Día 16. Ortho & Floyd
Serie: Twisted Wonderland
Pareja: Ortho Shroud & Floyd Leech.
Prompt 51: A es un ser del espacio que puede cambiar la estructura orgánica del humano a su consideración. B sale embarazado por telepatía después de conectar momentáneamente su mente con el ser del espacio.
Título: Entre cielo y mar.
[Esta historia se desarrolla en un mundo alterno, muy alterno]
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Un misterioso destello titilaba con fuerza en el cielo una noche destacando su brillo entre las demás estrellas, de repente esa luz intensificó su brillo al aterrizar en la Tierra a gran velocidad. Así el extraño objeto del cielo cayó con fuerza en el patio de una casa alejada de la ciudad.
—¿¡Qué fue eso!? —Exclamó un joven que vivía en esa casa ante el estruendo repentino en esa silenciosa noche.
—¿Alguien nos lanzó una bomba? —Dijo otro con duda mientras por la ventana de la cocina trataba de ver que era eso humeante que había caído en el jardín.
—Anda a revisar Jade. —Dijo a manera de orden un joven con lentes.
—¿Por qué yo, Azul? Mejor que vaya Floyd...
Apenas dijo eso vio como su hermano gemelo, Floyd, caminaba por el patio acercándose a ese misterioso objeto.
—Hola~ —Un animado saludo se escuchaba entre el humo de ese objeto— Tuve un pequeño percance con mi nave ¿Puedes ayudarme?
Mientras el humo se disipaba una extraña silueta se aclaraba a la vista del joven, con duda lo miró por su extraña apariencia, nunca había visto a alguien así y le parecía bonito.
—¿Qué diablos eres tú? —Era la pregunta del joven con seriedad— ¿Eres una bomba parlanchina?
—No, claro que no. Yo vengo de un pequeño planeta cerca del suyo, daba un paseo pero mi nave se descompuso y caí aquí... Lo siento no quería asustarte.
—¿Quién dijo que estoy asustado? —Respondió con una sonrisa— Los asustados son Jade y Azul que están allá escondidos tras los botes de basura.
—No tienen que asustarse, no usaré mi mortal rayo láser contra ustedes.
—Aja~ Que gracioso. —Sonriente decía, de alguna forma no creía esa historia, pensaba que tal vez solo era un chico mal de la cabeza inventando historias raras en medio de la noche— Así que eres de otro planeta...
—Bueno, es normal que no me creas supongo que sería bueno presentarnos, soy Ortho y vengo de un planeta llamado Shroud. ¿Y tú como te llamas?
—Soy Floyd Leech, soy de este planeta. Los de allá son mi hermano Jade y el otro es Azul, su novio.
—Ahh... ¿Y tu novio?
—No tengo, pero creo que Azul está enamorado de mi en secreto.
—¡Claro que no! —Le gritó enojado este a unos pasos.
—Ya Azul, es broma. —Decía Floyd con una burlona sonrisa— Oye, pareces un muñequito, ¿así son todos en tu planeta?
—¿Muñequito? Supongo que es un halago por el tono de tu voz. Si, es así ¡Gracias! —Con una sonrisa respondía— En mi planeta todos tenemos casi la misma apariencia, pero no somos iguales.
—Como mi hermano y yo, nos parecemos pero no somos iguales ¿verdad?
—¡Si, exacto! —Alegremente afirmaba el extraño visitante.
—Solo Floyd puede hacerse amigo de alguien tan extraño que apenas conoce. —Murmuraba resignado Azul.
Los dos jóvenes que permanecían escondidos decidieron salir al ver que ese misterioso ser no parecía peligroso, los cuatro entraron a la casa y hablaron animadamente hasta la madrugada.
—¿A dónde vas? —Cuestionó Floyd entre un bostezo cuando veía a su pequeño amigo salir al patio— ¿No vas a dormir?
—No necesito dormir, voy a reparar mi nave. Si no regreso a casa pronto, tendría problemas. —Era la respuesta de Ortho con un suspiro— Aún por quedarme aquí tantas horas, me van a castigar.
—¿Tienes prohibido estar aquí?
—Si... Todos lo tenemos prohibido porque dicen que los humanos son malos.
—No todos somos malos, aunque técnicamente yo no soy de la especie humana, soy de la especie sirena.
—Wow... ¿En serio? ¿Por qué no lo dijo antes? —Muy sorprendido pero a la vez emocionado hablaba.
—Jee... No preguntaste.
—Nunca había conocido a alguien del mar... Cuénteme como es vivir en lo profundo del mar. Por favor, por favor...
—Bueno... Pero no hagas escándalo no es para tanto.
Floyd le contaba sobre su vida en el mar, todo ese frío y hermoso entorno en que creció, el otro maravillado por tal información la guardaba en sus registros. No era lo mismo recibir información de libros u otras fuentes que de alguien con la experiencia de vivir en el mar, así él también compartió información del estilo de vida de su planeta.
—Ah ya veo... Así que saliste del mar para poder conocer el mundo terrestre, parece que tenemos en común nuestra curiosidad, —Animado conversaba— Ojalá pudiera también vivir en la tierra un tiempo, hay tanto que quisiera saber pero es prohibido que me quede.
—Si decides escaparte un día, sabes dónde venir.
—¡Gracias por alentar mi espíritu fugitivo!
—Eres gracioso, ojalá pudieras quedarte, a veces es aburrido aquí.
—¡Rayos ya va a amanecer y por conversar no he terminado de arreglar mi nave! —Decía Ortho un poco asustado viendo como el cielo empezaba a aclarar. Minutos después cuando Ortho terminaba de arreglar su nave, se despedía con pesar del joven.
—Oye, Clione chan, si no puedes quedarte puedes llevarme si quieres. —Con una sonrisa sugería Floyd.
—¿Clione chan?
—Es un animalito del mar, te veo y me lo recuerdas.
—¿Se parece a mi?
—Si, recuerdo que una vez me comí uno pero no sabía tan bien como se veía.
—¡¿Qué?!
—No te preocupes, no pienso comerte.
No al menos de la forma usual... —Divertido susurró en un tono coqueto.
—Ah, no entendí. Espere. —Dijo pasando un sutil láser sobre él— Tengo un scanner de emociones humanas.
—¿Y qué dice?
—Que está coqueteando conmigo, tiene un interés romántico. —Con emoción explicaba— ¡Gracias! Nadie había tenido ese tipo de intenciones hacia mi.
—¿Y eso te pone feliz? Que chico tan raro eres.
—Debo irme, pero trataré de regresar pronto para que siga coqueteando conmigo.
—Si, claro. ¿Cuándo podrás volver? Es que nosotros no estaremos mucho tiempo aquí.
—Oh, entiendo. Deben volver al mar.
—Si, algo así.
—Bueno, seguramente me castigarán por pasar tanto tiempo aquí, así que tal vez sean unas semanas. Si logro escapar antes prometo venir a visitar a Floyd Leech san.
—Si es así, cuando vuelvas podré enseñarte el mar.
—¡Eso me haría muy feliz! ¡Espero volver pronto, usted me gusta mucho!
—Clione chan, está coqueteando también... Ajá~~~
—¿En serio? ¡Aprendo rápido, este mundo es maravilloso!
Ambos lentamente acercaban sus rostros, Ortho con inocencia juntó su frente a la suya, fijando su mirada en esos vivaces ojos heterocromáticos lo tomaba de las manos.
—Fue un gusto conocerlo, hablar con usted es muy divertido. —Ortho sin dejar de sonreir decía.
—Tú eres lindo, empalagas un poco pero está bien.
—Cierre los ojos, por favor.
Ante esa animada petición Floyd no dudó en obedecer, al cerrar los ojos las imágenes de un extraño mundo muy diferente al suyo aparecieron de forma clara en su mente, como ver una pelicula. Un destello azul intenso como el color de su cabello aparecía junto al sonido de su sonrisa que resonaba en su cabeza, esto provocaba una sensación de tranquila felicidad que le hizo estremecer, una pequeña descarga eléctrica lo hizo despertar de esa efímera ensoñación.
—Oye, no me electrocutes. Eres un enchufe o algo así.
—Jaja no, solo compartí parte de mí para que no me olvide. Yo también grabé parte de su esencia en mi memoria, así no nos olvidaremos.
—Que romántico~ —Con una sonrisa susurró.
—Hasta pronto, Floyd san... Practicaré mi coqueteo hasta que volvamos a vernos. ¡Bye!
Se despedía muy animado con un ademán de manos mientras se metía en su pequeña nave de paseo. Floyd al verlo desaparecer de su vista entraba a la casa con prisa, después de una noche de desvelo era natural que corriera a su cama con la urgente necesidad de dormir. Varias semanas pasaron después de ese inusual encuentro, una mañana se podía escuchar a Floyd dentro del baño quejarse mientras vomitaba.
—Ahh... Creo que vomité hasta las tripas. —Era el murmullo malhumorado de un pálido Floyd al salir del baño.
—Deberías ir al medico, ya llevas vomitando toda una semana. —Sugería preocupado su hermano.
—No~ No me gustan los médicos, tal vez solo necesite agua de mar... Deberíamos volver a casa.
—O tal vez solo extrañe a su noviecito extraterrestre.
—Càllate Azul o te vomito encima.
—Asqueroso.
—Dejen de pelear —Jade dijo al interrumpir una de sus usuales discusiones absurdas— Tal vez, deberíamos regresar al mar como dijo Floyd. De todas formas ya terminamos nuestros asuntos aquí.
Todos acordaron irse esa misma tarde, Floyd a pesar de sentirse enfermo antes de marcharse pintó una nota en el techo de la casa, cuyo mensaje decía: "Me fui a casa en Mar de Coral, si quieres puedes buscarme ahí~♡"
—Ya ves, es tu noviecito... Aunque no me explico como un salvaje como tú le gusta ese niño tan lindo.
—Deja de molestar Azul, él no es mi novio solo es mi amigo.
Aclaró con molestia cuando se alejaban de aquella casa, una vez que llegaron a la costa se sumergieron al profundo mar transformándose en sirenas. Los días pasaron pero la salud de Floyd no parecía mejorar a pesar de estar en su hábitat natural hasta que un día supieron la verdad de su mal estado.
—No bromees así, no es gracioso. ¿Cómo se supone que tendré un bebé si no he tenido sexo con nadie en meses? —Alterado Floyd decía ante la inesperada noticia que Azul leyó de los resultados de sus exámenes— A menos que tú me hayas violado cuando dormía.
—¡Claro que no! —Le gritó Azul.
—Floyd, no debes avergonzarte si tuviste un desliz con alguien por ahí y no te cuidaste. —Su hermano tratando de ser comprensivo lo calmaba.
—Pero es en serio, no estuve con nadie. —Haciendo un puchero aclaraba— Y bueno aunque hubiera tenido sexo, ¿cómo pude concebir? No soy mujer.
—Quién sabe... Tal vez por dentro lo eres.
—Cállate Azul, no quiero oírte.
—No te desquites conmigo... Solo trato de hallar sentido a esto. —Este le respondía con fingida molestia cuando en realidad disfrutaba ver sufrir Floyd— Las pruebas dicen que tienes casi ocho semanas, eso debe refrescarte la memoria para saber quién es el padre de ese bebé.
—¿Ocho semanas? —Los hermanos en tono pensativo dijeron al unísono.
—Espera... —Dijo Jade con un gesto de sorpresa, los otros lo miraron— No fue cuando vino tu amiguito espacial.
—¡Lo sabía, corrompiste a ese lindo niño! ¡Sabía que eso de solo "hablar" toda la noche era mentira!
—Cállate, Azul. Es verdad que solo hablamos. —Aclaró malhumorado Floyd— A menos que...
—¿Qué?
Cuestionaron curiosos Jade y Azul, este les contó sobre ese momento extraño pero significativo en su despedida, el único contacto físico que tuvieron en esas horas juntos. Los otros no podían creer lo que decía, sonaba como una de sus alocadas historias inventadas, sin embargo al notar sinceridad en sus palabras y gestos no tuvieron más opción que creerle.
—Bueno, tendré un bebé de Clione chan así que seguramente será bonito. —En un feliz suspiro dijo ante el gesto confundido de los otros por ese cambio de actitud, al ver como se acariciaba el abdomen empezó a canturrear una canción a su bebé.
—Solo Floyd podría alegrarse en una situación así.
Murmuró Azul con un gesto extraño, Jade solo sonreía no importaba lo rara que era esta situación tendría un sobrino a quién consentir y enseñar "cosas". Los meses pasaron casi en un abrir y cerrar de ojos, en una tarde cálida se veía a Floyd cargando en sus brazos a su pequeño recién nacido.
—Digamos que salió bonito a pesar de ser tu hijo —Azul con burla decía disimulando el embelesamiento que esta pequeña sirena de cabello azul provocaba.
—Mi sobrino es muy lindo... Ah, ya me dieron ganas de tener un hijo también. Azul dame un bebé.
—Ni creas que yo voy a tenerlo, vi todo lo que padeció el llorón de Floyd y no me voy a embarazar.
—Bueno, buscaré a alguien que si quiera tener a mis hijos. —Jade desafiante le advirtió pero solo sintió como Azul lo estrangulaba con uno de sus tentáculos.
—Ustedes, vayan a pelear a otro lado.
El bebé quiere dormir.
La pareja lo miraba extrañado, nunca hubieran creído ver a Floyd siendo un padre responsable y se conmovieron. El joven padre con amor cuidaba a su bebé mientras crecía feliz y saludable, disfrutaba verlo nadar como una pequeña sirena de espíritu libre con gran curiosidad descubriendo su mundo, por el momento no tenían la necesidad de volver a la tierra.
—¡Hola Floyd Leech san! —Era el saludo alegre de alguien que aparecía en el mar, nadando muy animado no dejaba de moverse y hacer piruetas— No me habrá olvidado ¿verdad?
—¡Clione chan! —Le llamó animado al verlo, enseguida su gesto se tornó sombrío— Se tardó mucho en regresar.
—Lo siento, como le dije me castigaron por quedarme fuera esa noche además el tiempo aquí y en mi planeta es un poco distinto. ¿Cuánto ha pasado?
—Casi dos años...
—Siento mucho haberlo hecho esperar. —Arrepentido sinceramente se disculpaba de nuevo— Me gusta su forma de sirena, se ve tan bonito, que cola tan larga y hermosa. Todo el mar es hermoso, tal como dijo.
—Si es un buen lugar... —Dijo Floyd desviando la mirada a la pequeña sirena que nadaba hacia él.
—Oh, una sirena muy pequeña vino ¡Que lindo! —Exclamó emocionado Ortho, al ver mejor a esa pequeña sirena se quedó algo confundido— Su cabello se parece al mío, se me hace tan familiar.
—Claro que es familiar, es tu hijo.
—¡¿Qué!?
—Creo que en su despedida aparte de dejarme esos recuerdos en la mente me dejó algo más pero en el vientre...
—No sabía que podía hacer algo así...
Ortho confundido, sorprendido y avergonzado murmuró sin apartar la mirada de esa pequeña sirena que escondido detrás de Floyd apenas asomaba su cabeza, este también parecía curioso por ese extraño ser que llegó a visitarlos ese día. Después de la conmoción y asimilar la actual situación muy feliz se acercaba a la pequeña tímida sirena a quién abrazó de forma cariñosa.
—Estos son nuevos datos que debo registrar. —Susurraba conmovido al sentir emociones que nunca había sentido en ese tierno abrazo. Minutos después se veía al pequeño hijo de ambos nadar juguetonamente con unos peces mientras sus padres lo veían con alegría.
—Oye Clione chan... ¿En serio no sabías que podías crear bebés así? —Era la pregunta curiosa de Floyd.
—No... Creo que ese día tuvimos una conexión muy fuerte y eso formó al bebé.
—¿Así se aparean los de tu especie?
Un poco sonrojado Ortho se encogió de hombros a manera de respuesta, Floyd se echó a reír al ver su gesto, realmente Ortho era lindo, parecía un niño muy inocente y era adorable.
—Bueno, no te avergüences supongo que fue algo natural, pero trata de no "juntar" tu mente con la de alguien más~ —Dijo en un tono amenazador.
—Entiendo... No lo haré con nadie más. —Sonriendo nervioso murmuró— Aunque establecer ese tipo de conexión con alguien es casi imposible... Aún así lamento haberle causado tantos problemas.
—Oye, no lo lamentes, fue raro al principio pero ha sido lo más bonito que he hecho. Fue emocionante cada día sentir como crecía dentro de mi y ahora ver como crece fuera... Me hace feliz.
—¡Entonces hagamos otro!
—Cálmate Clione chan... Si hacemos otro será a mi manera~~~~
Por referencia previa en sus registros sobre la vida en la tierra, Ortho pudo entender la sugerente insinuación y más al ver su gesto coqueto hizo que su cara ardiera al imaginar hacer algo así con Floyd que de nuevo reía por su reacción. A partir de ese día, el misterioso chico del espacio hacia viajes muy seguidos a la Tierra para visitar al pequeño ser que ayudó a formar, el que fue concebido por una muy pura y profunda conexión. Así una nueva clase de amor que nació entre cielo y mar les fue permitido experimentar, todo por su mutua curiosidad.
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Muchas gracias por leer esta corta historia, tal vez un poco rara pero creo que quedó linda. Espero les haya gustado. No olviden dejar su voto y comentario, eso me anima a seguir.
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