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Capítulo treinta y uno: Sucia.

Narra Leander:

El color de la sangre no se compara con el contraste de colores que hacen su piel y cabellera. La sensación de su delicado cuerpo cerca del mío me deja trastornado, tengo cuidado de no colocar mis manos en lugares prohibidos de su cuerpo y respiro con lentitud, pensando en otros momentos en donde me he sentido de esta manera con otra mujer. Pero ninguna prostituta me ha hecho querer tocarla de esta manera, tengo la mente hecha mierda y puede que solo necesite dejar salir mi tensión sexual en alguna chica cualquiera. Pero es imposible que quiera hacerlo con Lillai, ella no es una ramera en busca de sexo.

Me río internamente al pensar que la bruja más temida por todos es una pequeña cobarde que se aterroriza con una simple pesadilla. Lo cierto es que la escuché cuando se estaba quejando dormida, eso me ha despertado. Pero al sentir que me tocó el brazo no podía entender lo que quería, cuando me ha preguntado si podía dormir conmigo no lo lograba comprender. 

Cada día esta mujer me asombra más y no me agotaré de decirlo. Ella está comenzando a sentirse sumamente cómoda a mi lado. Digo, a todos se nos ha hecho costumbre nuestra compañía. Pero si la cercanía solo continúa, es peligroso, Lillai no debe de saber más de lo que ya sabe de mi, no quiero que logre descifrarme con esos malditos ojos y que descubra todo lo que escondo en mi cabeza.

No quiero que nadie lo haga, mi mente es de mi propiedad y no permitiré que nadie cruce esa pared que he creado con los años. Tampoco dejaré que me debilite, esta bruja está llena de emociones, es un tornado combinado con un tsunami de sentimientos. Esas emociones nunca traen nada bueno a la vida, si no somos cuidadosos con esas idioteces hasta podrían llevarnos a la muerte. Me fijo en el rostro relajado de Lillai, ya se ha quedado completamente dormida... Si esta bastarda no tiene cuidado, terminará cavando su propia tumba.

(...)

Despierto, abro los ojos lentamente y lo primero que hago es ver que Lillai no está en la cama. Veo si Eliza sigue en la suya y con efectividad sigue dormida, junto con el animal lleno de pulgas. Me pongo de pie y me visto para salir de la habitación. Me detengo en seco en el pasillo cuando escucho el sonido de platos y cubiertos... Ese olor a comida... Lillai cocina con calma. Ella corta pedazos de lo que parece ser queso mientras que a un lado se cocinan los huevos en un sartén lleno de grasa, esta le salpica en el brazo y la bruja se queja por el ardor.

Veo tres platos de cerámica puestos sobre la mesa de la cocina y un montón de carne cruda en el suelo para el Lionide—. ¿De dónde has sacado la comida? —es lo primero que se me viene a la cabeza, no vaya a ser que ha salido a buscar todo esto sin mi consentimiento.

Lillai se gira rápidamente, sorprendida por mi voz soñolienta—. Todo estaba aquí en la cocina —se encoge de hombros y se vuelve para servir los huevos en cada plato, camina y se mueve con elegancia por el lugar—. Sé que crees que he salido de la casa a robar todo esto, pero te digo la verdad —apaga el fuego de la estufa con su magia—. Tu amigo ha dejado mucha comida —levita el cuchillo y lo atrae hacia su mano para seguir cortando el queso. Todo parece irrealista, es como si todavía estuviera soñando y si lo estoy, espero despertar en mi antigua cama con olor a Whisky, una puta a mi lado y con André aún vivo.

Lillai sirve la comida para los tres y yo me acerco hacia la mesa a paso lento, nunca me he movido tan pausado en mi violenta vida. No le digo nada por la comida, solo la observo acercarse a mí—. ¿Mi hermana sigue dormida? —susurra y sus ojos me observan con atención. Cualquiera desearía tener una mirada tan pura como la de ella, apuesto mi pistola favorita a que lo único malo que ha hecho ha sido robar comida y fue porque yo le di la orden de hacerlo. No entiendo como no tiene ni una pizca de oscuridad, comparada conmigo; la pizca de maldad se me ha salido de las manos.

—Sigue dormida ¿Por qué?

Veo como se le es difícil tragar saliva, su mirada esquiva la mía y juega con sus manos. Escucho las pulsaciones de su corazón con solo ver las reacciones naturales de su cuerpo, está nerviosa y no sabe cómo comenzar la conversación, presiento lo que dirá después—. ¿Podrías no decirle nada? No quiero que piense mal solo porque dormí contigo la noche pasada y tampoco quiero que se enfade conmigo, es lo único que me queda y tenerla de malas no es lo mejor —parece un conejo perdido entre la pradera, demasiado fácil de atrapar.

Chasqueo la lengua—. No planeaba decirle nada a tu hermana —señalo—. Que ella sea chismosa no significa que yo también deba de serlo —me siento. Es una pendejada, actúa como si me la hubiera cogido. Pero no le digo nada, me aseguro de que mi mirada hable por sí sola.

Coloca su mano sobre la mía para que la mire—. Gracias —dice con sinceridad y alivio. Se aleja de mí y camina hacia la habitación, probablemente para despertar al dolor de cabeza andante.

Tomo con fuerza el tenedor, clavando el metal sucio en mi piel, el dolor no me afecta. Estoy tardando demasiado, quiero salir de este maldito desierto de mierda ya; no tengo tiempo para jugar a la cocinita y quedarme aquí sentado esperando a que pase el día. El estrés repentino comienza a subirme a la cabeza y la voz chillona de Eliza empeora mi mal humor—. ¡Tengo sueño! —acabo mi comida antes de que se me venga a sentar al lado—. ¿Hiciste comida Lillai? Vaya que sorpresa —se sienta en donde esperé que iba a hacerlo—. ¿Ya has terminado tan rápido Leander? ¿Hace cuánto que están despiertos?

Lillai responde en mi lugar—. Leander no ha despertado hace mucho...

—Cambio de planes —interrumpo al cuadro de la ''familia feliz''—. Cuando acaben de comer o lo que sea, nos vamos —las sorprendo con mi elección de palabras, las facciones de Lillai caen y Eliza suspira con fuerza para que yo la escuche. Tomo una de mis pistolas y la lanzo a la mesa, haciendo que todos los platos suenen y ambas se sobresalten—. Te callas —le advierto a Eliza—. Iré a restregarme —rasco mi frente—. Cuando acaben me llaman.

Salgo de la casa, lleno un balde de agua tibia gracias al potente sol y me quedo sin camisa. Con mis manos me mojo el rostro y me lavo el torso. Un carraspeo hace que gire mi cara y vea sobre mi hombro a Lillai de brazos cruzados y con las mejillas encendidas—. Leander... —murmura, cerrando la puerta trasera, no tardó mucho tiempo en seguirme hasta aquí.

Me giro, gotas caen por mi pecho hasta el suelo y Lillai sigue con los ojos el camino de cada una de ellas, mi dolor de cabeza es reemplazado por diversión. La mojigata no disimula ni un poco lo que hacen sus ojos o pueda que no sepa hacerlo. Intento encontrar sus ojos y hacer que se avergüence, pero es como si estuviera perdida en el recorrido que hacen las gotas sobre mi musculatura. Una sonrisa traviesa se forma en mis labios, camino hacia la chica hipnotizada. Cuando esta nota que me acerco a ella, se altera y coloca sus ojos abiertos sobre los míos.

—Creo que... —me coloco frente a ella—. Mis ojos están aquí Lillai —aseguro de pronunciar su nombre con énfasis, este sale de mis labios de una manera deliciosa; el sabor dulce queda sobre la punta de mi lengua.

Traga saliva con fuerza y dificultad, sus mejillas queman—. Yo... Solo —no sabe qué decir, se ha quedado sin excusas y tampoco se le hace fácil mentir.

Me acerco más a ella, asegurándome de que pueda sentir mi aliento caliente sobre su piel sensible, coloco mis labios sobre su oído—. También puedes tocar —mi respiración se vuelve pesada. Me clavo en la memoria el olor que emana su cabello y disfruto este momento de intimidad. Me alejo de su oreja y acaricio con mi nariz su mejilla cuando lo hago. Mis ojos se encuentran con los suyos, la explosión de emociones está en ellos y lo iluminados que se encuentran solo me dejan saber que muy al fondo en su ser, hubiera trazado sus dedos sobre mi piel.

—Disculpa mi atrevimiento —su aliento se mezcla con el mío—. No se volverá a repetir —da un paso hacia atrás, yo sonrío en respuesta. Su lejanía sólo hace que anhele su toque con más ansias—. Solo quería preguntarte que para donde iremos esta vez —su lengua se mueve con torpeza. Sé que también quieres que te toque, pero aún no sabes aceptarlo Lillai, quieres sentir lo que nunca has sentido antes y dejar de ser la mujer que desconoce todo lo que nos rodea.

—No te preocupes, lo sabrás cuando empecemos a caminar —me alejo de ella y continúo con lo que estaba haciendo antes. Lillai recupera su compostura y se va segundos después.

(...)

La noche es pesada, tan pesada como el caminar lento de estas dos, pongo mi mirada seria al frente; observando como un tipo borracho se balancea de lado a lado, derramando alcohol por todo el suelo. Lillai se encoge en su lugar sabiendo que tendremos que pasar cerca de éste, hace sus manos puños y las coloca a los costados de su cuerpo.

Cuando pasamos a su lado, el tipo no duda en agarrar uno de los pechos de Lillai, haciendo que un grito de horror salga de sus labios, alarmando a la poca gente que hay en la calle. Cuando me giro, éste le da una nalgada y Lillai lucha para apartarlo. No tengo tiempo para ver las lágrimas salir de sus ojos, tomo al hombre que se ríe a carcajadas y lo estampo contra la pared inestable de madera—. ¿Cuál es tu problema hijo de puta? —aprieto mi quijada con fuerza y el enojo crece cuando recuerdo cómo la ha tocado.

Su aliento con olor a mierda acorrala mi rostro, hago una mueca de asco—. Está más buena que mi esposa, me la follaré —hace ademán para zafarse de mi agarre y acercarse a Lillai, pero yo soy más ágil. Le doy un golpe en la nariz, sintiendo como sus débiles huesos crujen contra mis nudillos, la sangre comienza a salir y mi corazón a bombear. Lo tomo del cabello y lo lanzo hacia el callejón para que las damitas no estén presentes cuando lo mate.

—Lástima que morirás antes de que lo puedas hacer —sonrío de forma diabólica, mi vista se nubla por unos segundos, pero no hay presencia de adrenalina.

Éste me mira desde el suelo con confusión, levanto mi pie y le doy un golpe en la cabeza como si fuera un balón. El viejo se queja—. Vamos amigo ¿Qué era lo que querías hacer? —coloco la suela de mi bota sobre su estómago—. ¿Te la querías follar? —presiono con fuerza, dejándolo sin aire. El hombre comienza a toser y a llorar, súplica entre quejidos, esto solo me da más ánimo a continuar con mi juego—. Cabrón de mierda —lo pateo en el estómago. Él cae inconsciente.

Bufo, demasiado fácil. Me coloco de cuclillas y observo su rostro ensangrentado, lo tomo entre mis manos y giro su cabeza de manera que pueda romper su cuello. Éste cae muerto al instante. Suelto su cabeza y le escupo en la cara—. Nos veremos en el infierno —le susurro antes de ponerme de pie e irme, tampoco me tomo el tiempo para esconder el cuerpo, no estaremos cerca de este pueblo de todos modos.

Eliza se encuentra abrazando a Lillai y consolándola en susurros. Cuando toco el hombro de la bruja ésta se sobresalta, probablemente le quede un trauma por lo sucedido. Cuando sus ojos llorosos se encuentran con los míos, susurra—: Me ha tocado —se les es difícil hablar, como si la estuvieran sofocando. Su mirada no es la calmada e iluminada de hace unas horas, está llena de pura aprensión. Ha sucedido otro evento en su vida que la ha quebrado. Sus labios tiemblan y sollozos brotan de ellos, uno tras otro.

Con gentileza coloco mis manos alrededor de su cuello, las palpitaciones de su corazón son rápidas y su piel se encuentra fría—. Llegaremos y te lavarás la piel que ha sido tocada, porque sé que te sientes sucia —ella asiente con la cabeza, afirmando que lo que digo es correcto—. Y no dejaré que algo como esto vuelva a suceder Lillai, nunca más.



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¡Hola! No tenía planeado publicar hoy, pero lo único que quiero es avanzar con la historia para que lleguen a mis capítulos favoritos, les prometo que no falta mucho.😂

Ah, me encanta Leander. Es tan divertido a su manera 😂 amo editar capítulos y leer las barbaridades que dice 🤦🏼‍♀️ oh Leander, aún así te amo.

Muchas gracias como siempre por el apoyo, no puedo creer que personas me lean 🥺 se los agradezco y probablemente ya estén aburridos de escucharme siempre decirles lo mismo ¡Pero no puedo detenerme!😂😂😂

🤍Nos vemos.

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