5. Las Casualidades no existen.
—Quizás sí quizás no.—dice mirándome serio, niega con la cabeza cuando ve que no digo nada. —Es un bar... cualquiera puede venir y no, no te estoy vigilando, no creas que todo gira al rededor tuyo.
—Que casualidad que justo después de lo que paso aparezcas acá, siendo que del tiempo que trabajo acá nunca viniste.
—Casualidad quizás.
—Las Casualidades no existen, te voy a estar vigilando hasta que te vayas.—agrego mirándolo con mi mejor cada de odio.
—Como quieras, me gusta tener los ojos de una chica sobre mí... pero más todavía que la chica este sobre mí.
—Que idiota que sos.—digo dandome vueltas para irme chocando contra Romeo.
—¿Qué pasó?—pregunta mirandome a mí y luego a Mateo.
—Nada vamos.—digo agarrándolo del brazo, alejándonos de ahí.
Llegamos a la barra, Gio nos mira.
—¿Conoces al pelinegro? Porque no dejo de mirarlos cuando caminaban hasta acá.
—Se podría decir que sí... lamentablemente.
—Facherito.—dice mientras sonrie.
—¿Sigue mirando para acá?—pregunto.
—Sí, te sigue mirando.—responde Romeo colocándose del otro lado de la barra, en su lugar de trabajo.
Intento no darle importancia e ignorar el hecho de que el mismo chico que me rescato del secuestro y volvió a secuestrarme este acá, pero es imposible porque estoy segura de que está acá porque me debe estar vigilando, no hay dudas... seguramente el hombre que dice ser mi padre lo mando, no quiero ni siquiera imaginar que puede llegar a ser verdad, que ese hombre sea mi padre pero... ¿Estoy preparada para afrontar algo así? ¿Preparara para enfrentar al hombre que me dejo abandonada en un orfanato y no apareció durante todo mi vida, que nunca estuvo y que ahora aparece cuando ya soy una adulta?
No estoy preparada... ¿Quien puede estar preparado para algo así?
—Ey Gise.—dice Romeo sacándome de mis pensamiento.—Llaman en la mesa cinco.
—Nos vemos mañana chicos.—nos dice Eugenio mientras salimos del lugar.
—Casco.—dice Romeo dándomelo mientras caminamos al estacionamiento.—no tengo problemas en llevarte cuando salimos del trabajo, no es seguro que una chica ande sola.
Romeo siempre fue atento conmigo, cada noche él esperaba que suba al Uber para luego irse a su casa.
—Gracias, es hasta que me compre de nuevo un celular después ya volvemos a la rutina de siempre, a parte no quiero que tardes el doble para llegar a tu departamento vivimos en direcciones contrarias, se te hace tarde llevarme y tenes que dormir un poco para ir a estudiar.
—No te preocupes por mí yo me encargo de eso.—no digo nada porque las voces de los dos autos estacionados en el estacionamiento me hacen callar.
Matteo está con el grupo de chicas y chicos con los cuales estuvo durante toda la noche, delante suyo hay una chica, ella pasa sus brazos por su cuello hacercandose a él.
Aleja a la chica rápido de él cuando me ve, estoy segura de que no esperaba que lo viera luego de ver que estuvo sentado al lado de la hijastra del tipo ese.
Romeo me asegura el casco cuando ve que estoy teniendo problemas con el seguro, sé que él también lo vio a Matteo, por eso actúa más caballeroso de lo que actúa siempre conmigo.
Que decirles, es todo un Romeo.
coloca su casco y se sube a la moto.
Me subo detrás de él pasando mis brazos por su abdomen, si vamos a actuar vamos a actuar bien ¿No?
—Vamonos.—dice acelerando.
Pasa por al lado de los autos, solo para hacernos ver, no pierdo mi tiempo en mirar a Mateo.
Mi rutina durante el ultimo tiempo había sido así, estar despierta durante la noche por el trabajo en el bar, dormir unas cuatro o cinco horas dependiendo, bueno si se le puede llamar dormir despertarse cada rato durante toda mi vida, creo que nunca logre tener un sueño profundo, en el orfanato eramos muchos, siempre estuve atenta por las dudas porque la mayoría de los antiguos sabíamos que no se podía estar del todo confiado porque siempre había alguien queriendo hacer alguna maldad.
Igual me gusta trabajar durante la noche porque es durante ese momento que los recuerdos golpean y la angustia sale, así que trabajar durante la noche hace que mi parte vulnerable siga oculta detrás de esa puerta que no me gusta abrir, tengo que mantener mi mente ocupada para evitar los ataques de pánico, la lectura al igual que la escritura fueron y siguen siendo mi método de escape, leer me ayudo a perderme en otros mundos para escaparme de la realidad y escribir fue el desahogo de todas mis penas y quizás algún que otro anhelo oculto dentro de mi ser.
Los días pasaron rápido, sábado, los fines semanas no trabajo de niñera, así que después de poder dormir tres horas me decidí a ordenar el departamento, no es como si fuera todo un piso, para nada, solo tengo un baño en mi cuarto y una cocina que es en el mismo lugar donde esta la sala, por eso no tardo en acomodar y limpiar lo único que me lleva tiempo siempre es mi cuarto porque soy bastante desordenada, sé que aunque haga con esmero esto de ordenar mi ropa, va a durar solo hasta que vuelva a sacar alguna prenda para que todo vuelva a estar desordenado como antes adentro del ropero o en su defecto arriba del sillón a la esquina de la habitación.
Me pongo un poco de crema de peinar para mis odiosos y cansadores rulos para que cuando se sequen no quede como una melena de león. No soy de maquillarme mucho para el día a día, solo un fino delineado en mis parpados y nada más, pero si me gusta maquillarme cuando salgo o cuando voy a trabajar,
Termino mi maquillaje diario y tengo que ir a comprar algunas cosas a la tienda, así que agarro mi billetera y reviso si tengo mi documento y si me alcanza la plata para comprar, agarro mi campera negra inflable y las llaves, camino hacia la puerta y apago la luz para no gastar.
Abro la puerta encontrándome con el que ya siento que va a ser el tipo que más mal me caiga.
Nota:
Si llegaste hasta acá no te vayas sin dejar tu voto porfa (ayuda mucho a la novela)
Si queres dejame algún comentario sobre que te pareció el capitulo.
Pd: disculpa por alguna que otra falta de Ortografía 😂
Gracias por leer.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro