Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

15: La confesión

Más tarde...

Casa de la familia Fernández-Vidal.

Alondra se encontraba en la sala de su casa, después de haber tenido un día difícil. Chema y Santino se encontraron con ella y decidieron hablar. Chema usaba una playera blanca de mangas cortas, pantalón deportivo negro y un par de zapatos tenis negros. Santino usaba una playera gris de mangas cortas, pantalón de mezclilla negro y un par de zapatos tenis blancos.

—¿Así que ya decidiste dejar de pasar tiempo con tu querido amiguito, Alondra? —preguntó Chema burlón.

—Ese chico, del que Augusto te dijo que te deshicieras —dijo Santino burlón.

—¿Y a ustedes qué les importa? —preguntó Alondra molesta—. ¡Sepan que Alonso y Juanma son mis mejores amigos, y no me alejaré de ellos nunca!

—Vamos, Alondra —dijo Chema burlón—. Sabes que a nuestro hermano Augusto no le gusta que lo reten. Quizá debas pensarlo mejor, si quieres conservar esa amistad que tienes con esos tipos.

—Pues la voy a conservar por muchos años, aunque no te guste, Chema —le respondió Alondra molesta.

—Sobre todo porque a tu querido Juanma, le gustan otras cosas... —dijo Santino burlón, causando la furia de Alondra.

—¡Mentira! ¡A mí no me imteresa lo que pienses de Juanma, Santino! —le gritó Alondra furiosa—. ¡Es uno de mis mejores amigos, y lo sabes!

Chema y Santino se rieron.

—¿De qué se ríen? ¿Qué es tan gracioso? —preguntó Alondra molesta.

—Pasa, que a tu querido amigo Juanma, le gustan otras cositas —dijo Chema burlón—. Y lo lamento, pero es la verdad.

—¿A qué te refieres, Chema? —preguntó Alondra molesta.

—Lo que nuestro hermano quiere decirte, es que deberías estar alejada de ese tipo —dijo Santino mientras se acercaba lentamente a Alondra—. Quizás esas desviaciones no le hagan bien a tu querido amigo Alonso.

—¡Mentira! —exclamó Alondra molesta—. No puedo creer que siendo gay, te estés burlando de Juanma, Santino. En serio.

—Pues sí lo soy, pero no por eso vamos a dejar que Juanma te contamine con esas cosas —dijo Chema burlón—. Alla tú si quieres creernos a nosotros o a ese chico.

—Pues prefiero creerle a Juanma, que a mis propios hermanos —dijo Alondra molesta.

Alondra decidió irse a su habitación, pues no quería seguir perdiendo su tiempo, discutiendo con sus hermanos. Por otro lado, Chema y Sanitno decidieron hablar.

—¿Y qué vas a hacer con el video, Chema? —preguntó Santino.

—Pues, no lo sé... —dijo Chema tranquilamente—. Pensaba borrarlo del celular. Pero como aún me siento dolido por el rechazo de Juanma, lo mejor es que lo saque a la luz.

—Vaya, ahora sí quieres humillar públicamente a ese tal Juanma Siqueiros... —dijo Santino burlón—. Las cosas que hace un hombre gay cuando se siente rechazado.

—Sí, no me gustó que Juanma me rechazara, así que lo va a pagar caro —dijo Chema serio.

Chema no estaba dispuesto a dejar que Junama lo volviera a rechazar, por lo que decidió que lo mejor, era sacar el video a la luz. Sin embargo, era obvio que no podía esperar más ese momento.

***

Más tarde...

Parque Jardines del Campestre.

Catalina y Augusto estaban en el parque, sentados en una banca. Los dos chicos platicaban acerca de sus problemas.

—¿También te están extorsionando, Catalina? —preguntó Augusto tranquilamente.

—Sí, un imbécil me dijo que tenía unos videos donde abusé de Alonso con un palo —dijo Catalina furiosa—. Y no sólo eso, sino que me dijo que lo iba a sacar a la luz si no le pagaba una buena cantidad de dinero.

