RENACER

Al día siguiente, Alex le pidió una cita a William, a la cual, él acepto de inmediato.

Alex ya estaba vestido. Portaba un suéter gris, y unos shorts azulados. Junto a sus converse rojos.

Hoy será un buen día.

Se repetía mentalmente una y otra vez, Alex.

Esta vez, Alex fue a la casa de la tía de William.

-Hola, mucho gusto -dijo Alex cuando conoció a la señora Carla, hermana de Margara-. Soy Alex Collins. Voy a salir con William.

-Oh, si, él me avisó. Está arriba. Si quieres puedes subir.

-Gracias.

Alex se adentro en la casa de la señora Carla. Tenía recuadros familiares. Y pinturas, que ella misma pintó en algún momento.

Posteriormente Alex subió las escaleras y se encontró a William tocando el violín.

-No sabía que tocabas el violín -comentó Alex con una sonrisa, mientras palpaba la cama.

-En realidad... Tenía planeado hacerte una sorpresa con esto -confesó William-. Pero bueno. Ya estás aquí, te extrañe.

De repente el pelinegro se levantó de su cama y corrió a abrazar a su amante.

-Pero si nos vimos ayer -dijo Alex con una sonrisa, mientras correspondía.

-Aún así. Estar sin ti, me parece una eternidad.

Alex sonrió y lo beso.

Era un beso suave.

Uno con el cual, puedes soñar despierto.

-¿Nos vamos? -inquirió Alex.

-Vámonos.

.

.

.

Se fueron en la moto negra, y después, llegaron por petición de Alex, al parque, donde vieron las estrellas.

Ya estaba anocheciendo.

Ambos se resguardaron en un árbol, y Alex sacó una libreta.

-Sé que te es difícil decirlo... -comenzó a hablar Alex-. Pero yo sé, que amas el dibujo. Y es por eso, que quiero que dibujes. Puedes dibujar lo que sea. Porque sé que lo harás con el corazón.

Alex finalizó sus palabras, besando cortamente los labios de Will. Su Will.

-Me es difícil decirlo, porque tengo miedo de que se burlen de mi sueño... -confesó William-. Y de hecho, no fue hasta hoy, que me atreví a reconocerlo, amor. Gracias, en serio gracias, sin ti, no podría continuar con mis sueños...

-Te adoro mi vida.

-Yo más.

Alex esbozó una sonrisa llena de amor. Y William se acercó más a su amado.

-Quédate así -indicó William. -Por esta noche, quiero pintar el cielo con tu rostro. Quiero sentir la magia de las estrellas.

-Esta bien amor -dijo Alex.

William cogió el pincel que le tendió Alex y comenzó a esbozar el dibujo.

Pinto cada parte del rostro de su amado, desde el lunar que tenía debajo del ojo, hasta sus pecas. Quería retratar cada parte de Alex.

-Te ves tan hermoso... -dijo embobado William.

-Mi novio gana -respondió Alex sonrojado.

-Qué cursi eres. -farfullo William.

-Tú tienes toda la jodida culpa -comentó Alex.

-Y así me gusta... -susurro en sus labios.

-Y así nos gusta... -Alex se acercó a William y lo beso.

Cuando se terminó el beso, Alex se alejo, y miró de cerca a William. No sabía ni como empezar a decirle todo eso que lo había estado atormentando.

-Will, amor... No sé como empezar a decirte esto... -dijo preocupado Alex-. Pero lo diré... Desde hace unas semanas, fui al doctor. Y me dijo, que...

-¿Qué te dijo? -preguntó confundido William.

FLASHBACK

-Y bueno, ¿cómo ha estado evolucionando mi hijo? -preguntó la señora Elizabeth.

-Debo ser lo más claro y específico con ustedes -respondió el doctor-. Alex... Está en fase terminal.

-¿Qué? -fue la respuesta de su madre. -¿Cómo qué está en fase terminal, doctor? Expliquese por favor...

-Lo haré. Como ya lo hice en su momento con Alex -El doctor miró a Alex, quien miraba entristecido a la nada-. Su cáncer ha estado evolucionando. Hasta el punto, en el que las quimioterapias ya no pueden hacer nada... Lo siento mucho señora... Alex, está en estado terminal.

Las lágrimas de la señora Elizabeth se hicieron presentes.

Abrazó a su hijo, y dijo destrozada: -¿Pero por qué? ¡Si íbamos tan bien!

-En verdad lo siento mucho... -fue lo que dijo el doctor.

FIN DEL FLASHBACK

-No... Eso no puede ser cierto -se nego a aceptar William-. Tiene que ser broma, Alex... ¡Por favor amor! ¡Dime que es una broma de mal gusto!

-Lo lamento cariño... Otra vez te lastime -susurro Alex devastado, a punto de quebrarse con una sola palabra de su amado.

-No... Joder... No... Por favor no...

Alex solo atinó a abrazar a William, mientras el castaño se desvanecía enfrente suyo, intentaba mantener la sonrisa. Pero no podía.

-No, Alex... No quiero... -dijo devastado William. -No quiero que me quiten lo más preciado de mi vida... ¡No, por favor no! No soportaría perderte...

-No te preocupes, cariño -sonrió Alex-. Siempre estaré contigo, te lo dije, ¿no?

-¡Ay, no puede ser! -estalló en lágrimas William. -¿Por qué tú? ¿Por qué tú...? -gritó William hasta que la garganta le doliese.

-Ya no llores, mi amor -dijo Alex a punto de ceder al llanto. -Yo... Siempre estaré contigo... No importa como... Siempre estaré para enseñarte la magia de las estrellas...

William continuó llorando esa noche, mientras que Alex lloraba con él, igual de devastado. Solo era un muchacho con muchos sueños por cumplir. Su vida recién empezaba, y la vida misma, le estaba quitando esa posibilidad.

La vida, a veces es injusta.