10
Acaba de cambiarse, y solo esperaba a que llegarán unos de los guardias para que le lleve a donde debía ir, estaba muy aburrido, aun le dolía el brazo, y no había recuperado la energía que gasto en ese simple hechizo, pero de algo estaba seguro, que le iban a quitar de nuevo sus objetos, - Me siento cansado.
La puerta se abrió mostrando a un soldado, el cual le empezó a dirigir, el menor solo seguía delante, cuando llegó la reina también estaba cambiada, el consejero como siempre al lado observado todo, como buscando algo, pero no dijo nada.
- Señor, aquí está el prisionero. - Llamo la atención del rey el cual se dio la vuelta y despacho al guardia.
- Sólo te voy a dar unos consejos y es mejor que logres escuchar, primero se te prohíbe ir lejos de mi vista, o la vista de algunos de los demás guerreros, se te prohíbe levantarme la voz delante de los demás, se te prohíbe hablar de más, y se te prohíbe acercarte a los demás a no ser que yo te lo autorice. - fueron las palabras del rey.
- Y que mas me vas a prohibir, ¿respirar? O ¿También comer? - ya era muy obvio que Julio no le iba hacer caso, para nada del mundo.
- Mira mocoso, te comportas o te irá mucho peor que antes - El menor solo frunció el ceño, estaba molesto de tener que obedecer a la fuerza.
Cuando llegaron, se dio cuenta que todos los reinos estaban ahí, se presentaron guerreros de altos rangos, eso significaba, que eran aquellos que conformaban desde 2 al 10, y aún seguía siendo un misterio quienes eran los As.
- Parecen todos unos... -No pudo terminar de hablar, ya que el rey de picas lo callo para que no hablará de más, el menor se trataba de contener, hasta que apareció Alexander.
- Hola, bonito atuendo, aunque estoy acostumbrado a verte las piernas siempre - Esas palabras directas eran muy interesantes, y a la vez graciosas, el menor solo le siguió la corriente.
- En serio, eso es lo único que haces, mirarme las piernas - Dijo en modo de sentirse mal, aunque claramente era sarcasmos.
- Eso y quiero verte el culo, las veces que trate de verte algo, siempre pasaba algo y no podía ver, que tragedia - También le siguió a la broma.
- Sabes, el rey me dijo que no me podía ir por ahí, pero si podía si estaba acompañado - le sonríe para ver si el otro cae.
- Claro que si, a donde quieres ir - Dijo pensando que pasaría otra cosa.
- Vamos, tengo que hablarle a la Reina de Corazones sobre lo que paso la otra vez, en plena guerra.
- Yo pensé que íbamos hacer otra cosa - le dijo tan directo.
- Tal vez, pero después de hablar con la reina - le guiño el ojo.
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