EFÍMERO

Un último deseo que quería Alex que se le concediera, era escuchar "Can't help falling in love with you" mientras estaba con su amado.

Y ese día, todos sus sueños, se le cumplieron.

De forma efímera, pero se le cumplieron.

-Sígueme Will -le dijo Alex a su amado.

-¿A dónde vamos? -preguntó este, con una amplia sonrisa.

-A nuestro lugar feliz. -respondió Alex.

Llegaron a un parque de Portland, y se acostaron en el pasto. Mientras veían las nubes.

-¿Qué forma le ves a esa nube? -le preguntó Alex.

-Como a un dragón.

-Bobo.

William sonrió.

Y posteriormente, Alex reprodujo en su celular la canción que tanta calma a su corazón le daba.

"Can't help falling in love with you", sonó la canción, y Alex cerró sus ojos, mientras entrelazaba su mano con la de William, su William.

-Es curioso -empezó a hablar Alex-. Te conocí... Y todas las canciones de amor tuvieron sentido. Sobre todo esta.

-Me vas a hacer llorar Alex...

Pero para ese momento, ya estaba llorando Alex. Sus ojos estaban húmedos.

-No llores -le dijo Alex apunto de quebrarse-. Las personas más fuertes, no lloran y...

-Eso es mentira -le dijo William, abrazándolo fuertemente-. Las personas más fuertes, son las que deciden llorar y expresar sus sentimientos. No importa que ese imbecil que tengo de padre, me haya dicho que los hombres no lloran. -agregó William, y en ese momento le extendió su mano. Mientras sonaba la canción en la parte de: "Take my hand, take my whole life too".

Porque si, amar no es un pecado.

Es la bendición más hermosa que existe. ¿Cómo podría enamorarse de forma sincera, ser una aberración?

La sociedad dicta una cosa.

Pero la otra la determinas tú.

-Y si nos enamoramos, y hacemos de este nuestro final feliz -empezó a hablar Alex apunto de derramar más lágrimas-. No me arrepentiré jamás.

-Ni yo, Alex...

La vida era tan injusta.

Pero ellos habían hecho que doliera menos vivir.

En su final feliz.

-Me enamore de ti, en tres tiempos diferentes -le dijo Alex-. Me enamoraste, me enamoró más de lo que ya lo hago y me seguirás enamorando aún más el día de mañana.

-Te amo, en serio te amo -susurro aquel muchacho de cabello azabache. -Te amaré hasta el final de mis días...

-Siempre estarás en mi corazón, Will.

-Y tú en el mío.

Y lo sellaron con un beso.

¿Sería un pecado?

¿Si no pueden evitar enamorarse?

¿Tal y como dice la canción?

Algunas personas son magnéticas y se atraen desde el primer instante.

No pueden evitarlo.

-Que este sea nuestro San Lucas -le dijo Alex a William.

-Que así sea... -susurro William sobre sus labios.

Cedieron a un tierno y suave beso.

Por otro lado, la señora Elizabeth, se encontraba comprando recuerdos.

Le gustaron varios objetos, algo caros, pero que valían la pena comprarlos.

-Deberíamos regresar -dijo finalmente William. -Ya son las ocho y media.

-Sí, es verdad.

La verdad es que ninguno de los dos, quería irse. Amaban el lugar que habían descubierto.

***

Llamo Alex a su madre, y quedaron en reunirse en un restaurante para cenar.

No era un restaurante lujoso, o ostentoso. 

Era un restaurante donde vendían hamburguesas, comida rápida, entre más variedades.

-Vámonos -dijo finalmente la señora Elizabeth cuando terminaron de comer los tres.

Se fueron en un taxi y regresaron al hotel a las diez en punto.

-Nos vemos mañana muchachos -les dijo la señora Elizabeth.

Se despidieron y entraron al cuarto posterior.

-Oye, Will, ¿esta pose está bien? -cuestionó Alex, pues William quería dibujarlo. Tal vez, las condiciones no eran las mejores. Es decir, lo estaba dibujando en un cuchitril, pero, no habría mejor momento que este. Cuando ambos lo deseaban, con todo su ser.

-Cualquiera está bien. Eres bonito.

Alex se enrojeció de sus mejillas, y sonrió tímidamente mirando hacia el suelo.

William, puso música que le gustaba, para la ocasión, cuando dibujaba. 

-¿Qué te parece? -le dijo William terminando el primer boceto.

-¡Me veo gordo! -dijo Alex y William blanqueo los ojos, y después Alex soltó una carcajada. -Es broma, tonto.

-Ya me habías asustado, bobo.

Alex se rió dulcemente y William alcanzó los labios rosados de su novio.

Posteriormente, se recostaron en la cama y los besos fueron subiendo de nivel.

William, ahora estaba besando el cuello de su novio.

Las cosas no habrían parado, si no hubieran escuchado que algo se cayó, debido a la ventana abierta y el aire inconmensurable que hacía.

-Creo... Que hay que dormir -habló un sonrojado Alex.

-Sí, tal vez sea lo mejor.

Cerraron los ojos. Y la noche transcurrió.

Ninguno de los dos pudo dormir rápido. Tuvieron que pasar varios minutos para que eso sucediera.

William acariciaba el cabello castaño, de su novio, hasta que ambos se quedaron dormidos.

***

Al día siguiente, se despertaron temprano, y fueron a desayunar a un local cercano.

Ya solo les quedaba un día más en su instancia en Portland.

El cumpleaños de Alex, el cual, era el 27 de octubre, ya casi se acercaba.

William, despeinó el cabello de Alex, entre risas. Pues ese era su hobby.

-No me trates como a un niño -sentenció Alex.

-Eres un niño -sonrió el más alto de los dos.

-Por favor, si tú también tienes mi misma edad -señaló Alex.

-Sí, es verdad. Pero no parezco un niño.

Alex rodeó los ojos divertido.

Los dos se amaban.

Eso era innegable. Cualquiera de los dos, ponía su mano en el fuego por el otro sin dudarlo.

-Joder, es la quinta vez que veo esta película y aún sigo llorando como desde la primera vez que la ví -dijo Alex-. ¡Henry y Charlie debieron quedar juntos! ¡Maldito guionista!

-¿Lo matamos al guionista? -preguntó William.

-¡Si! -dijo sin dudarlo Alex.

Dejaron su respectiva crítica, de la película en los comentarios, puesto que jamás les responderían.

Pero este era su mensaje.

Es un final de mierda.

Charlie y Henry debieron quedar juntos.

Pero en definitiva, no solo la vida en las películas es injusta. Sino tambien en la jodida vida real.