NARRADOR OMNISCIENTE

Alex tenía muchas razones para sonreír.

Incluso cuando falleció.

Su primera razón, era:

1. Haber conocido a William.

La segunda era:

2. Pasar sus últimos momentos con sus seres queridos.

Y la última:

3. Conoció la magia de las estrellas.

Como es bien sabido, no se sabe que hay después de la muerte. Si hay vida en el más allá, o algo más.

Pero, te puedo jurar, que todo fue tranquilo para Alex.

Un día, simplemente ya no le dolía más el cuerpo.

Ya no tenía que usar gorros para ocultar su calvicie.

Estando con su amado, bailaban la canción: "Put Your Head On My Shoulder".

No había tiempo.

Ese era el sueño que se repetía en la mente de Alex eternamente. Igual que envejecer al lado de su amado.

Se profesaron amor por la eternidad ambos. Y créeme, que eso fue suficiente para hacer sonreír a Alex, por una última vez.