Wings POV

Muero de risa. En serio, es increíble que ese idiota de Peter no ha podido descubrirme. Y mucho menos cuando alguien de mi confianza logró infiltrarse y tomar de su laboratorio aquello que tanta falta me hacía para el lanzamiento de mi W-07.

Lamentable tener tanto poder y no saber usarlo.

Me encontraba en la oficina de la organización que bauticé como “Brújula de oro”. La llamé así porque a mi siempre me gustó la historia. Es impresionante como antes el ser humano usaba brújulas para poder ubicarse y hasta encontrar cosas. El oro, un elemento tan caro y por lo tanto valioso así como yo, que me he vuelto la persona más poderosa, claro, después de Peter.

No por mucho tiempo.

Brújula de oro, se traduce como el deseo de encontrar ese algo tan preciado o ese alguien tan codiciado. Por eso lo nombré de esa forma, ya que desde el principio mi identidad ha sido un secreto hasta de mis propios empleados, y al tomar terreno en este mundo muchos enemigos, líderes de mafias rivales han querido matarme pero no pudieron ya que nadie sabe quien soy. Me río. Estoy tan cerca y no se dan cuenta.

De repente unos toques a la puerta me devuelven a la realidad, después de un “adelante” entra mi mano derecha, mi más fiel empleado August Young.

August es un hombre fornido de unos 45 años como máximo, el pelo en gran parte de negro aunque ya se comienzan a notar ciertas canas, ojos de un color gris claro, tez blanca y no muy alto.

Él me ha demostrado con acciones que puedo confiarle hasta mi vida si fuese necesario.

— Disculpe que haya entrado así su señoría pero tengo noticias que darle — dijo August en un tono preocupado que no me gustó nada.

— Dime, no me tengas en ascuas ¡maldita sea! — me levanté de mi asiento golpeando con los puños mi escritorio, llevaba puesta mi máscara como siempre.

— ¿Usted conoce a los líderes Mack, Sophie, Rownye, Mike y Louis de las mafias que estaban interesados en comprar la W-07? — indagó nervioso August.

— Si, ¿y qué? ¿qué pasó con ellos? — observé a August, en sus ojos encontré una emoción que supe leer. Miedo.

— Fueron cruelmente asesinados prácticamente al mismo tiempo. Y no sólo eso, que los pocos compradores interesados en nuestra nueva droga decidieron quitarnos el apoyo por miedo. Todavía no sabemos quien pue... — decía August antes de que le interrumpiera.

— Fue Peter Mc'Cride, no hay que buscar más culpables — dije con serenidad — ¿sabes algo August? Parece que tendremos que acelerar nuestro plan, recuérdeme — aunque realmente lo sabía — ¿cuando es la fiesta de cumpleaños de Mirtha Mc'Cride?.

— En una semana su señoría — “su señoría” así les dije a mis empleados que me llamaran. No puedo revelarles quien soy, no puedo decirles absolutamente nada de mi. Gracias a que llevo puesta una máscara especial no pueden saber ni siquiera si soy hombre o mujer ya que ésta distorsiona la voz a tal punto de hacerla irreconocible.

— Perfecto, este evento nos cae como anillo al dedo... — me volteo y comienzo a mirar por la ventana — por cierto ¿ella esta lista?.

— Si su señoría. ¿Qué piensa hacer? Si se puede saber — indagó August.

— Eso no te incumbe, pero algo si te puedo decir que a Peter hay que destruirlo porque sino, no nos dejará tranquilos, estorbará e impedirá que alcancemos nuestros objetivos. Hay que hundirlo a tal punto que no pueda salir a flote — dije desahogándome. Han sido muchos los problemas que ha causado ese maldito.

— No se preocupe su señoría que nosotros nos ocuparemos porque ese degenerado obtenga su merecido. Mientras tanto ¿cuales son sus instrucciones? — dejé de ver por la ventana y me concentré en aquello que iba a hacer.

— Hagamos una visita al instituto donde estudia Mirtha quizás así Peter aprenda la lección — comencé a reír.

— ¿Qué le vamos a hacer? ¿la vamos a matar? — me lanzó una mirada horrorizado.

— No, no, no, no la mataremos — negaba una y otra vez con la cabeza con una sonrisa que no se veía gracias a la máscara — hay mejores formas de hacer llegar un mensaje. Mensaje que dudo mucho que ha Mirtha se le vaya a olvidar — nuevamente mi risa llenaba el ambiente de la oficina.

— Muy bien así se hará, por cierto ¿cuantos hombres quieres que vayan en el encargo? — decía con una sonrisa maliciosa.

— Umm creo que sería bueno uno por cada año — pensé mejor — obviamente contaremos lo que cumplirá la semana que viene. Así que sería dieciocho en total, si quieres ve también así te liberas un rato.

— Entendido su señoría. ¿Cuando sería el encargo? — decía August mientras se lamia el labio inferior. Claramente él iría.

— Mañana mismo, en la hora de llegada al instituto. Espero buenas noticias la próxima vez que nos veamos — mi fiel empleado asintió dejándome a solas.

Espero que logres entender mi mensaje Peter. Ésta es una declaración...

Peter POV

Después de la grandiosa noticia que me dio Sora ayer en la tarde diciéndome que había cumplido mi encargo dormí como un dulce y tierno bebé. Ahora estaba bajando hacia la cocina donde seguramente está Paula la nana que se encargaba de cuidarnos a Mirtha y a mí desde hace más tiempo del que puedo recordar. Incluso estando viva mi mamá, Paula ya estaba trabajando para nosotros.

Ya abajo Paula me saluda y coloca delante de mi el desayuno que ni bien logro ver cuando siento una alarma en mi móvil. Era el sensor de vida.

El sensor de vida es una aplicación telefónica que permite saber si una persona del cual esté registrado su ADN en el dispositivo sigue con vida o no. Si la persona fallece esta aplicación envía una alarma al usuario. Eso era lo que pasaba, alguien había fallecido.

De pronto a la cocina llegan mis nuevos empleados hablando cosas que no entendía mientras leía una y otra vez el nombre de la persona que hace instantes murió. En mi mente sólo pensaba en una cosa. Mi hermana.

Maldito Wings entendí tú mensaje, ya esto es oficial, ésta es tu declaración de guerra.

N/A:

Lo sé, lo sé, está un poco corto. Prometo que el siguiente será más largo.
Y bien... ¿Qué les pareció Wings?
¿Quién es peor Wings o Peter?
¿Qué opinan de ese final?... Otra muerte más ¿quién será?.
Recuerden votar si les ha gustado, así esta historia podrá llegar a más personas.
Un fuerte abrazo.
Miguel M.