Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

6. Extraños conocidos.

—Ahora me vas a decir que esto también es una casualidad... que justo estabas por tocar la puerta de este departamento sin saber que yo soy la que vive acá. —Matteo guarda sus manos en los bolsillos. —Movete un poco más para atrás estás invadiendo mi espacio personal.

Y sí, si también estaba parado cerca de la puerta cuando yo la abrí.

Me obedece dando un paso para atrás.

—¿Qué haces acá?—no dice nada y se  queda mirándome como si me estuviera estudiando, niego con la cabeza. 

Perfecto... está mal de la cabeza.

Doy la vuelta cerrando la puerta rápido para no darle durante mucho tiempo la espalda, vuelvo a mirarlo.

—Bueno si no vas a contestar, me tengo que ir.—agrego poniéndome la campera.

—Me mandaron a buscarte, Luigi quiere verte.—rio sin gracia.

—Mira no voy a  perder el tiempo que vos, ni que vos lo pierdas tampoco... yo no pienso ir a ver a Luigi primero porque no tengo nada de que hablar con él y segundo porque no tengo ganas... y

—Tercero bla bla bla —dice interunpiendome.— Yo no quiero ser niñero de nadie ni luchar con nadie, no soy alguien que tiene mucha paciencia creo que ya te lo dije varias vez, así que esto es así, a mí me dijo Luigi que venga a buscarte, así que eso hice y como se imagino que no ibas a querer ir y se ve que sos bastante terca me dijo que haga lo que tenga que hacer para llevarte, así que si no querer que esto se ponga feo y se arme un espectáculo cosa que no me gusta, hagamos esto por las buenas, te pido que vengas conmigo que subas al maldito auto y vayamos de una vez a esa estúpida casa.

—¿Perdón?—Me está amenazando.

—Estás perdonada. 

—No te estoy perdiendo perdón idiota, es una expresión que significa...

—Ya sé lo que significa.—dice volviéndome a interrumpir.—No soy idiota, no entendes el sarcasmo.

—No me conoces para decirme si entiendo o no el sarcasmo.

—Pero podríamos conocernos.—lo miro como diciendo. ¿Me estás hablando enserio? 

—Me voy.—digo comenzando a caminar.

—Tenes que venir conmigo.— dice siguiéndome.

Rechazo la idea de ir por el ascensor para no ir sola con él.

Oh hermosas escaleras, cuanto me gustan.

—¿No entendes? No quiero porque mejor no te vas, esto es ridículo, decile a tu jefe que yo no voy a ir a verlo y si eso te trae problemas decile que no me encontraste, esta situación ya cansa.

Antes de doblar a la izquierda e ir hacia la salida, Matteo me agarra del brazo fuerte obligándome a ir hacia la derecha donde está la puerta que da a el estacionamiento.

—Te dije que podíamos hacerlo por las buenas como personas civilizadas, ahora me haces quedar como un idiota maltratador que agarran bruscamente a las chicas, tengo que llevarte con Luigi y si me mandaron a mí es porque sabe que yo nunca fallo, siempre cumplo... conmigo no hay excusas, no sirve un, no la encontré o lo que sea.

Caminamos rápido hasta el auto.

—¿Sabes que puedo gritar no? Se defenderme, sé defensa personal... puedo lastimarte.

—Tengo un arma, fin de la conversación. 

Eso no es jugar limpio.

Abre la puerta de adelante de al lado del acompañante.

—No lo hagas más difícil, lo único que quiero es hacer esto lo más rápido posible tengo cosas que hacer, así que o subís o te voy a tener que volver a esposar y todo eso que me harta.

—No quiero más marcas.—digo entrando al auto, no sin antes mirarlo con cara de odio.

Me cruzo de brazos, Matteo entra al vehículo y lo pone en marcha, salimos del estacionamiento y ninguno de los dos dice nada.

Miro durante todo el camino por la ventada, siento que esto no es bueno.

¿Ahora me voy a ver en el dilema en que cada vez que aparezca uno de ellos voy a tener que hacer lo que me dicen?

Voy a tener que hablar con Alec, aunque no quiero que él ya tenga más problemas de los que ya tiene pero a la vez sé que eso no me hace bien a mí, odio sentirme así.

—Sabes para que quiere verme?—pregunto mientras vemos como el portón de la mansión se abre para poder pasar.

Matteo baja la velocidad del auto.

—No sé con certeza... quizás sean el tema de los papeles.—dice con voz baja.

—No estoy preparada para eso, preparada para algo así.—digo mirándolo, me mira a los ojos por unos segundos.

Su expresión se suaviza, dejando su rostro serio de lado.

—Creo que nadie está preparado para algo así.—sus palabras suenan sinceras, no como si entendiera lo que estoy sintiendo, pero de cierta forma no sé...

Salgo del auto cuando detiene la marcha.

Camino detrás de Matteo, diciéndome varias a mi misma que no tengo que mostrar como me siento, que tengo que ser fuerte, que siempre lo fui, y que ahora más que nunca lo tengo que ser.

Al entrar a la casa, Matteo va directo a la oficina del otro día.

La puerta se abre antes de que él golpee.

—Gracias como siempre.—le dice mirándolo.—Hola Gisela, pasa te estaba esperando.

Mateo me da un rápida mirada y se va, entro demostrando indiferencia y con mi mejor cara de culo.

 Luigi cierra la puerta detrás de mí y camina rápido hacia su escritorio.

—No sé por donde empezar tengo tantas cosas que decirte, ahora que ya me llegaron los papeles que necesitaba tengo la prueba para vos.—dice estirando un sobre papel hacia mí, lo agarro sin mirar lo que hay adentro.—Yo sé con seguridad que sos mi hija pero acá no tenia tu partida de nacimiento ni los papeles del registro eso es algo que no podía tener acá bajo ningún termino aunque tenga la mejor seguridad, nadie se podía enterar quien ese mi hija pero bueno las cosas no salieron como lo planeado.

No digo nada.

—Leelos tranquila, sé que es complicado de procesar,  tenes un papá...

—No me importa lo que puedan decir estos papeles.—digo mirandolo, hablando serena, fingiendo que no me importa en lo absoluto, actuando como que sus palabras no me afectan para nada.

—Somos familia. 

—No tengo familia, nunca la tuve, esto.—digo levantando los papeles.—no significa nada para mí, ahora me voy a ir.

—No voy a retenerte... yo quería que tengas eso  porque de ahora en adelante cambia todo.

—No cambia nada. ¿No entendes?

—Sé que tenes que pensar y... 

—¡No me estás escuchando! ¿No escuchas lo que te digo? Déjame en paz.

Doy la vuelta dejándolo ahí, abro la puerta de la oficina y camino rápido así la puerta, veo a Matteo bajar las escalera, sigo caminando cuando Luigi grita mi nombre y me pide que no me vaya.

Camino más rápido, alguien me agarra de atrás, sujetándome fuerte el brazo haciéndome girar doblandome el brazo hacia atrás, dejo caer el sobre al suelo.

No lo dudo y giro pasando mi propio brazo por arriba de mi cabeza tomando desprevenido al tipo, piso con todas mis fuerzas su pie, para provocar que se agache para delate, con mi brazo suelto agarro su hombro impulsando mi rodilla así arriba, a su pecho, con mi mano derecha le doy con un mejor gancho golpeándolo en la cabeza dejándolo sin reacción, lo empujo así atrás  haciendo que se caiga.

ESTOY CANSADA, HARTA,  ENOJADA, CONMIGO, CON LA VIDA, CON TODOS.

Otro de los hombres de Luigi viene así mí, me pongo en guardia cubriéndome la cara con mi mano izquierza y con la derecha lista para pegar.

—Russo no.—grita Luigi, miro hacia atrás de mí, sin perder mi guardia, Matteo cocha con sus cuerpo contra ese tal Russo que estaba a punto de pegarme en la nuca con su arma.

—¡Basta!—grita Luigi mirando a sus guardias.—¿Cómo van a tratar así a mi hija?

Da varios paso hacia atrás cuando escucha la orden de su jefe.

Miro a Matteo, le digo que sí con la cabeza dándole las gracias, él me devuelve el gesto.

Luigi me da los papeles de nuevo.

—Matteo llevala a su casa.

—¡No! Que se busque un Uber, mi Matteo no es chofer de nadie.—dice Bianca terminando de bajar las escaleras.

—Bianca.

—No me digas Bianca de esa manera como diciendo que me deje de joder Luigi.

—Agarralos Gisela.—agarro los papeles de mala gana.—Vas a ir con Matteo.

—¡Dejenmen tranquila! no me busquen más, ya te dije que no me importa lo que diga esto.—digo mostrandole los papeles.—Si me siguen de nuevo está vez si que los voy a denunciar, los quiero lejos.

Salgo de la mansión caminando rápido.

Respira hondo, respira hondo.

Me pongo la capucha de mi campera como lo hago siempre que uso algo con capucha.

Cuando el portón de la mansión se cierra y mis pies tocan el asfalto, corro alejándome de ahí, siempre hacia eso cuando algo no me gustaba y me hacia sentir mal, alejarme y correr.

Y ahora más que nunca. 

—Estuviste toda la noche callada Gise... ¿De verdad estás bien?

—Sí no te preocupes... Solo estoy un poco cansada.

—Es raro verte así, siempre estás tan animada y haciéndonos reír.

—Fue una semana larga y complica, estaba bastante cansada y ahora más.

—Los sábados son tremendos, tendrían que pagarnos el doble.—no digo nada.—Ahí llego mi novia. ¿Seguro que no queres que te llevemos? Ya que Romeo no pudo venir.

—No, voy a pedir un Uber me compre un celular hoy.

—Cuando llegues avísame y de paso me queda tu numero nuevo.—asisto con la cabeza sonriendole, me da un beso en la mejilla y corre hacia el auto de su novia, la saludo con la mano y ella hace lo mismo, Gio le da un beso en los labios, me saludan las dos antes de irse.

Pido un Uber hacia mi casa, hay una demora de treinta y dos minutos, así que lo pienso y cancelo el viaje.

Comienzo a caminar, un auto  pasa por  mi lado tocando bocina, ignoro como de costumbre, veo como el auto rojo se aleja, sigo caminando hasta la parada del colectivo, doblo hacia izquierda y veo  a lo lejos como el colectivo que estaba parado en la parada, el cual me tenia que tomar, no para cuando ve que no hay nadie esperándolo, maldigo por lo bajo.

Voy a tener que caminar, si Alec se llega a enterar.

No, tengo que dejar de pensar tanto en Alec y aceptar de una vez que ya nada va a ser como antes.

Camino más rápido, alerta... deseando no cruzarme a ningún delincuente ni a nadie que pueda hacerme daño.

Otro auto me toca bocina, idiota, vuelve a tocar la bocina de nuevo, esta vez sin sacar la mano, haciendo que el ruido nunca pare, miro hacia la calle preparando mi hermoso dedo del medio para enseñárselo pero me detengo.

—¿Qué haces caminando sola a está hora por acá? Son casi las seis y media de la mañana.—pregunta Matteo mirándome serio con el ceño fruncido.—Es peligrosa está zona.

Es raro verlo por acá siendo que hoy no fue al bar.

—Tuve inconvenientes para volver a mi departamento.—digo volviendo a caminar, Matteo sigue avanzando  a mi lado con otro auto que no es el de siempre.—El Uber tiene de demora de más de media hora y acabo de perder el colectivo hace unas cuadras atrás así que no me queda otra opción que caminar hasta ver un Taxi.

—Te llevo, tengo que ir para allá me queda de pasada.—dejo de caminar y lo miro.

Parece preocupado no es el mismo chico de siempre... como si fuera otra persona.

Quizás sea bipolar.

—¿Por qué te importa? Soy una extraña para vos, no soy nadie.

—Creo que dejamos de ser extraños desde el primer momento en que nos conocimos aunque no sepamos nada el uno del otro... dejamos de ser extraños porque en un punto nuestros caminos se juntaron.

Tiene un poco de razón, somos extraños conocidos.

Se estira para abrir la puerta del acompañante.

Su expresión  de alivio no tarde en aparecer cuando me siento a su lado, cierro la puerta, Matteo vuelve  avanzar por la calle.

La alarma de peligro se prende en mi interior... ¿Qué estoy haciendo con Matteo en su auto?

Nota: hoy capítulo doble, así que...

Si llegaste hasta acá no te vayas sin dejar tu voto  porfa (ayuda mucho a la novela)

Si queres dejame algún comentario sobre que te pareció el capitulo.

                                                                                                             Gracias por leer.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro