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22. ¿Qué me estás haciendo?

Peter POV

Me encuentro con el torso desnudo tomando Sol cerca de la gigantesca piscina de mi mansión tratando de relajarme después de una noche tan difícil.

Debo tener la mente despejada para poder tomar decisiones acertadas.

Todavía no puedo creer que esto esté sucediendo. ¿Por qué te fuiste con ella Mirtha?

Aprieto mis dientes y formo puños con mis manos.

No puedo creer que me hayas ganado esta batalla Paula.

Repentinamente siento algo húmedo hacerme cosquillas en una de mis piernas haciendo que salga de mi ensimismamiento y me ponga alerta.

Sonrío al verlo.

Océano, el cachorro de Mirtha estaba lamiéndome repetidas veces mi pierna mientras bate su cola enérgicamente.

Por lo visto su pata está mejor.

Igual que su estado de humor.

Me incorporo tomando a Océano entre mis brazos y comienzo a hacerle mimos teniendo cuidado de no herirle su pata.

Es un cachorro hermoso y afortunado por haber sobrevivido a la explosión.

Flashback

Me encuentro en el suelo luego de la detonación, trato de incorporarme pero un peso encima de mí lo impide: Avril.

Sonrío, ella arriesgó su vida por salvar la mía.

Comienzo a acariciar sus cabellos castaños con delicadeza haciendo de este momento uno de los más cursis del cual he sido partícipe en estos últimos años.

— ¿Estás bien? — mi voz sale con suavidad, tanta que me obligo a carraspear — ¿puedes levantarte por ti misma? — Avril levanta la mirada y asiente — aunque pensándolo bien no me molestaría que te quedaras encima de mí, es más, puedo ser tu caballo si así lo quieres — le digo con malicia y le guiño un ojo.

La castaña me espetó con la mirada y se apresuró a levantarse con las mejillas sonrojadas, por mi parte también me levanté y me acerqué a ella de la misma forma que un león hace con una gacela cuando tiene hambre.

— ¡Alto ahí pervertido! — enarqué una ceja divertido mientras seguía acercándome a ella.

— ¿Pervertido yo? — me señalé a mi mismo fingiendo indignación.

— Si tu, pervertido... — Avril comenzó a retroceder al verme cerca — mente sucia, idiota, imbécil, estúpido arrogante, ególatra y... — fui más rápido que ella y la tome con firmeza de la cintura con una de mis manos pegándola a mi cuerpo mientras que con la mano libre hago que me mire a los ojos.

— ¿Y? — dije a poco centímetros de sus labios escuchando como su respiración se vuelve pesada y sintiendo como sus piernas y manos comienzan a temblar.

Adoro ese efecto que tengo en ella.

— Se-x-xuy — tartamudeó.

— ¿Sexuy? — pegué mi frente a la de ella, nuestras narices rozaban — creo que esa no es una palabra — le sonreí con coquetería.

Cuando ya me disponía a cerrar la distancia entre nosotros unos alaridos de dolor se escucharon, eliminando cualquier ápice de beso entre Avril y yo.

La castaña se separa de mi y camina en dirección al sonido, no sin antes soltar un sonido de alivio, robándome una sonrisa.

Pronto Avril, pronto serás mía.

Antes de seguirla verifico si todavía llevo el arma, nunca se sabe cuando lo llegues a necesitar.

El sonido se hizo más fuerte al llegar a la habitación de mi hermana: una de las habitaciones más afectadas por la explosión.

Sin parar, entro en la habitación de mi hermana encontrándome todo hecho un desastre pero lo que más me impresiona es el pequeño cachorro que yace adolorido en el suelo con una de sus patas siendo aplastada por escombros.

— Debemos ayudarlo — dijo la castaña al verme llegar, ésta trataba inútilmente remover el gran pedazo de pared.

— ¿Debemos? — la miro cruzando los brazos — ¿por qué debería hacerlo? — Avril se acerca a mí y me da una bofetada — ¿y eso por qué fue?.

— Por insensible y cruel — eleva la mano para golpearme otra vez pera la detiene y se regresa donde estaba el animal — pensé que eras mejor — la escuché decir.

Sentimientos se remolinaron dentro de mí al escucharla decir eso. Ella pensaba que era una mejor persona de lo que muestro a los demás.

— No — comencé a negar — yo soy Peter Mc'Cride y las personas me temen, soy cruel, despiadado y no tengo piedad de nadie — escucho su risa y frunzo el ceño en confusión — ¿de qué te ríes?.

— Tú eres mejor que eso — dice firmemente desde su lugar donde me observa a los ojos — estoy segura — niego con la cabeza — cuando tu hermana te necesita siempre sales al rescate, la mantienes en una especie de cautiverio por miedo a que le pase algo, me obligaste a quedarme aquí para que le hiciera compañía a tu hermana que había sido abusada sexualmente por dieciocho personas, me diste atención médica cuando fui herida y viniste aquí sabiendo que esos ruidos eran de alguien herido ¿no? — baje la cabeza guardando silencio — una persona que tenga la capacidad de ayudar a alguien no puede considerarse mala, de hecho, nada ni nadie en la vida lo es — la miro a los ojos — nadie es cien por ciento maldad — me sonríe — hasta los corazones más fríos laten, hasta los corazones más fríos pueden ser capaces de brindar calor.

Me quedo sin palabras.

Después de lo que dijo Avril decido, por primera vez desde hace mucho tiempo, hacer lo correcto: ayudar al cachorro.

Con ayuda de la castaña sacamos la pata del pequeño animal de debajo de los restos de pared.

Lo tomo con cuidado entre mis brazos y lo reviso, dándome cuenta que lleva un collar puesto con una placa.

— Océano dice aquí que se llama — volteo la placa — es de mi hermana.

— Qué lindo es — Avril comienza a acariciar a Océano entre mis brazos.

— Gracias — digo arrogante.

— Me refería al perro — ruedo los ojos y me dirijo a la salida de la habitación — ¿A dónde lo llevas?

— Al veterinario — observo al cachorro de nuevo, debo reconocer que es...adorable.

— Aww le caes bien — señaló cuando el cachorro me lamió la mano antes de acomodarse — ¿viste que no eres tan malo después de todo?.

— Eso parece — salí de la habitación con una sensación de paz que no tenía desde hace mucho.

Fin del Flashback

Siento como alguien se me acerca por la espalda, no la veo, pero no es necesario, sólo con su aroma soy capaz de reconocerla.

Sigo mimando al cachorro, fingiendo ignorar su presencia y no es hasta que carraspea y se sienta a mi lado cuando dirijo mi vista hacia ella.

— Veo que se llevan de maravilla — observa al cachorro con una sonrisa de labios cerrados — ¿has sabido algo de Mirtha?

— No, tengo a ... — pienso como explicarle sin revelarle mi posición como líder mafioso — los investigadores desplegados por todas partes desde anoche pero Paula ha sido muy astuta al no dejar huellas pero confío en que pronto la encontraré y me encargaré de hacerle pagar por todo — la miré y Avril traga grueso — digo, llamaré a la policía para que la arresten y así pague por todos sus crímenes.

— Peter no finjas que ya me di cuenta de todo — la miro serio — no me mires así, ¿por quién me tomas? ¿acaso crees que soy tan tonta en pensar que un simple científico sería capaz de irrumpir en una fiesta de la forma que lo hiciste con armas de fuego contra una criminal? — indagó — la única forma de que seas capaz de hacer todo eso es que tu pertenezcas a ese mismo mundo — me miró a los ojos mostrando firmeza y una gran capacidad de deducción — además no creas que se me olvidó como fue que me vine a vivir aquí, así que dime ¿quién eres realmente Peter?.

— ¿Científico? ¿eso te dijo mi hermana que soy? — asintió y me hizo señas para que continuara hablando — no te dijo mentiras, soy un gran científico — dije arrogante, Avril hizo un amague para interrumpir pero proseguí — además de ser el narcotraficante más importante y poderoso este lado del mundo, soy el líder de un gran grupo criminal y Paula es la líder de la mafia rival, por eso mis ganas de acabar con ella — suspiro — se está volviendo un grano en el culo y con lo que pasó anoche son más las ganas que tengo de acabar con ella — me levanto y dejo al cachorro en sus piernas — porque si no le doy de baja lo hará ella con mis seres queridos y conmigo — concluyo antes de irme en dirección a la mansión.

No tengo ganas de lidiar ni con ella ni con sus señalamientos, porque eso es lo más probable que haría si me hubiese quedado, me hubiese juzgado, insultado quizás hasta agredido y lo peor es que no la culpo, soy un maldito y cruel mafioso asesino.

No soy digno de compasión de nadie... ni me interesa serlo.

Hace muchos años entendí que aquellos que viven tratando de causar lástima en los demás son los que tienen una vida miserable e invisible y cuando llega el momento de morir pasan desapercibidos, se olvidan de ellos, porque ¿quién se acordaría de alguien que vivió para tratar de no morir? Nadie ¿verdad?. Son los fuertes, los atrevidos, los valientes, los inteligentes y hasta los idiotas quiénes transcienden, son éstos quiénes dejan un legado que pasan de generación a generación.

Y eso es lo que quiero yo, transcender... dejar un legado.

Saco una gaseosa de la heladera, la destapo y comienzo a tomarla mientras pienso el porqué le dije a la castaña quién soy. ¿Qué tiene ella de especial? ¿por qué me siento raro cada vez que estoy tan cerca de ella?. Tiro mi bebida al suelo y golpeo la pared.

No puede estarme pasando esto otra vez.

Se que dije que viviría mi vida como y con quién quisiera pero siento que estoy siendo injusto conmigo mismo y con los que me rodean. No puedo permitir que aquello que construí con tanto sacrificio se venga abajo junto a los que amo y trabajan para mí. Además éste no es el momento.

No cuando mi hermana está siendo manipulada por Paula.

Formo puños con mis manos y golpeo una y otra, y otra, y otra vez la pared. Nada de esto debería estar pasando.

Pierdo la noción del tiempo y de las veces que golpeé la pared, no me detengo a pesar del dolor que siento en los nudillos, tampoco lo hago cuando veo que mis manos están cubiertas de sangre, lo hago cuando siento unas temblorosas manos tocarme el hombro, lo hago cuando ella me mira con sus ojos cubiertos de lágrimas rogando para que pare, lo hago cuando ella me cubre con sus cálidos brazos y yo me aferro a ellos como si fuera un salvavidas, lo hago cuando al separarnos ella levanta la mirada avergonzada por tocar mi abdomen desnudo y trata de irse, lo hago porque me doy cuenta que debo dejar de ser tan pendejo y disfrutar este momento así que cuando intenta alejarse de mí la tomo del brazo, la pego a mi cuerpo mientras ella me mira sorprendida por mi arrebato y la beso.

Un beso que ella no tarda en corresponder y seguir, causando en mí un remolino de emociones.

¡Ay Avril! ¿Que me estás haciendo?.

N/A:

Hola mis querid@s mafios@s, espero se encuentren bien.

Voy a estar publicando eventualmente la historia por lotes.

¿Qué ha sido lo que les ha gustado más hasta el momento?

Si ha sido de su gusto el capítulo pueden comentar y darle a la estrellita.

Sin más que añadir, nos leemos en otra actualización.

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