Día 2. Baul & Lilia
Serie: Twisted Wonderland
Pareja: Baul Zigvolt & Lilia Vanrouge.
Prompt 52- A es un doncel capitán del ejército y B es un soldado raso a cargo de él, en una misión A queda embarazado de B y lo trata de ocultar dentro del ejército sin dejar sus labores, es hasta el parto, que se da dentro del cuartel donde todos se dan cuenta del embarazo.
Título: Extraña misión
✨✨✨
Lilia Vanrouge, joven hada de apenas edad de 300 años se ha convertido en general de la tropas que defienden la integridad del Valle de las Espinas, su prestigio es bien reconocido tanto dentro y fuera del amado país que ha jurado proteger. Una nueva discordia se ha desatado entre humanos y hadas, por causa de que los primeros explotan indiscriminadamente tierras que no le pertenecen.
La Reina Maleficia le ha confiado la misión de minimizar el daño que los humanos con su avaricia provocan, su misión es evitar la explotación de sus valiosos minerales. Así Lilia junto a su valeroso grupo de soldados deciden recorrer sus tierras, evitando que los despreciables humanos exploten las minas que son su principal enfoque se prestan a vigilar. Cerca de una de esas tantas minas deciden levantar guardia una noche, los soldados cansados de recorrer una larga distancia durante el día se prestan a descansar.
-General... ¿Va a descansar también?
Era el cuestionamiento de Baul Zigvolt, el más ferviente soldado de su escuadrón y gran admirador de Lilia, quien como respuesta solo da un suspiro para recostarse en el pasto verde a contemplar la luna llena, que esa noche parece estar más radiante de lo normal.
-Oye, no tienes que quedarte ahí parado solo porque no voy al campamento a descansar. Tú ve a dormir, no tienes que quedarte conmigo.
-Pero... El suelo no se ve cómodo y hace mucho frío al menos deje que le traiga una frazada.
-Eh, ¿Me crees tan delicado? Vete a dormir. -Un poco malhumorado Lilia le reprendía, el otro apenado solo se alejaba sin decir más- Que fastidio, me cuida como una esposa a su esposo.
Decir aquello le hizo sonreír, porque a pesar de que a su muy temprana edad ya estuvo involucrado en el ejército y no había tenido tiempo para pensar en el romance, imaginar tener una esposa no le parecía tan descabellado aunque no podía pensar que un tipo tan rudo y gritón, pudiera asumir ese rol, así sin darse cuenta se quedó dormido con ese extraño pensamiento. Horas después en medio de la madrugada Lilia se despertó en un sobresalto al sentir su cuerpo casi congelado, ahora pensaba que no debió rechazar la frazada de su "esposa" del ejército, tembloroso caminaba hacia las improvisadas tiendas que sus soldados habían levantado.
-¡General! -Fue el llamado de Baul al verlo caminar tambaleante hacia el.
-No grites... ¿Estás de guardia?
-Si, no podía dormir de todas formas así que me ofrecí a vigilar. Señor, está congelado.
-Si, que tontería quedarme a dormir así en una noche tan fría.
-Se lo dije.
-Cállate... -Tembloroso Lilia decía- Oye, dame calor.
-¡¿Qué?! -Sorprendido ante tal petición Baul parecía sonrojarse, sin saber que precisamente quería decir.
-Que no grites... No te pido que me abraces por algo afectuoso, sino para recuperar calor corporal. ¿Quieres que me muera congelado? Que deshonra sería si muriera por una estupidez así.
-Claro... Como ordene mi General.
Así Baul abría tenso los brazos para acoger a su superior, que de estatura era mucho más bajo algo que contrastaba su gran temperamento y habilidad. Lilia acercándose se abrazaba al cuerpo bien formado de su subordinado, ese a quién conocía de muchos años compartiendo este servicio. Ambos permanecieron juntos en ese abrazo por unos minutos, Baul un hada de un prestigioso clan se sentía complacido por tener a su general de esta manera, verlo en tal vulnerabilidad le resultaba encantador, tanto se relajó en sus pensamientos que una parte de su cuerpo parecía despertar ante la mala cara de Lilia que lo pudo sentir ante esa cercania.
-Oye bastardo pervertido... ¿Qué estás imaginando conmigo? -Susurró molesto apartándose, Baul al darse cuenta no supo como reaccionar al punto que se paralizó.- Tienes pensamientos sucios sobre mi ¿Eh?
-Señor, lo - lo siento... Esto no fue voluntario... Perdóneme...
-No hables alto, ¿Quieres que todos se levanten y te vean así?
-Lo siento... -Dijo en un murmullo tratando de ocultar ese bulto en sus pantalones- No fue mi intención.
-Baul ¿Has intimado con alguien?
-No...
-Yo tampoco. Te has preguntado qué se sentirá.
-A veces... Pero sabe que nuestra prioridad como soldados no es pensar en eso.
-Bueno, también tenemos esas necesidades solo que no son prioridades. -Lilia comentaba con un aire cansino, aunque amaba a su país y el servicio que brindaba, eso no apartaba que era alguien con ansias de sentir, experimentar sobre todo de vivir. Pensando en ello, miró fijamente el rostro sonrojado de su subordinado que también lo miraba.
-¿Qué hace? -Cuestionaba Baul sintiendo como con una sonrisa inusual su general lo tomaba de la mano y lo obligaba a levantarse. Ambos se encaminaban a un lugar alejado del resto.
-No sé qué hago pero quiero hacerlo.
-No soy digno de usted, mi señor.
-Digno o no, solo haz lo que te ordena tu señor. -Llegando a un claro entre altos arbustos, Lilia daba la iniciativa porque al parecer a su subordinado le dio un ataque de timidez repentino, haciendo que se sentara en el suelo se colocaba encima para torpemente besarlo. -Estas cosas son complicadas, y más si no colaboras.
-Es que no sé besar...
-Yo tampoco pero lo intento... ¿Acaso no te gusto un poco? Pensé que si por lo que te provoqué ahí abajo.
-Si, si me gusta, me gusta mucho... Usted es tan excepcional, no creo que haya alguien mejor que mi General además...
-Suficiente, esa boca que tanto se abre para gritar y decir estupideces debe ser buena besando.
Era lo que Lilia decía en tono seductor, estar de esta forma era nuevo para él pero no se dejaría intimidar ahora y menos por un subordinado. Ambos unieron sus labios en un torpe beso, beso que con el pasar de los segundos se volvió más apasionado, sus manos inquietas traviesamente buscaban dar calor a partes de sus cuerpos que no eran tocadas por cualquiera.
Sumidos en la intensa excitación de sus seres que ansiosos buscaban el placer máximo sentían que eran envueltos por un tipo de magia diferente, pronto sus cuerpos se unieron en un errático pero placentero vaivén de caderas. Gemidos y gruñidos eran los sonidos casi imperceptibles de sus voces muy contrario al golpeteo incesante de sus cuerpos unidos en esa lujuriosa entrega repentina.
-Lo siento... -Se disculpaba nervioso Baul cuando vio el evidente rastro que dejó en el interior de su general, quién con mala cara trataba de recuperar la compostura mientras todavía sentía como ese fluido parecía quemar sus entrañas.
-Está bien... Yo debería disculparme por obligarte a hacer esto.
-No, no, no... No fue obligación, yo quería hacerlo.
-Habla bajo. -Dijo Lilia arreglando su uniforme mientras trataba de levantarse, al parecer este tipo era muy impetuoso en todo lo que hacía, apenas si podía moverse pero haciendo el esfuerzo trataba de no mostrar su malestar- Esto no puede volver a repetirse.
-¿Por qué? ¿Lo hice mal?
-No... Creo que estuvo bien, pero no olvidemos a que vinimos aquí, no podemos tener este tipo de distracción.
-Entiendo...
-Esto fue algo de una vez y ya... Gracias por hacerme sentir que soy más que una pieza en una tabla de ajedrez.
-Si, mi señor...
Baul no quería aceptar esta entrega como un simple desliz en un momento de calentura pero si su general lo decía ¿Cómo podía negarse? A pesar de lo ocurrido entre ellos, tal como dijeron pretendieron hacer que no había pasado, como si de un sueño efímero se trató y a la mañana siguiente se olvidó. Pasaron algunas semanas, Lilia podía percibir que en su cuerpo ocurrían algunas cosas inusuales, mareos y náuseas repentinos, cambios de humor que confundían a todo su escuadrón y ahora notaba que su vientre se abultaba un poco, algo notable en su delgada contextura.
-Oh no... No puede ser... ¿En serio?
Pero fue solo una vez. -Se decía contrariado a si mismo al notar como su pequeño bulto parecía ahora moverse unos días después- No puedo tener un hijo, sabía que en mi especie incluso yo podía concebir pero no pensé que sería realidad. Diablos... ¿Qué hago? ¿Me convertiré en la vergüenza del ejército? La Reina va a matarme.
Alejado de todos se recriminaba casi al borde de las lágrimas por la frustración que sentía, nunca en su vida se había sentido tan abrumado. Tuvo algunos pensamientos buenos y malos, pero al final decidió tenerlo con la intención de regalarlo en un pueblo cuando naciera, esa era mejor opción que deshacerse ahora de este pequeño mágico ser que crecía en su interior. Obviamente sería su secreto, no se lo diría a nadie mucho menos al padre de esta criatura que suponía haría validar sus derechos y querría tenerlo, haciendo que todos se enteraran de su vergonzoso desliz.
En las misiones restantes trató de actuar como siempre, mientras su hijo crecía lo trataba de ocultar con magia, así sin darse cuenta los meses de crecimiento se cumplieron y su bebé a punto de salir al mundo hizo que del dolor sucumbiera en medio de una noche lluviosa.
-General... ¿Qué sucede? ¿Le duele mucho?
-¡Déjame en paz... Lárgate!
Le gritaba Lilia a su leal subordinado que preocupado se angustiaba al verlo sufrir por ese supuesto dolor de estómago.
-Lo siento no pienso dejarlo ahora. He seguido sus órdenes durante estos meses y aunque he sufrido su indiferencia también, no pienso dejarlo.
-Idiota, no digas esas cosas. -Dijo molesto pero algo conmovido por su convicción. Un fuerte y doloroso espasmo le hizo perder la concentración de su hechizo mágico haciendo que su vientre que tanto se esforzó en ocultar se evidenciara.
Todos los soldados alrededor lo notaron, Baul retrocedió unos pasos no pudiendo creer lo que sucedía a su general, entonces todo empezó a cobrar sentido. Sus desplantes, sus cambios no eran porque le incomodara tenerlo cerca después de lo que hicieron, era por este motivo. Tomando valor se acercó y decidió confirmarlo a pesar de la mirada siniestra de su general. Tocando su vientre abultado podía sentir esa pequeña vida luchando por salir.
-El general tendrá un bebé. -Dijo un soldado, todos miraron a Baul con ojos tipo "¿Quién más podría ser el padre?" Hecho que hizo que Lilia se avergonzara más de lo que estaba al ser descubierto.
Minutos después el llanto o más bien el chillido de un pequeño hada bebé se escuchaba ante la alegría del escuadrón, quienes a pesar de la extrañas circunstancias se emocionaban por esta nueva vida. Baul tomando a su pequeño bebé en brazos lo saludaba en medio de lágrimas de sincera felicidad.
-General ¿Todo este tiempo estuvo embarazado? -Decía entre sollozos- Es nuestro hijo ¿Por qué no me lo dijo?
-No preguntaste. -Respondió en un tono sarcástico.
-Si preguntara algo así, seguramente me mataba.
Lilia al oírlo solo esbozó una sonrisa dando un suspiro en parte se sentía aliviado sin notarlo unas lágrimas se escaparon al ver a su hermoso bebé, suponían que eran de alegría. Entonces, de repente solo escuchó una voz lejana llamarle, una voz suave que no reconocía pero a la vez le resultaba familiar.
-Padre... ¿Estás bien? Estabas gritando como si algo te doliera.
-Silver... -Le llamó Lilia al abrir los ojos y ver a su amado hijo adoptivo mirarlo con preocupación.
-¿Tenías un mal sueño?
-No era malo del todo pero si muy, muy extraño. -En medio de un escalofrío que lo estremecía le respondía.
-Te prepararé té para que te sientas mejor.
Dijo Silver alejándose de su padre, Lilia al estar solo podía sentir como ese sueño se sintió tan real que por un momento no le pareció un sueño sino un recuerdo de su juventud. Más tarde ese día fue a visitar a Baul que ya más anciano lo recibía en su casa.
-Oye Baul, hace 400 años no tuvimos un desliz sexual en medio de una misión y concebimos un hijo. ¿Verdad?
-LILIA SAMA ¿CÓMO DICE ESAS COSAS? CLARO QUE NO....
Casi infartado al borde del colapso Baul respondía a la duda de su ex general, Lilia se echó a reír por su reacción y por si mismo al preguntar tales cosas, aunque pensaba que fue un extraño sueño no le hubiera molestado si se hacía realidad.
✨✨✨✨
Muchas gracias por leer esta historia, bueno ships raras también aparecerán por aquí. Me alegra haber escrito esto en solo un par de horas, creo que la inspiración vuelve a mi.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro