Mirtha POV

Debo admitir que no me esperaba que Paula fuese quién estuviese detrás de todos los últimos sucesos, tampoco que mi hermano fuese capaz de asesinar a alguien y mucho menos de aquello que Paula me dijo después de irme de la fiesta: Marisha está viva.

Si, mi madre está viva.

Un sentimiento agridulce surgió en mi cuando me enteré: dulce porque mi madre fue quién con su cariño hizo más llevadero mi traumática infancia, es decir, es mi madre ¿cómo no la voy a querer? , pero que esté viva significa que tendré a alguien más que interferirá en mis planes.

Un obstáculo más el cual tendré que eliminar.

Escucho la puerta de mi nueva habitación abrirse, y observo a Paula entrar con una inmensa sonrisa y una bandeja con mi desayuno. Ésta ya no cargaba la túnica de anoche, es más, su atuendo es muy colorido y por lo visto debió de haber regresado de hacer ejercicio.

- Sabes que ya no tienes que traerme el desayuno ¿no? Ésta es tu casa y - tomo con cuidado la bandeja -además no creo que pueda comer todo eso - inquiero con una pequeña sonrisa al ver la gran cantidad de comida que hay en la bandeja: dos sándwiches, cuatro tostadas con mermelada de uva, una taza con ensalada de frutas, un vaso de zumo de manzana, una taza de café y una barra de granola.

- Debes comer bien para que tengas energías suficientes para todo aquello que tenemos que hacer y - se acerca para acariciar mi mejilla - te dije que serías mi invitada por lo tanto tu sólo déjate consentir mi niña - con una sonrisa asiento, no será difícil acatar esa orden - cuando acabes te vistes que te llevaré a que veas a tu mamá - asiento y Paula me aprieta suavemente la mejilla y me sonríe para luego salir de la habitación.

Anoche no sólo descubrí que mi madre estaba viva sino que además de eso mi hermano Peter es líder de la mafia más grande del continente.

Me impresionó, no el hecho de la existencia de esa organización criminal porque mi padre pertenecía a ésta, sino que sea precisamente mi hermano, el bueno, el que no rompía un plato, el inocente y tierno sea quien ahora lidere esa mafia.

¿Cuánto has cambiado Peter en estos últimos años? Te desconozco.

¿Cuánto has cambiado mi amor? Aunque a pesar de todo me sigues atrayendo cada ves más. Por eso no me arrepiento de lo que le hice a mi "amiga" Anne, se lo merecía por zorra.

Sin darme cuenta aprieto fuertemente la tostada haciéndola añicos. Siempre odié a esa hipócrita que me usó para lograr acercarse a mi hermano.

Pero lo bueno es que ahora que ella está muerta tengo la oportunidad de adueñarme de Peter.

Porque sí, Peter será mío y con ayuda de Paula lo tendré a mis pies.

Paula no sólo me ofreció vivir con ella sino también ser su aliada en la venganza contra mi hermano. El plan consiste básicamente en apropiarse de la mafia de Peter y dejar a mi hermano en la ruina.

Solo que Paula no sabe que yo después de lograr el plan la mataré para quedarme con su mafia y regresaré a la mansión para ser la salvadora de mi hermano.

¿Será que de esta forma él sí se enamorará de mí?

Si, el tiene que enamorarse de mí y si no lo logro tendré que chantajearlo pero sea por los medios que sea Peter será mío.

¡Ay mi Peter! ¡mi amor! ¡mi obsesión!

Después de desayunar me dirigí al baño y luego de una relajante ducha me vestí con unos de los atuendos que Paula le encargó a sus hombres que me trajeran.

Gracias a que toda mi ropa se quedó en la mansión, Paula le encargó a sus subordinados que compraran desde ropa hasta accesorios, perfumes, cremas y calzados para mí. Y pues, ahora tengo un armario repleto de ropa.

Me coloco mi ropa interior, un vestido blanco con estampado de flores azules, éste me llega hasta las rodillas y unas zapatillas azules. Decido no maquillarme mucho puesto que prefiero verme más natural, nunca he sido de esas chicas plásticas que llevan maquillaje y silicona hasta en donde no llega el Sol.

Salgo de la habitación y bajo las escaleras. Al estar en la planta baja veo a Paula vestida con una túnica negra como anoche pero esta vez sin máscara y se encontraba sentada en uno de los muebles del salón principal con un hombre de tez blanca, cabello castaño claro, de aproximadamente treinta años y de ojos verdes. Éste al percatarse de mi presencia se levanta y me observa descaradamente de pies a cabeza y no es hasta que Paula carraspea que deja de penetrarme con la mirada.

Puede que este imbécil me sea de utilidad en un futuro.

- Mi niña te presento a Isaac, mi nueva mano derecha - me acerco a él con una sonrisa pícara y estrecho su mano - él nos acompañará al lugar donde tengo a tu mamá - asiento sin despegar mi vista de la nueva mano derecha de Paula.

Si logro ponerlo de mi lado será más fácil acaba con ella.

- Es un placer conocerlo señor Isaac - él sin soltar mi mano se agacha y deposita un sutil beso en mis nudillos - me llamo Mirtha Mc'Cride.

- El placer es todo mío - me suelta y se incorpora - y dígame Isaac, puedes tutearme - seguido a eso me guiña un ojo.

- Me parece bien Isaac - le devuelvo el guiño y me giro a ver a Paula con usa sonrisa - estoy lista, vayamos a ver a Marisha.

- A tu madre - señaló Paula antes de dirigirse a la salida de la casa junto a Isaac.

- Si como sea - espeto mientras me encojo de hombros y los sigo hasta llegar al vehículo que nos trasladará al lugar donde tienen recluida a mi madre.

Antes de marchar miro hacia la casa y me sorprendo por lo sencilla que es por fuera, se mezcla perfectamente con el resto de las casas del conjunto residencial: una casa de dos plantas pintada de blanco, un garaje y con una pequeña alberca.

Excelente elección para tu escondite Paula.

Pero lo más increíble de la casa es lo que me contó Paula antes de llegar a nuestro destino: la casa tiene cinco pisos subterráneos que son usados por sus subordinados como hogar o almacén de armamentos, drogas o provisiones. Además me dijo que el último piso es de acceso restringido y que allí es donde íbamos a dejar a mi mamá.

Según me dijo Paula el edificio donde estaba mi mamá ya no era seguro y que lo mejor sería tenerla en un lugar cercano a nosotras, un lugar donde la podríamos vigilar y fuese más difícil que escapase.

Me limité a asentir a cada cosa que decía hasta que llegamos al descuidado edificio.

Paula prefirió quitarse la túnica para no llamar la atención y dejó al descubierto el exageradamente corto vestido amarillo con detalles en negro que se apegaba a su silueta y hacía lucir sus piernas, llevaba zapatos de tacón negro, lentes de sol y unos guantes negros.

Si quería pasar desapercibida fracasó.

No puedo evitar girar los ojos por los hombres que se quedan viendo a Paula como idiotas hasta que ésta entra al edificio.

Son tan básicos.

Ya dentro del antiguo, edificio Paula conversa con la recepcionista y esta le pasa una llave. Luego se dirige a un elevador con un letrero de "clausurado" y nos hace una seña a Isaac y a mí para acercarnos.

- Paula ¿acaso no ves el letrero? Esta cosa no funciona - digo cuando estoy a su lado y esta esboza una pequeña sonrisa.

- Querida eso es lo que les hacen creer a todos, este ascensor si funciona y es el único que nos puede llevar al piso subterráneo donde tenemos a tu mamá - seguido a eso las puertas del ascensor se abren y Paula entra, luego Isaac y por última yo.

- Nadie nos vio por suerte - dijo Isaac cuando el ascensor comenzó a descender.

- Afortunadamente - murmuré sincera.

Permanecimos en silencio hasta que el ascensor se detuvo y las puertas se abrieron, Paula sale y nosotros la seguimos hasta llegar a la última puerta del pasillo, y después de usar la llave ésta se abre dejando a la vista una de las escenas que más aborrezco.

Mi madre estaba siendo abusada sexualmente por uno de los empleados de Paula sin posibilidad alguna de resistirse debido a que estaba encadenada de pies y manos. Me percato que mientras ese poco hombre procedía con su acto ella llevaba la mirada perdida, sin mostrar algo más que un enorme vacío.

Me di cuenta que no era primera vez que ocurría eso y me molesté.

Paula carraspeó y cuando el "hombre" se dio cuenta de nuestra presencia se giró asustado hacia nosotras, se vistió y es ahí cuando ella me ve y lágrimas comienzan a bajar de sus ojos.

- Hija - logro escuchar como murmura antes de perder la consciencia.

- Hazlo Isaac - le dijo Paula a su mano derecha mientras le entrega un arma - mátalo - éste sin mostrar sentimiento alguno se acerca al degenerado y le apunta con el arma.

- Por favor Isaac, no me mates, tengo una hija y esposa por mantener - suplicó de rodillas aquel hombre que minutos atrás abusó de mi madre.

- Eso hubieras pensado antes de hacer eso - Isaac hace una mueca de asco - tan poco hombre eres que tienes que abusar de alguien para satisfacer tus perversiones - Isaac iba a disparar pero yo fui más rápida y le quité el arma, éste me miró confundido - ¿qué haces Mirtha? ¿Acaso no quieres que mate al violador de tu madre?.

- No - contesto con simpleza.

- Gracias señorit... - le interrumpo apuntando el arma hacia el degenerado mientras una sonrisa perversa surca mi rostro.

- No quiero que lo mates, lo haré yo - y antes de que alguien diga algo acciono el arma matando a ese hombre en el acto, salpicándome de su sangre.

Le entrego el arma a Isaac que al igual que Paula me miran asombrados por lo que acabo de hacer y yo lo único que hago es reír.

Ahora si es oficial, la verdadera Mirtha Mc'Cride ha vuelto.

Si, ¡he vuelto!.

N/A:

A este punto... ¿Qué les ha parecido la historia?

¿Tienen alguna parte favorita?

¿Alguna opinión sobre Mirtha?

Y para que nos conozcamos mejor... ¿Cual es su grupo o cantante favorito?

El mío es Maroon 5.

Saludos venezolanos.

Miguel M.