

Una de las costureras más jóvenes hablo - Es la Boda de usted y el rey, como la reina acaba de morir - dijo evitando la palabra suicidio, ya que era una palabra un poco agresiva - Debe haber un reemplazo para la reina, y como usted es el Joker puede reemplazar a la reina, además el rey busca descendencia real. - Con eso fue suficiente para asustar al menor, la idea de por sí le desagradaba.

Acababan de terminar de hacer la ropa, el menor se encontraba vestido, pero en vez de estar contento, más bien se le veía preocupado, él estaba enamorado de otra persona, no podía irse, porque lo tenían vigilado, no podía escapar porque esas cartas le pasaban de fuerza. Ambas guerreras salieron del cuarto dejando a Julio pensando en como se le estaba arruinando la vida mucho más que antes.

Se miraba al espejo varias veces, o bien aceptaba su destino o pensaba en como escapar, solo puso escuchar el sonido de la puerta abrirse, miro detrás y sonrió - Julio - era Alex, y parecía estar nervioso - Creo que será momento de que te cambies de nuevo.

Para el menor, tomó la ropa que quedo en la silla, y se cambió, dejando la ropa de matrimonio tirada en el piso - Cómo llegaste aquí - aquel calor en su corazón producto de estar enamorado empezaba a sentirse de nuevo.

- Estaba buscando, tus cosas - Eran el escudo, su arma, y aquel objeto que se ponían en la cabeza - Esto te pertenece, además, será mejor que nos vayamos antes de que se despierten las mujeres - tomó la mano de Julio, saliendo del cuarto, y en efecto las mujeres estaban en el piso durmiendo. - No me preguntes como lo hice.

- No importa, vamos - Empezaron a correr, saliendo por detrás del castillo, cada uno monto un caballo diferente, por donde estaban saliendo, no había soldados, ya que estos se encontraban muy ocupados. - A donde vamos - le dijo mientras empezaban a correr.

- Al reino de corazones, creo que es una noticia que te gustara - Le sonrió, Julio se lo devolvió, a cada momento se enamoraba más.

Por otro lado la boda ya estaba por empezar, El Rey buscaba a su consejero, el cual apareció con un golpe en la cabeza - ¿Qué te paso? - miro sin mucha preocupación.

- Señor, acaban de escapar - Fue lo que le dijo, Ya que Alex de un solo golpe logro desmayar al consejero del rey.

La pareja, estaba cabalgando lo más rápido posible, ya que nunca faltaba la persona que los vea o se entere que se escaparon.