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🌠 06 🌠

ENAMORAMIENTO


Una vez más, estaba Alex, desvelandose, a sabiendas de que su madre lo reprendería después. Y si bien, no es un crimen desvelarse. Él tenía órdenes directas del doctor de estar lo más descansado posible para sus quimioterapias.

Pero está vez, su madre le tenía preparada otra sorpresa.

Pues, se apareció dejándose ver tras haber abierto la puerta del cuarto de su hijo.

-Así te quería agarrar -dijo la señora Elizabeth.

-¿Pero qué?, ¿Qué haces aquí?, ¿No deberías estar dormida? -dijo Alex. 

-Lo mismo te digo jovencito. Estás en muy grandes problemas.

"Oh, mierda..." Pensó para si mismo Alex.

-Se acabó el Netflix, el Hbo, y todo. -sentenció su madre.

-Pero...

-Pero nada jovencito. Estás castigado.

"Joder..." Pensó una vez más Alex.

Ya se las ingeniaria después, para acceder a Netflix, pues se quedó en una muy buena parte. Una parte que no podía perderse por nada del mundo.

Pero con las pocas ganas que tenía, se fue a dormir. Y así empezó otro día.

.

.

.

Ya se acercaba el 14 de febrero, y por ende, todo el mundo estaba alterado y alocado.

Una parte, estaba como loca, por no saber que regalarle a sus parejas. Mientras que otra parte, no presentaba problemas. Pues no tenían pareja.

Alex, por un lado, pensó en William, en su inalcanzable crush. Y quiso regalarle algo, pero... Ahí estaba el dilema. Apenas se conocían.

-¿Ya nos vas a decir quién te gusta? -cuestionó Isaac.

-Aún no... -respondió Alex. -Lo siento, pero aún no puedo decirles...

-Qué aburrido eres -objetó Erick.

Brad, colocó su mano en el hombro de Alex y le dió una mirada acertiva y comprensiva.

Él era en quien más confiaba Alex.

***

Cuando se terminó el recreo, Alex y William, fueron a la biblioteca a trabajar.

-Ya casi se acerca San Valentín -habló Alex. -¿Tú qué opinas sobre eso?

-Realmente no pienso nada -respondió William. -¿Y tú?

-Pues... Creo, que será interesante este año.

-¿Por? -se interesó William, levantando una ceja.

-Pues... Simplemente opino, que ese día, será interesante... Es todo.

-Ya veo.

Continuaron trabajando, y después, se despidieron, debido a que ya iban a cerrar la biblioteca.

Así que al día siguiente. Alex se despertó y sintió mariposas en el estómago al pensar que hoy finalmente, era San Valentín.

En un abrir y cerrar de ojos, se llegó el tan ansiado día para muchos, y mientras que para otros, el tan indeseable día.

Mientras Alex, iba de camino a su aula, vio que todo estaba decorado.

Si que se esforzaron en este año en cuanto a la decoración.

-¿Qué le vas a regalar a Joseph?  -le preguntó una chica a su amiga.

-¡Ay, no sé!

Se sentía el amor en el aire.

Veía a los alumnos tan entusiasmados, por este día, pero lo que le dió envidia, es que ellos pudieran ser claros con sus sentimientos. Algo que él no podía hacer.

No conocía mucho a William, pero ese no era el problema para Alex.

El problema, es que no tenía el valor suficiente para confesarle su amor.

Saco de su casillero, un libro y se dirigió a su aula.

.

.

.

-Qué día de mierda -expresó Isaac.

-Parece que alguien fue rechazado -expuso Erick.

-Vete a la mierda -repuso Isaac.

Erick se rió. Mientras que Alex y Brad escuchaban la conversación.

-Oye -habló Brad. -Sé que no nos quieres decir por el momento, quien te gusta. Pero, ¿podrías darme una pista? Quiero ayudarte, amigo.

-Sobre eso... Es complicado...

-Entiendo, no te presionaré más -agregó Brad, cosa que agradeció Alex.

-Bueno... Te daré una pista... La persona que me gusta, es de este salón...

Brad miró con una mirada comprensiva a su amigo. Pero en cambio sus otros dos amigos, Isaac y Erick, hicieron sonidos de ambulancia.

-Uuuy -dijo pícaro Erick-. ¿Quién es la afortunada?

-O desdichada. -añadió Isaac a modo de burla.

-Yo... -Alex, estaba tan rojo de la vergüenza, que no podía ni hablar.

-Dijimos que le íbamos a dar tiempo a Alex para que nos lo confesara -alego Brad-. No se metan.

-Qué jodidamente aburridos son -se quejo Isaac-. Hasta nosotros necesitamos chisme.

Alex solo atinó a mirar hacia el suelo, avergonzado.

Segundos después, entró William al aula y Alex se le quedó viendo por varios segundos en silencio, pensando en lo atractivo que se veía el día de hoy.

-Saquen una hoja -dijo el profesor de cálculo tras haber entrado al aula-. Tenemos examen.

En ese mismo momento Alex pensó, "mierda" mientras que William ni se inmutó por el examen. Es como si él siempre estuviera preparado para estas situaciones.

***

Justo cuando se terminaron las primeras cuatro clases del día, y el tedioso examen de cálculo, Alex salió con sus amigos a la cafetería, y vió en ese lapso de tiempo, a varios chicos, declarando su amor a chicas con un cartel que ponía: "¿Quieres ser mi novia?".

Muchos fueron rechazados, mientras que otros aceptados.

Alex sentía envidia de aquellos sujetos, que podían declarar su amor tan fácilmente.

Porque para él, era jodido.

Y sobre todo, porque no sabía siquiera la orientación sexual de William.

No tenía forma de descubrirlo. No podía simplemente llegar y decirle: "Oye, ¿eres gay?".

Sería muy extraño.

Así que solo se limito, a mirarlo de lejos durante el recreo.

Y cuando llegó la salida, lo buscó.

¿Qué iba a hacer? ¿A declararse? Ni él lo sabía.

Pero necesitaba verlo.

Estuvo varios minutos buscándolo, hasta que lo encontró reposando debajo de la sombra de un árbol. Mientras, dibujaba con un lápiz en una libreta que tenía por escrito en la portada: "Ideas".

Alex se acercó pero en ese mismo instante llegó una chica completamente desconocida para él.

-H-Hola... Yo... -habló aquella chica, ella tenía el cabello hasta los hombros, de color castaño y usaba lentes. -¡Quería darte esto!

William, cogió la nota de amor y la leyó.

-Lo siento, pero no estoy interesado.

Fue su respuesta, lo que quebró por completo a la chica.

La chica salió corriendo, y Alex, miró a esa chica con tristeza. Por un momento se imagino a él también en esa escena. Su corazón no pudo soportarlo.

-Sal, quien sea que seas -ordenó William.

Alex regreso a la tierra y se dejó ver.

-H-Hola... -fue el primero en hablar Alex.

-¿Pasó algo? -preguntó William levantándose.

-En realidad... No. -respondió Alex.

-Entonces, ¿me dejarías solo?

-Sí, claro.

Y sin más, Alex se fue.

Ahora más que nunca, Alex no iba a declararle su amor a William. Pues, ahora sabía de antemano lo que podría pasarle. Aunque... Tenía oportunidades de conquistarlo.

Ya que William, muy en el fondo, quería ser rescatado y amar de nuevo.

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