🌠 08 🌠
ERES
Finalmente, se llegó la hora de salida.
William y Alex, quedaron en el acuerdo de irse juntos. Pero como William traía un carro, entonces, Alex se subió al auto plateado de William.
Alex se subió en el copiloto, y admiró el auto. Aunque no tenía nada interesante, o fuera de lo común, con lo que pudiera hacer platica. Aún así, iba a intentar hablar con William.
-Está bonito tu auto -dijo Alex.
-Gracias.
Alex la tenía difícil.
No sabía cómo entrar en el corazón de William.
Hasta que vió una libreta de dibujos.
-¿Es tuya?
-Si, pero no la veas -respondió William.
-Perdón... No quise molestarte...
-No molestas, es solo que, no quiero...
"Que te burles de mi" Pensó William.
-Simplemente no quiero que la veas. Es algo privado...
-Oh, okey...
Ganarse a William, era algo muy complicado para Alex.
.
.
.
Eventualmente, llegaron a la primaria y William se bajó de su auto.
-¿Quieres venir? -le preguntó William.
-Sí.
Y entonces, Alex salió, y acompaño a William.
Entraron por la gran entrada principal, y fueron hasta el salón A.
Y posteriormente, salió Sofía. Una niña de seis años, de piel blanca, cabello azabache como su hermano y de ojos verdes. Ver a Sofia era como ver a su hermano en versión femenina.
-Vámonos Sofi -sentenció William.
-Hola -la saludo Alex con una gran sonrisa. -¿Tú debes ser Sofí?
-Si -respondió Sofía y miró desconcertada a su hermano-. ¿Quién es él?
-Un amigo -respondió William.
-Me llamo Alex Collins -se presento amablemente Alex.
-Hola Collins -añadió Sofía.
Alex sonrió dulcemente, y posteriormente caminaron al auto de William.
Sofia se sentó en los asientos de atrás, mientras William metía la mochila en la cajuela.
Después, William arrancó y sonó el motor del auto.
Alex quiso preguntarle a William, algo muy personal. Pero se contuvo. Pues sabía que no era de su incumbencia.
Sofia hablaba con su hermano mayor. Y así transcurrió el tiempo, hasta que llegaron a la casa de Alex.
-Tal vez fue una mala idea ponernos de acuerdo -habló primero William-. Debo cuidar a mi hermana y...
-Mi madre podría ayudarnos, mientras nosotros hacemos el trabajo -propuso Alex.
-No lo sé...
-Me gustaría conocer la casa de Collins -pidió la pequeña, ¿y quién era William para negarle algo a su hermana?
-Sabes que, está bien, vamos -dijo resignado su hermano.
Un momento después, entraron a la casa moderna de Alex, la cual era una casa de dos pisos, que tenía terraza y piscina.
-¡¿Puedo entrar a la piscina después, Willy?! ¡Ándale di que si! -preguntó Sofi mientras entraban a la casa.
Alex la miró enternecido. Era como la hermana pequeña que nunca pudo tener.
-¡No! -respondió el enfadado y gruñón de su hermano.
-Buenas tardes -los saludó la mamá de Alex. -¿Tú debes ser William?
-William Hamilton.
-Correcto y esta pequeña es... -habló la señora Elizabeth.
-¡Soy Sofía Hamilton! ¿Me dejaria después entrar a su piscina?
El pobre muchacho, William, estaba que se moría de la vergüenza. Por eso no quería traer a su hermana de seis años.
-Discúlpenme... -pidió avergonzado William.
-No te preocupes. Son niños, así son -respondió Alex quitándole importancia al asunto.
-¿Le pueden poner la televisión? Así dejará de estar moviéndose por todos lados -comentó William.
-Bien -dijo Alex.
Busco el control remoto y puso una caricatura. Más específicamente: "Bob Esponja".
-¡Amo Bob Esponja! -dijo Sofi.
-Al menos, así estará tranquila -comentó William.
-No te preocupes por eso, Willy -agregó Alex.
-¿Dijiste... Willy? -puso los ojos en blanco, William.
-¡Oh, perdón! No sabía, yo...
-Está bien -lo interrumpió William-. Así me llaman mis amigos.
Alex abrió los ojos ante la declaración de William.
Era su amigo.
-Bien, entonces, ¿empezamos? -preguntó Alex.
-Por mi está bien.
-¿Gustan? -apareció la madre de Alex, con comida de repostería.
-Uno no hará daño -respondió Alex cogiendo un postre.
William por cortesía, acepto uno y siguieron con el trabajo.
La madre de Alex, quería que William, cuando menos, tuviera un buen recuerdo de su venida a la casa de su hijo.
-Pensé que sería muy difícil hacer una novela -confesó Alex. -Pero... No es tan difícil, como parece.
-No, solo se trata de ponerle creatividad y empeño.
Continuaron trabajando, hasta que finalmente terminaron por fin la novela.
La trama, era de romance dramático. Nuestro protagonista, llamado Clauff, estaba enamorado de su vecino, pero este amor no podía ser posible, porque Adrien, estaba enamorado de la hermana de Clauff. Pero.... Apareció un ex novio de Alexandra, y en Alexandra volvieron a revivir esas emociones que creía muertas. Y posteriormente, Adrien con el paso del tiempo, se enamoró de Clauff y todos felices.
-Aunque... No sé que pensará la profesora, porque hicimos una novela gay -confesó preocupado Alex. Ella se veía como la típica señora que pensaba: "las cosas eran mejores antes".
-No te preocupes por la demás gente -respondió William-. Sino, nunca vas a vivir realmente.
Alex sonrió y asintió.
Y finalmente cuando dieron las seis de la tarde, William estaba dispuesto a irse, pues su hermana ya se había dormido en un sofá. Pero, la señora Elizabeth, le tenía preparada otra sorpresa.
-Bueno, muchas gracias por la hospitalidad -dijo William-. Pero ya debo irme. Es muy tarde y...
-¿No te quedarás a cenar? Ya hice la cena. -dijo la señora Elizabeth.
William miró su reloj y después miró a la madre de Alex.
-Yo...
Y sin darle más rodeos a la situación, terminó por aceptar William.
-¿Esto es comida japonesa? -preguntó William.
-Así es. ¿No te gusta? -contestó la señora Elizabeth.
-No, no es eso, de hecho es mi...
Antes de que pudiera completar la frase, un sonido de llamada sonó en el celular de William. Él dijo, "disculpen, tengo una llamada que atender", así que salió de la casa, y contestó.
-¡¿Dónde demonios has estado?! -dijo su madre furiosa.
-Oye, cálmate -respondió William-. No vengas a hacerte mi madre cuando ni siquiera te importamos, yo y ni Sofía.
-¡No me hables en ese tono, Hamilton! -reprendio ella. -¡Te recuerdo que soy tu madre y me debes respeto!
-Sí, sí, ¿y tú qué? -ni se inmutó William. -Tú nunca has sido una verdadera madre para mí y Sofi. Y solo porque vienes un día, a aparentar ser nuestra madre. No creas que tienes el derecho a tratarnos así.
-Estas en serios problemas.
-Sí, si, hasta nunca.
Y colgó William.
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William regreso a la casa, y estaba que echaba humo por la boca. Estaba bastante molesto.
-Gracias por la hospitalidad, y por la comida... Pero ya me tengo que ir. Me llamo mi madre, y... Ya tengo que irme. Lo siento, por no haber probado la comida.
-No te preocupes por eso, no pasa nada -dijo Alex preocupado por la expresión y el semblante de su compañero.
-No te preocupes -habló la madre de Alex-. Ve. Pero eso sí, nos debes una cena.
-Sí. -y posteriormente se acercó a Sofi, y la despertó y se fueron.
Alex estaba bastante preocupado por su compañero, quien ahora, ya era su amigo.
Lo cual era el principio de algo.
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