—Vaya, eso sí que es muy grave... —dijo Augusto sorprendido—. Pero, ¿sabes una cosa? Yo también fui extorsionado por un tipo. Pero logré investigar de quién se trataba, y no lo pensé dos veces.

—Me imagino que lo eliminaste, así como a mi hermano... —dijo Catalina.

—Sí, lo maté de unos dos balazos —dijo Augusto tranquilamente—. Y no es por nada, pero es lo que deberías de hacer tú.

—¿Matar? —preguntó Catalina impresionada—. ¡Claro que no, qué te pasa! ¡Yo nunca he matado a nadie!

Augusto respiró profundamente antes de responder.

—Siempre hay una primera vez, Catalina —dijo tranquilamente—. Yo sé quién es el tipo que te está extorsionando.

—¿Ah, sí? ¿Y de quién se trata, Augusto? —preguntó Catalina.

—No lo vas a creer, Catalina... —dijo Augusto tranquilamente—. Me contaron mis hermanos que hay un tipo que lo está haciendo, y se llama Franco Abundis.

—¿Franco Abundis? —preguntó Catalina—. ¿Uno de los amigos de mi difunto hermano?

—Sí, él es el que te está extorsionando —dijo Augusto tranquilamente—. Él es el que te está amenazando con sacar a la luz lo que le hiciste a Alonso. Y no es por nada, pero debes tener cuidado.

—Así que ese es el infeliz que me está amenazando... —dijo Catalina molesta.

—Sí, él es el que te está molestando —dijo Augusto tranquilamente—. Ese tipo quiere sacarte dinero a cambio de que nada de eso salga a la luz. Y necesito que te deshagas de él lo antes posible.

—Sí, tienes razón... —dijo Catalina—. Para que nada de esto salga a la luz, debo buscar al maldito de Franco Abundis para eliminarlo.

—Eso espero —dijo Augusto—. No pierdas el tiempo.

Catalina estaba decidida a buscar a Franco Abundis, con tal de eliminarlo y evitar que el abuso sexual contra Alonso saliera a la luz. Y estaba segura de que debía actuar lo antes posible.

***

Más tarde...

Parque Mississipi.

Alonso estaba en el parque Mississipi, después de haber tenido un largo día. Estaba sentado en una banca, descansando. Pero de repente, alguien apareció en el lugar. Y no era otro que Franco. El chico usaba una playera negra de mangas cortas, pantalón deportivo blanco y un par de zapatos tenis grises. El chico se acercó a Alonso para hablar con él.

—¿Tú eres Alonso Ángeles, amigo? —preguntó Franco.

—Sí, soy yo —dijo Alonso amablemente—. ¿Qué necesitas?

—Es que necesito decirte algo, algo muy importante —dijo Franco mientras se sentaba en la banca, junto a Alonso—. Es sobre lo que te hizo tu ex.

—Amigo, esa chica abusó de mí —dijo Alonso con tristeza—. Eso todos lo sabemos.

—Sí, pero lamento decirte que tengo pruebas que la incriminan —dijo Franco—. Por cierto, soy Franco Abundis, uno de los amigos de Lucas.

—¿Lucas es el tipo al que Augusto asesinó? —preguntó Alonso.

—Sí, el que Augusto se echó —dijo Franco molesto—. Ahora quiero vengarme de ese maldito. Quiero que él y Catalina paguen por lo que le hicieron a mi hermano.

—Exactamente, amigo —dijo Alonso con tristeza—. Yo también quiero que los dos paguen por lo que me hicieron. No sabes cómo me gustaría ver a Catalina tras las rejas por lo que me hizo. Y también a Augusto por todo lo que ha hecho.

—Y ese momento es ahora, Alonso —dijo Franco—. Porque ahora mismo te voy a pasar el video de tu violación, en caso de que me llegue a pasar algo.

—Muy bien... —dijo Alonso.

