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24. Lo más importante

Paula (Wings) POV

Me encuentro en el quinto piso subterráneo sentada en una silla frente a Isaac antes de recibir la videollamada que había estado esperando con ansias.

— Listo el encargo su señoría — asiento con la cabeza un poco desconfiada.

— ¿Estás completamente seguro de que Rob Pirret está muerto? — asiente desde el otro lado de la línea telefónica uno de mis mejores asesinos: Tim.

— Si su señoría, hice tal cual usted ordenó — mueve la cámara y  observo con una sonrisa lo que allí se ve: el cuerpo inerte de Rob Pirret desnudo y capado, con múltiples cortadas en brazos, piernas y rostro; siendo la más grande una que abarca desde el pecho hasta su vientre que a su vez es atravesada por otra de forma horizontal formando de esta manera una cruz gigante.

Además se puede apreciar que antes de las cortadas recibió algunos impactos de balas y uno que otros golpes.

Rob Pirret está rodeado de un círculo de piedra y gran parte de su sangre baña las banderas estadounidenses e italianas que  están debajo de él, esta escena es el símbolo de la nueva alianza formada a partir de hoy.

El mundo es liderado por ocho mafias grandes de las cuales algunas son aliadas o enemigas de las otras.

La mafia china liderada por Tao Chung Li, es la organización criminal predominante en Asia y Oceanía delante de su rival: la mafia japonesa encabezada por Kyohei Taniuchi.

Europa y África son terrenos donde hay disputas constantes entre las mafias: rusa, italiana y francesa. La mafia rusa liderada por Greg Sabulov, la mafia italiana por Piero Gencorelli y la mafia francesa que estuvo en manos del difunto Rob Pirret.

América es liderada por dos mafias estadounidenses: la de Peter Mc'Cride y la mía. Además de que en el sur hay un grupo que es en comparación a las otras mafias la menos letal: la mafia colombiana dirigida por Raimundo Carrillo.

— Muy bien Tim — me levanté de mi asiento y comencé a caminar por el lugar hasta estar frente a Marisha, ésta seguía inconsciente y toda andrajosa. Hice una mueca de asco antes de volver mi vista a Tim — gracias a tu buen desempeño logramos darle un gran golpe a los franceses abriéndole el camino a nuestros nuevos aliados para hacerse con el dominio de gran parte de Europa — sonreí satisfecha — además que le quitamos un gran aliado a Peter por no tomar partido por ninguno de los dos.

— ¿Cuáles dos? — curioseó Tim.

— Sólo te responderé porque estoy de buen humor pero te advierto que no admito que entre mis subordinados haya curiosos ¿entendiste? — asiente — y sabes lo que le hago a la gente curiosa ¿verdad? — me mira horrorizado mientras asiente rápido — bien, me alegra que lo tengas claro — me quedé pensando antes de proseguir — Peter en el mundo tenía tres aliados: los chinos, los rusos y los italianos; entre éstos últimos siempre ha habido problemas por el territorio, por el poder, por cualquier cosa la verdad — me encogí de hombros — y como Mc'Cride nunca tomó partido por ninguno de ellos — suspiré con fingido pesar y comencé a negar con la cabeza —  a Piero, jefe de la mafia italiana, eso no le agradó mucho que digamos, así que al darme cuenta de esa situación le propuse a Piero una alianza conmigo en la cuál ellos me ayudarían a dominar esta parte del mundo si yo hacía lo mismo con ellos y aceptó siempre y cuando me deshiciese de cualquier vínculo con los franceses — volví a sonreír, extrañamente todo me estaba saliendo bien — así que junto a los japoneses, los colombianos y ahora los italianos espero acabar de una vez por todas a Peter para hacerme con el dominio total de esta zona del mundo.

— Así será su señoría — asiento y cuelgo mientras camino directa a mi asiento.

Repentinamente un fuerte mareo me obliga a recostarme a la pared. Cada vez son más frecuentes, tan sólo espero encontrar la cura rápido.

No quiero morir sin antes vengar la muerte de mi hijo Jeremy y la del único hombre que me amó y padre de mi hija Zoe: Patrick.

— Su señoría ¿se encuentra bien? Está pálida — escucho decir a Isaac cerca de mi.

— Si, ya pasó — me reincorporo y me siento en la primera silla que alcanzo a ver y suelto un suspiro mientra cierro los ojos. Luego de unos segundos, sintiéndome mejor, los abro para mirar a los ojos a Isaac — necesito que hagas algo.

— Usted ordene lo que quiera que haga su señoría — Isaac acerca una silla y se sienta frente a mi.

— Quiero que vigiles cada movimiento de Mirtha — me mira con sorpresa — la he notado rara últimamente — me quedo en silencio un momento — no confío en ella.

— Disculpe por lo que le diré pero si no confía en ella ¿por qué está aquí? — indagó Isaac.

— Porque es una pieza importante en mi plan y porque se me da la puta gana de que esté aquí ¿algo más que decir? — observo como se tensa por mis palabras antes de negar con la cabeza — bien, envíele un mensaje a Zoe recordándole lo que tiene que hacer — asiente con la cabeza permaneciendo en silencio — déjame sola con Marisha — sin decir palabra alguna se levanta de su asiento y se va.

Me levanto y en cuestión de segundos estoy nuevamente frente a Marisha. Ella está esposada de pies y manos en una camilla, es obvio por su hediondo olor que debe llevar al menos tres días sin bañarse, por sus moretones y su desaliñada cabellera es fácil deducir que ha sido abusada y golpeada en más de una ocasión por mis hombres, por lo flaca que está es evidente que no ha comido bien y por su actitud al ser violada sé que esta completamente rota por dentro.

Y eso me llena de alegría.

Durante años trabajé para ella, sólo para estar cerca de Patrick. Un hombre maravilloso que ella no valoró al serle infiel con su amigo Alexander.

Y lo peor de todo es que le parió un hijo a él. Un hijo que nació dentro del matrimonio de ellos y que Patrick tuvo que reconocer como propio: Peter.

Peter: un ingrato que fue capaz de asesinar a su propio padre, bueno, o por lo menos al que el creía que era su padre.

Peter es un ser despreciable y sin corazón que algún día tendré el placer de hundir.

— Despierta harapienta — le doy varias bofetadas hasta que veo que empieza a reaccionar y le sujeto fuertemente del mentón clavándole las uñas — ¿sabes querida? Tu hija pronto vendrá a verte, lástima que no podrá sacarte de aquí, debes extrañar visitar esos estúpidos parques por donde te sentabas junto al difunto Alexander — sonrío al ver sus lágrimas salir unas tras otra.

— ¿Alexander muerto? — dijo Marisha con voz ronca.

— ¿No lo sabías? — finjo sorpresa — pobre de ti que nunca puedes enterarte de nada desde aquí pero para que veas que no soy tan mala te cuento como fue ¿si? — ella me mira aterrorizada y comienza a negar — ¿cómo que no quieres saberlo? Mereces saber todos los detalles, desde como fue torturado por mi hija, como mis balas perforaron en múltiples ocasiones su cuerpo y en como estalló en miles de pedazos sin poder decirle la verdad a su único hijo antes de morir — los sollozos fueron cada vez más audibles.

— ¿Por qué me haces esto? — preguntó entre llantos Marisha y yo comienzo a hundir más mis uñas hasta sacarle sangre.

— ¿Por qué lo hago? — finjo pensar — será porque te odio, porque odio a tus hijos, porque yo debí haber sido la esposa de Patrick, porque debido a ti Zoe no fue reconocida y porque me divierte verte sufrir — le suelto con brusquedad el mentón y observo los dedos que se cubrieron con su sangre y bajo su mirada los chupo uno a uno provocándole arcadas.

— Yo no hice nada contra tu hija — niego con la cabeza.

— Lo hiciste al no irte con Alexander — la miro con odio y la abofeteo — debiste haberlo hecho, por tu culpa mi hija nació sin su padre al lado — retengo mis lágrimas al recordar todas las noches que Zoe preguntaba por su papá y yo le mentía diciéndole que se había ido de viaje — no sabes lo que me dolió verla sufrir por tu culpa.

— Si lo hubiese hecho Patrick me habría arrastrado de regreso — me miró con los ojos rojos  e hinchados — él era muy orgulloso y nunca permitiría que su esposa se fugara con su mejor amigo.

— ¿Crees que soy estúpida? — ella niega con la cabeza — ¿cómo quieres que te crea si al mes después de volver quedaste embarazada?.

— Abusó de mi — dijo.

— Pudiste abortarla — repliqué.

— Mi hija no tenía la culpa de nada — respondió y me contuve para no abalanzarme sobre ella y matarla.

— La mía tampoco pero — respiro profundo — ya de nada sirve hablar del pasado — me dirijo a un estante y preparo un sedante para hacerla dormir por al menos una hora — nada de lo que me digas podrá hacerme cambiar de parecer— le coloco la inyección y le lanzo una mirada de odio antes de encaminarme a mi asiento.

Todos podrán pensar que soy una loca psicópata y hasta les daría la razón en cierto punto, porque soy de esas locas capaces de hacer cualquier cosa por sus hijos.

Si tengo que matar mato.

Si tengo que ser una narcotraficante lo soy.

Si tengo que destruir el mundo y construirles uno nuevo lo hago.

Si tengo que bajarles las estrellas del cielo lo hago.

Si tengo que acabar con la mafia de Peter para que ella tenga una vida más tranquila lo haré.

Si tengo que dar la vida la doy.

Porque para una madre lo más importante son sus hijos.

Y para mi lo más importante es Zoe, la hija que me queda viva.

N/A:

Con este capítulo comprendemos mejor a Paula.

¿Qué final tendrá ella?

¿Feliz o triste?

Hasta otra mis mafios@s.

Miguel M.

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