Los dos chicos sacaron sus celulares de los bolsillos de sus pantalones, con tal de activar los datos móviles. Franco le pasó el video a Alonso por WhatsApp, ese video era una de las pruebas necesarias para destruir a Catalina.

—Espero que saques a la luz el video, para que Catalina pague muy caro lo que te hizo —dijo Franco.

—Eso espero, Franco —dijo Alonso tranquilamente—. No sabes cuánto anhelo deshacerme de Catalina. No sabes cómo quisiera destruirla por todo el daño que me ha hecho.

—Yo también lo anhelo, hermano —dijo Franco tranquilamente—. Pero ahora es el momento perfecto para hundirlos a ella y a Augusto Fernández-Vidal.

—Amén —dijo Alonso.

Los dos chicos sabían que con el video de la violación, tenían en sus manos a Catalina. Ambos estaban deseosos de querer hacerla pagar por lo que hizo.

***

Más tarde...

Casa de la familia Siqueiros.

Juanma y Zoé estaban en la habitación del chico. Juanma usaba una playera gris de tirantes, pantalón deportivo blanco y un par de zapatos tenis negros. Zoé por su parte, usaba una blusa blanca de tirantes, minishort deportivo negro y estaba descalza.

Los dos chicos estaban sentados en la cama, platicando.

—¿Y de qué querías hablarme, hermano? —preguntó Zoé tranquilamente.

—No lo sé, es que conocí a un chico en el parque hace días... —dijo Juanma tranquilamente—. Y sinceramente, no sé qué pensar.

—¿No sabes qué pensar, Juanma? —preguntó Zoé tranquilamente—. No tiene nada de malo, acabas de hacer un nuevo amigo. Eso no tiene nada de malo.

—No lo sé, Zoé... —dijo Juanma un poco preocupado—. Es que, no sé qué pensar. A veces, siento que estoy algo confundido, y no es cualquier cosa.

—Me imagino que es por tu orientación sexual... —dijo Zoé.

—Así es, Zoé... —dijo Juanma tranquilamente, pero muy preocupado—. No sé por dónde empezar. Siento que no sé muy bien qué es lo que quiero, pero poco a poco voy por el buen camino.

—Tienes razón, Juanma —dijo Zoé tranquilamente—. Apenas vas decidiendo qué es lo que quieres. No es algo que se logre de un día para otro.

—Sí, no es de un día para otro, y estoy planeando hablar contigo y con mamá al mismo tiempo —dijo Juanma.

—Tranquilo, hermano —dijo Zoé amablemente—. Ya conoces a mamá, ella es muy moderna y de mente abierta. Ella sabe muy bien que ya no estamos en la Santa Inquisición, comprende que los tiempos han cambiado, créeme.

—Está bien, Zoé —dijo Juanma sonriendo—. Mañana hablaré contigo y con mamá. Espero que me vaya bien.

—Como gustes, hermano —dijo Zoé.

Los dos hermanos dejaban ver la confianza que se tenían el uno al otro, y que no tenían miedo de hablar de cualquier tema. Sin embargo, Juanma ocultaba muy bien el tormento que sentía por lo de su orientación sexual.

***

Mientras tanto...

Parque Residencial San Agustín, Segundo Sector.

Franco estaba en el parque Residencial San Agustín. Estaba tranquilo después de haberle entregado las pruebas contra Catalina a Alonso. No le importaban las consecuencias de sus actos.

—Ahora sí, Catalina... —dijo con un tono de voz siniestro—. Nada ni nadie me va a detener de hundirlos a ti y a Augusto...

De repente, alguien llegó al parque, y no era otra que Catalina. Ella se acercó furiosamente a Franco y, sin mediar palabra, le dio una fuerte cachetada.

—¡Debí saber que tú eras el imbécil que me andaba extorsionando, Franco! —le gritó muy enojada.

Franco simplemente no se inmutaba. Decidió enfrentar a Catalina.

—Vaya, miren quién decidió aparecer —dijo burlón—. Mi querida ex amiga, Catalina Riva Palacio. ¿Cómo has estado?

—¿A ti qué te importa, maldito? —rugió Catalina llena de ira—. ¿Cómo quieres que esté después de que me enteré de que eres tú el que me andaba extorisonando? ¿Cómo te atreves a llamarme amiga después de lo que me estás haciendo?

—Vamos, Catalina —dijo Franco—. No lo niegues, yo sé muy bien lo que le hiciste a ese tal Alonso Ángeles.

—¡Que haga lo que quiera! ¡Nadie le va a creer, ni siquiera a ti, Franco! —gritó Catalina furiosa.

—Parece que no has entendido nada, Catalina —dijo Franco burlón—. Porque efectivamente, no te has dado cuenta. Yo soy el que tengo el video que muestra cómo estabas sodomizando a Alonso.

—-¿Qué dices, Franco? —preguntó Catalina horrorizada—. ¡Eso es mentira! ¡No, no es cierto! ¡Tú no tienes ningún video que prueba lo que le hice a Alonso!

—Claro que lo tengo, Catalina —dijo Franco burlón—. Yo tengo en mis manos el video que demuestra que tú abusaste de Alonso, sodomizándolo con un palo de escoba. Y si yo quiero, puedo subirlo a las redes sociales.

—¡No te atrevas, maldito! —gritó Catalina—. ¡No se te ocurra, maldito idiota asqueroso! ¿ya se te olvidó que éramos amigos desde la primaria? ¿Y ahora resulta que quieres traicionarme?

—Ya es demasiado tarde, ahora mismo voy a publicar este video a las redes sociales, ¡para que todos sepan que tú abusaste de Alonso Ángeles, infeliz! —gritó Franco lleno de ira.

Franco sacó su celular del bolsillo derecho de su pantalón para subir el video a las redes sociales. Sin embargo, Catalina sacó un cuchillo del bolsillo derecho de su pantalón y se lo enterró a Franco en el abdomen, provocando que el chico empezara a desangrarse y dejar caer el celular al suelo.

—¿Qué ibas a hacer? ¡Dime qué ibas a hacer, imbécil! —gritó furiosa, mientras Franco se iba arrodillando lentamente—. ¡Imbécil, bribón, canalla, maldito! ¿Acaso te ibas a burlar de mí, pedazo de idiota?

Franco no alcanzaba a pronunciar palabra. Simplemente se dejaba morir. A los pocos segundos, el chico cayó al suelo y dejó de existir. Catalina simplemente recogió el celular de Franco y dejó el cuchillo en el abdomen del chico.

—¡Vete al infierno, idiota! —dijo furiosa, y le escupió al cadáver de Franco.

Catalina se echó a correr después de haber matado a Franco. Sentía gran satisfacción, pues estaba segura de que después de matar a Franco, ya nadie descubriría que ella había abusado de Alonso.

***

Más tarde...

Casa de la familia Ángeles.

Alonso estaba en su habitación, sentado en su cama. Estaba viendo el video donde Catalina estaba abusando de él sexualmente, sodomizándolo con un palo. Sus ojos se llenaban de lágrimas mientras veía el metraje, y no sabía qué pensar.

—No puedo creer que Catalina haya sido capaz de hacerme semejante barbaridad... —sollozaba el chico.

La madre del chico llegó a la habitación del chico, y qusio hablar con él.

—¿Te sientes bien, hijo? —preguntó la mamá—. ¿Es cierto lo que Ana Sofi me estaba diciendo?

Alonso volteó hacia su mamá, pero no pudo decirle nada. No sabía por dónde empezar. La señora se sentó en la cama, al lado de su hijo.

—¿Es cierto que tu ex novia abusó de ti, hijo? —preguntó la señora.

Alonso no sabía qué decir. Simplemente se quedaba callado ante la triste pregunta que le hacía su mamá.

—No sé por dónde empezar, mamá... —dijo sollozando—. No sé qué quieres que te diga...

—Puedes tener confianza, hijo: Soy tu madre —dijo la señora amablemente.

—Está bien, mamá... —sollozó Alonso—. Es verdad... Catalina abusó de mí después de que terminé con ella.

—¿Cómo...? —preguntó la mamá completamente horrorizada—. ¿Es cierto que esa jovencita abusó de ti...?

—Sí, mamá... —sollozó Alonso—. Es verdad todo, mamá... Catalina me violó con un palo cuando terminé con ella. Ana Sofi tiene razón, por culpa de Catalina, unos tipos me secuestraron, y ahí es donde ella abusó de mí.

La mamá estaba completamente horrorizada por las cosas que Alonso le estaba contando. No podía creer que su ex nuera hubiera sido capaz de hacer algo tan abominable.

—No puedo creerlo... —dijo la señora al borde de las lágrimas—. No entiendo cómo es posible que Catalina haya sido capaz de llegar tan lejos...

—Yo tampoco entiendo, mamá... —dijo Alonso sollozando—. No puedo creer que haya sido capaz de semejante maldad... Yo siempre me encargué de amarla y ser detallista con ella. Y mira cómo me paga, golpeándome hasta abusar de mí sexualmente...

Sin pensarlo dos veces, la mujer le dio un abrazo a Alonso, quien debido al dolor que sentía, empezó a llorar desconsoladamente.

—Tranquilo, hijo... —dijo la señora, mientras abrazaba a su hijo—. Tranquilo, puedes llorar. Déjalo salir, déjalo salir.

—¡No dejes que nadie me haga daño, mamá! ¡Por favor...! —sollozaba Alonso mientras abrazaba a su madre.

Alonso no hacía más que llorar como un niño. Y es que no podía con tanto dolor, y tanto sufrimiento. Todo eso, por culpa de Catalina.

***

Más tarde...

Casa de la familia Fernández-Vidal.

Catalina y Augusto se encontraban en la sala de la casa. Catalina había llegado al lugar, después de haber asesinado brutalmente a Franco. Los dos estaban sentados en una mesa, platicando tranquilamente.

—¿Así que ya te encargaste de asesinar a Franco, Catalina? —preguntó Augusto tranquilamente.

—Así es, Augusto —dijo Catalina tranquilamente—. Ese infeliz pretendía subir el video ese a las redes sociales, y yo no hice más que sacar mi cuchillo y enterrárselo en la panza. Ahora sí puedo vivir tranquila, ya nadie va a saber lo que le hice a Alonso.

—Tienes razón, Catalina —dijo Augusto tranquilamente—. Ya nadie va a saber lo que hiciste, eso se va a quedar para siempre en el olvido. Créeme, puedes estar segura.

—Más vale que sea cierto, Augusto —dijo Catalina un poco asustada—. Porque esta es la primera vez que le quito la vida a una persona. Nunca antes había hecho semejante barbaridad.

—Pues espero que esta sea la última... —dijo Augusto tranquilamente—. Porque me ahorraste el trabajo de ir yo mismo con ese chico para matarlo.

—Pero como te dije antes, nadie va a saber lo que le hice a Alonso —dijo Catalina tranquilamente—. Con el desgraciado de Franco Abundis fuera de nuestro camino, ya estaré completamente tranquila.

—Cierto, y ahí te va un pago —dijo Augusto, tomó un fajo de billetes de 500 pesos y se lo dio a Catalina.

—Muchas gracias por el pago, Augusto —dijo Catalina mientras tomaba el fajo de billetes—. No te voy a defraudar. Te lo prometo.

—Espero que no, Catalina —dijo Augusto tranquilamente—. Por cierto, cambiando de tema, Chema me dijo hace rato que sabe algo muy serio sobre Juanma, y me contó que es sobre su orientación sexual.

—Entiendo que lo va a sacar a la luz —dijo Catalina—. Dicen que quiere sacar a Juanma del closet por haberlo rechazado.

—Así es, y yo estoy de acuerdo —dijo Augusto tranquilamente—. Porque son las cosas que hace mi hermano cuando se siente rechazado. Espero que Juanma pague caro por haberlo rechazado.

—Vaya, las cosas que hace uno cuando se siente rechazado —dijo Catalina con tono de burla.

Augusto estaba deseoso de ver cómo Chema sacaba a la luz la homosexualidad de Juanma, y no podía esperar a ver ese momento.

***

Más tarde…

Casa de la familia Ángeles.

Alonso estaba en su casa, exactamente en su habitación. Estaba sentado en su cama, después de haber tenido un día muy difícil. El chico simplemente quería olvidarse de todo. Ana Sofi estaba con él a su lado y sentada en la cama.

—¿Y de qué querías hablarme, hermano? —preguntó Ana Sofi tranquilamente.

—No lo sé, hermanita… —dijo Alonso tranquilamente—. No sé por dónde empezar…

—Es por lo de Catalina, ¿verdad? —preguntó Ana Sofi.

Los ojos de Alonso se llenaron de lágrimas, a medida que recordaba lo mal que lo trataba Catalina.

—Es que ella me hizo algo terrible ahce tiempo, y no sé cómo decirte esto, hermanita… —dijo llorando.

—Me imagino que ella te volvió a golpear y amenazar, ¿no es así? —preguntó Ana Sofi.

—No, algo mucho peor… —dijo Alonso, mientras seguía llorando.

—¿Cómo que algo peor? —preguntó Ana Sofi ya alarmada.

Alonso secó sus lágrimas, respiró profundamente y empezó a decirle algunas cosas a su hermana.

—Hace días, Catalina me hizo algo terrible… —dijo mientras sus ojos se volvían a llenar de lágrimas—. No sé por dónde empezar… No sé cómo describirlo…

—¿Te hizo algo? —preguntó Ana Sofi.

—Sí, Catalina abusó de mí… —dijo Alonso llorando, dejando sorprendida a Ana Sofi—. ¡Sí, Ana Sofi! ¡Catalina abusó de mí hace días! ¡Me violó! ¡Me metió un palo de escoba por el ano! ¡Me violó!

Ana Sofi quedó helada después de haber descubierto lo que hizo Catalina. No podía creer lo que su hermano le estaba contando.

—¿Catalina abusó de ti hace días, bro? —preguntó horrorizada.

Alonso hizo un gesto postivo con la cabeza. De repente, la mamá de los chicos entró a la habitación y, sin pensarlo dos veces, quiso hablar con Alonso.

—¿Es cierto que Catalina abusó de ti, hijo? —preguntó horrorizada.

—¡Sí, mamá! —gritó Alonso llorando—. ¡Catalina me violó!

La señora fue hacia su hijo y le dio un fuerte abrazo. Ana Sofi se levantó de la cama y corrió hacia Alonso para abrazarlo. Él no hacía más que llorar desconsoladamente. No hallaba consuelo para mitigar el dolor que sentía, después de lo que le pasó aquella noche.

—¿Cómo es posible que te hayan hecho esto, mi pequeño Alonso? —sollozaba la señora mientras abrazaba al chico.

—No lo sé, mamá... —sollozaba Alonso, mientras su mamá lo abrazaba—. ¡Ni siquiera yo sé por qué me hicieron esto, mamá!

—Tranquilo, Alonso. Aqui estamos mamá y yo —dijo Ana Sofi mientras sollozaba y se sentaba en la cama, para abrazar a su hermano.

—Cierto, hija. No debemos dejar solo a tu hermano —sollozaba la mamá—. Hay que apoyarlo en las buenas y en las malas.

—¡No me dejen solo, por favor! —sollozaba Alonso llorando—. ¡No me dejen, por favor!

Alonso no hacía más que llorar y llorar, mientras su mamá y Ana Sofi lo abrazaban fuertemente. No sabia cómo recuperarse del dolor que sentía, después del horrible crimen del que había sido víctima.

¿Qué opinas del capitulo?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro